Un baluarte en el banquillo

Manolo Jiménez seguirá corriendo la banda -dentro del área técnica- y desgallitándose en cada encuentro. Es lo que quería la afición y durante la temporada es lo que verán en el banquillo zaragocista. Con su hambre, su fuerza, y una cierta aura de salvador, comandará al Real Zaragoza para que las penurias deportivas de las últimas temporadas no se vuelvan a repetir.

La llegada de Manolo Jiménez el día 1 de enero de 2012 cambió el futuro de un Real Zaragoza tocado y hundido. El sevillano inculcó el espíritu ganador a sus jugadores y a base de trabajo, rabia contenida y la pizca necesaria de suerte para conseguir la proeza de salvar a un equipo defenestrado para la Primera División y para muchos aficionados.

La jota que el de Arahal bailó en la Plaza del Pilar tras el 'milagro' de la permanencia deben ser los primeros pasos de un baile más largo. El que permita al equipo blanquillo conseguir una estabilidad que no se conoce desde hace años. Un camino sobre tierra firme y no sobre una cuerda a cientos de metros de altura.

Fichajes, pero insuficentes

Para ello, han llegado siete fichajes. Alguno menos de los que Jiménez hubiera querido, pero suficientes para poder ver el fútbol proyectado en la cabeza del entrenador-milagro. El sevillano ha dirigido a los suyos desde julio. Han trabajado con su método y han bebido del inconformismo del entrenador. Las vacantes en el lateral derecho, en el puesto de central y el mediocentro defensivo tendrán que ser resueltas antes del 31 de agosto o tapada con jugadores polivalentes que sirvan de parche.

Inconformismo

Jiménez prosigue su cruzada inconformista y quiere más refuerzos para tratar de no sufrir esta temporada y dar tranquilidad a un afición demasiado acostumbrado a la oscuridad del abismo. A pesar de sus peticiones, el entrenador andaluz deberá afrontar las primeras jornadas de liga con lo que tiene e intentar sacar el máximo partido posible a sus hombres para iniciar la temporada con puntos que no se echen de menos cuando el campeonato llegue a su fin.

Portería a cero y sacar máximo partido a las ocasiones del equipo es la hoja de ruta. Un mapa con más toque de balón, más entrada por las bandas y más solidez defensiva. Un plan claro que necesita horas de juego y acomplamiento rápido a la competición. Para ello, Jiménez ha dispuesto de psicólogos para jugadores -Zuculini-, apuestas por jóvenes promesas -Jose Marí- y galones para los pesos pesados -Apoño y Postiga- todo para que no haya un solo salvador, si no 22 ganadores.