Primer ascenso a la Liga BBVA

El Elche vuelve a Primera

El 25 de junio de 1989 el Elche se despidió con derrota de la máxima categoría a la que vuelve 24 años después.

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El Elche vuelve a Primera 24 años después
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El Elche CF se ha convertido en equipo de la Liga BBVA este sábado después de que un gol de Laguardia no fuera suficiente para que el Alcorcón pasara del empate en el Mini Estadi frente al Barcelona B, por lo que los ilicitanos regresan a la élite del fútbol español 24 años después sin haber disputado el encuentro previsto para la trigésimo novena jornada en el Estadio de los Juegos Mediterráneos del Almería. 


Las tablas del conjunto madrileño aseguran de forma matemática el ascenso a falta de tres jornadas. El enfrentamiento directo entre sus perseguidores (Alcorcón y Girona), hace que tampoco importe el resultado que cosechen Villarreal y Girona en El Madrigal este sábado. Los pupilos Juan Escribá cerrarán el campeonato en una de las dos primeras casillas. Evitan así disputar los 'play-off' de ascenso y agarran con fuerza un sueño que han perseguido durante todo el campeonato, y que han acariciado en las últimas jornadas.


El rostro de los aficionados más 'añejos' se verá perturbado por algún sollozo. Saltarán lágrimas que condensen miles de imágenes con un punto de inicio: el 19 de abril de 1959. Con César Rodríguez de entrenador-jugador, una contundente victoria ante el Tenerife llevó a los alicantinos a probar las mieles de la élite por primera vez. Entonces la fortuna quiso que fuera por la puerta grande. En el Santiago Bernabéu, el triunfo frente al Real Valladolid (primer clasificado del grupo norte), se conquistó el primer puesto.


Después llegó en Buenavista el primer encuentro en Primera División ante el Real Oviedo. También un quinto puesto que se guarda bordado en la memoria. La primera vuelta de la temporada 1963/64 hizo soñar a los de Heriberto Herrera con el título. Se peleaba con el Barcelona. Finalmente se encuadrarían en una quinta plaza que aun hoy es la mejor clasificación de la historia del club.


Por el Altabix, bajo la presidencia de Martínez Valero, pasaron jugadores y entrenadores de la talla de Ladislao Kubala, Luis Aragonés, Di Stefano, Pirri, Iribar y una ristra interminable de nombres que han dotado de memoria al fútbol nacional. Ante sus ojos pasaría el primer derbi alicantino en la primera categoría. Lleno hasta la bandera, el feudo rojiblanco contempló el pugilato de Elche y Hércules.


Una maldita combinación entre Clemente y Arieta precedió a la imagen del batido meta Araquistain cabizbajo. El 15 de junio de 1969 el Elche salió derrotado de la final de Copa frente al Athletic Club. Fue el culmen, el momento álgido de un equipo que despidió doce años en la élite dos años después.


Se elevaría el nuevo estadio Martínez Valero para que el Elche alternara las tierras áridas de la Segunda División con los espejismos que causaban enfrentamientos con los titanes Madrid, Barcelona, Atlético o Athletic. La Romareda supone el último eslabón de la cadena, el elemento divino de ensoñación para las dos franjas. El 25 de junio de 1989 el Elche se despidió con derrota de la máxima categoría.


El desastre económico y las goleadas de escándalo acercaron al Elche al precipicio. Vino el descenso a Segunda B y el riesgo de desaparición. Múltiples tragos amargos llenos de nerviosismos que encontraron su fin definitivo en el '99. La división pérdida se recuperó para iniciar una consolidación sin cese.


Los años pasaron para llegar al siglo XXI, una época con imágenes en alta definición. Hace dos años llegó el primer envite. Los de Bordalás pelearon hasta el desaliento, pero el valor doble de los goles fuera de casa dio el ascenso al Granada. De aquella baza desacertada se llegó a la presente campaña, donde Manu Herrera --Zamora-- y Corominas han sido los ases en la manga.


El tiempo hará que se narren las hazañas de los ilicitanos en su vuelta a la élite en la segunda década del siglo. El destino decidirá lo efímero o longevo de la época; dirimirá la cantidad de tinta que los diarios gasten en un club que se gestó en la Pirotecnia Albarrach, fruto del sentimiento de apego de unos jóvenes emprendedores a su ciudad.