REAL ZARAGOZA 2- 1 RACING DE SANTANDER

El Real Zaragoza sí puede

Los zaragocistas dependerán de sí mismos para lograr la salvación en la última jornada. Villarreal, Rayo y Granada, sus rivales directos por la salvación, perdieron sus encuentros.

Lafita, autor del gol de la victoria
Real Zaragoza - Racing de Santander_3
TONI GALÁN/ A PHOTO AGENCY

El Real Zaragoza irá dentro de una semana a Getafe dependiendo de sí mismo para lograr la permanencia, tras hacer sus deberes ganando al Racing, (2-1), a lo que se unió la carambola perfecta con la que soñaba en la que perdían sus tres rivales directos, Granada, Villarreal y Rayo Vallecano.


Iluminado por la luna más grande del año y rodeado por una afición que llenó La Romareda para acompañarle en su cruzada, el Real Zaragoza se ha ganado el derecho a soñar. A pelear por una permanencia que parecía imposible en enero y que ahora es una realidad más que factible. En la última jornada, para la que se prevé invasión blanquilla en Getafe, el cuadro aragonés podría sellar su continuidad, un año más, en Primera División. Para ello, depende de sí mismo. De lograr los tres puntos que habrá en juego en el Coliseo Alfonso Pérez, cerrando así un póquer de victorias que sabe a vida.


Ya no queda ninguna duda de que éste equipo se ha redimido de sus pecados cometidos. Del hastío y bochorno que, durante el primer tramo de competición, emborronaron su juego. Liderados por Manolo Jiménez, auténtico icono de la reacción vivida, los aragoneses han cambiado completamente la fisonomía de su fútbol. Actualmente, los zaragocistas son once leones en el terreno de juego. Mimetizándose de esta manera con el escudo que lucen en su pecho. Aquel viejo emblema que tan orgulloso hace sentir a una grada que ruge su creencia cada día de partido.Nueva banda sonora de La Romareda

“Sí, se puede” es la banda sonora la machada zaragocista. El grito unánime que ilustra una fe desmedida, la que procesan jugadores, cuerpo técnico y aficionados en un milagro que debe cerrarse el próximo fin de semana. Gestado en una segunda vuelta de ensueño, su último capitulo resultó especialmente angustioso. Vivido en cuatro estadios, aquellos en los que se dilucidaban los intereses zaragozanos. Finalmente, todos los resultados sonrieron a los aragoneses. Villarreal, Granada y Rayo Vallecano cayeron en sus respectivos compromisos, permitiendo vislumbrar, por primera vez, la salida al pozo en el que el Real Zaragoza lleva encerrado desde la duodécima jornada.


La carrera de Manolo Jiménez en el gol de Lafita, celebrándolo como un futbolista más, es el gesto de la liberación en la que se encuentran los aragoneses. Los abrazos en el centro del campo, con el partido acabado y la megafonía de La Romareda cantando los guarismos rivales, la imagen de la celebración. El festejo de la vida, como si de un nacimiento se tratase. El de una oportunidad que, hasta ahora, se creía ciencia ficción. Euforia desmedida para unos colores que, aunque sea huyendo de la parte baja de la tabla, han recuperado todo su esplendor.