Suecia '58, Pelé: "Nuestro talento alcanzó para ganar"

Pelé disputa un balón.
Suecia '58, Pelé: "Nuestro talento alcanzó para ganar"
DPA

Pelé comenzó a ganar el primer título mundial del fútbol brasileño, logrado en Suecia, mucho antes de 1958: fue ocho años antes, cuando Brasil cayó por 2-1 ante Uruguay en el "maracanazo" de la final de la Copa de 1950.


"Tengo hasta hoy la radio en la que mi padre oyó la final... El lloraba delante del aparato que anunciaba la derrota... Lo abrazé fuerte y le dije: 'No llore, papá. Yo algún día ganaré una Copa del Mundo para usted", recuerda 'O Rei', quien hasta hoy no logra contener las lágrimas al relatar el caso.


La oportunidad de cumplir la promesa llegó antes de lo esperado. A los 17 años de edad Pelé ya era un jugador reconocido y admirado en Brasil.No obstante, el adolescente estuvo a punto de ser excluido de la selección poco antes del inicio del Mundial. Tras lesionarse durante un partido preparatorio contra el Corinthians, pidió al técnico Vicente Feola que no lo llevara a Suecia.


"Yo me imaginaba que podría estar restando un lugar a algún jugador que pudiera ser más útil al equipo. Pero el médico (de la selección) Hilton Gossling, el técnico Feola y Mario Américo (preparador físico) apostaron a que yo me recuperaría", recuerda.


Además de los miembros de la comisión técnica, también los jugadores más veteranos de la selección nacional, como Nilton Santos y Didi, asumieron la tarea de apoyar a Pelé en Suecia. "Didi fue como un hermano mayor para mí. Yo le debo mucho", dice el ex jugador.


Cambios drásticos


A raíz de su lesión, Pelé empezó el Mundial en el banquillo de suplentes, como casi todos los jugadores negros que habían sido convocados por Feola, incluso el legendario Garrincha.


Tras las fracasadas campañas de 1950 y 1954, circuló un informe en la antigua Confederación Brasileña de Deportes (CBD) que recomendaba no incluir a jugadores negros en la delegación que disputaría el Mundial de Suecia.


Los "expertos" consultados por la entidad argumentaban que los negros serían más vulnerables a la nostalgia de su país, que no lograban controlarse en situaciones de tensión y que no se adaptarían bien al frío de Europa.


Hasta hoy se ignora si ese informe tuvo influencia a la hora de definir el equipo titular pero, en el debut de Brasil, el equipo que derrotó a Austria por 3-0 sólo tenía a dos jugadores negros, y la formación recién cambió después del empate sin tantos con Inglaterra, el primero de la historia de los Mundiales.


Se prendió entonces la "luz roja" de alerta, y el técnico Feola aceptó realizar cambios en el equipo. El 15 de junio de 1958 Brasil inició el partido contra la temible Unión Soviética con Garrincha y Zito en lugar de Dino y Joel, respectivamente, y con el joven y casi desconocido Pelé en lugar de Mazola. Allí empezó a conquistar el título.


Cuatro días más tarde, Pelé marcó su primer gol en un Mundial, en la victoria por 1-0 sobre Gales que clasificó a Brasil a la semifinal.


'O Rei', que hoy tiene 69 años, recuerda que hasta ese momento Brasil no era apuntado entre los favoritos a ganar el torneo en Suecia, en el que brillaban más los franceses comandados por Just Fontaine, que con 13 tantos marcados en el certamen es hasta hoy el jugador que más goles anotó en un sólo Mundial.


Además, la historia de las Copas del Mundo -antes y después de Suecia- había creado el mito de que los campeonatos realizados en Europa favorecían a los equipos del Viejo Continente, cuyo estilo de juego sería más adecuado a las condiciones de las canchas locales.


"Los grandes favoritos eran, obviamente, los europeos, pero aquel equipo brasileño reunía a algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos: Gilmar, Djalma Santos, Orlando, Bellini, Nilton Santos, Zito, Didi, Garrincha, Vavá, Zagallo y yo", dice Pelé.


'O Rei' recuerda además que en esa época no existía la estructura de "espionaje" que hoy permite a los entrenadores de fútbol definir previamente la táctica para cada partido según la forma de jugar del adversario. Según Pelé, cuando Brasil llegó al estadio Solna de Estocolmo para jugar la final contra los anfitriones, los jugadores y el técnico Feola virtualmente ignoraban los puntos fuertes y débiles del adversario.


"Lo máximo de información que se podía conseguir sobre los rivales era si jugaban más defensivamente o más ofensivamente. No había videocasete, transmisión por satélite ni estudios estadísticos. Teníamos solamente el talento de un Didi, un Garrincha, un Nilton Santos, un Pelé. Y ese talento alcanzó para que conquistáramos el primer título mundial", afirma.