REAL ZARAGOZA

Ewerthon: "Me han querido tratar como una mercancía"

El delantero brasileño firmó ayer su finiquito con el Real Zaragoza y se marcha traspasado al Palmeiras de Sao Paulo. Atrás quedan cuatro años y medio como zaragocista y 57 goles en 126 partidos.

Ewerthon, al pie del autobús del Real Zaragoza
Ewerthon: "Me han querido tratar como una mercancía"
E. MUÑOZ

Llega el momento del adiós. Un día importante para usted.

Sí. Personal y profesionalmente, es un momento muy difícil para mí. Es la hora de irme de Zaragoza. Y lo hago muy agradecido a esta ciudad, a la afición del Real Zaragoza por todo el cariño que me ha mostrado desde que vine. Han sido cuatro años y medio inolvidables. Incluso en los últimos días, cuando todo ha sido muy difícil para mí, la gente me ha apoyado y me ha dado muchos ánimos. Zaragoza va a estar en mi corazón siempre y volveré para ver a los amigos.


No es la manera en la que le hubiera gustado salir de aquí. Las polémicas nunca son agradables.

Es totalmente diferente a lo que hubiese deseado. La gente no me ha escuchado hasta hoy. Nadie podrá reprocharme haber dicho nada inconveniente sobre las cosas que han pasado. Ahora, lo único que quiero dejar claro es que yo me he comportado siempre con hombría y profesionalidad, con el máximo compromiso con el club y el equipo. Vestir la camiseta del Real Zaragoza ha sido para mí un orgullo y lo he hecho siempre con la mayor responsabilidad. Nada que ver con las cosas que alguna gente ha querido verter sobre mi persona en los últimos meses.


Marcelino, Ayala, López Vallejo, usted. En los últimos meses, ha dado la sensación de que el club ha querido señalar a los despedidos como culpables de lo que está pasando.

A la gente no le pueden borrar las cosas que yo he hecho por el Zaragoza, por más que se hayan dicho y se hayan publicado muchas barbaridades. La verdad, nunca ha salido. Quieran o no quieran los actuales dirigentes, Ewerthon está en la historia de este club por cuestiones positivas e importantes. Yo llegué de Alemania con 24 años e hice una primera temporada impresionante. En la segunda campaña, logramos meter al equipo en la UEFA. Luego, me tuve que ir cedido. Y, al regreso, dije que me quedaba para jugar en Segunda cuando muchos decidieron marcharse y, dentro del club, había gente que deseaba que yo me fuese. Permanecí aquí porque creí que podía aportar cosas positivas. Y así fue.


Usted desechó ofertas en diferentes momentos de su andadura como zaragocista y siempre apostó por cumplir los cinco años de contrato que firmó en 2005.

Hubo varias posibilidades para haberme ido con antelación. Pero yo siempre quise quedarme porque aquí he estado siempre muy a gusto. Nadie me puede reprochar no haber dado la cara ni el no haber sido determinante con mis goles. Estoy muy orgulloso de la temporada pasada en Segunda, donde anoté 28 y ayudé al ascenso.


¿Cuál es la verdad?

Me quiero ir sin hacer ruido. Del mismo modo que he actuado en los últimos meses, desde el pasado agosto. No voy a entrar en contestaciones ni en reproches a nadie. Soy de los que creen que la verdad es única y no se puede manipular. Yo he sido un profesional con el corazón, por mi carácter, no por el contrato que he tenido. He dado la cara por este club hasta en los momentos más duros para todos. Por eso, me voy muy contento con mi actitud y con mis decisiones. Es un final triste pero del que salgo con la cabeza alta porque la gente conoce bien quién es quién en esta ciudad y en el Real Zaragoza.


El conflicto con el club lo hubiese evitado si hubiera aceptado el 30 de agosto su traspaso al fútbol de Qatar. ¿Ha pagado un precio muy alto por aquella negativa?

Es evidente que sí. Claro que lo he pagado carísimo. He pasado por lo que he pasado por no haber aceptado aquel trato. Pero mis criterios como hombre están por encima de otro tipo de actitudes. He tenido que ser fuerte psicológicamente para aguantar lo que me han hecho sufrir, pero lo he logrado. Es triste y duro no jugar y observar las circunstancias que se crean a tu alrededor, que nada tienen que ver con la realidad. Pero lo he soportado y no me arrepiento de nada de lo que he hecho y decidido. La afición debe saber que yo soy una persona y no se me puede tratar como una mercancía. Y en el club lo han querido hacer.


¿Pidió usted dinero del traspaso pactado al Al Saad qatarí?

Sí. Pero pedí mi dinero, el que me corresponde por contrato y que me querían negar. Que muestren ese contrato, que enseñen las cláusulas que se firmaron cuando vine de Dortmund y todo solucionado. Quienes se atrevieron a juzgarme fuera de la realidad tendrán sobre sí esa responsabilidad para siempre. Dijeron que yo era un pesetero, un mercenario. Eso es mentira. Si yo hubiera sido de otra manera, habría aceptado un contrato sensacional como era el de Qatar y me habría olvidado de todo esto. Pero a mí me gusta hacer las cosas bien y preferí perder esa oportunidad millonaria y quedarme aquí simplemente porque se me trató como una mercancía.


¿Alguien se quiso lucrar con su traspaso a Qatar?

Ni lo sé ni me importa. No quiero hablar demasiado sobre la directiva. Es el momento del adiós y todo el mundo sabe cuál es la responsabilidad de cada persona en el actual Real Zaragoza.


La llegada a la dirección general del club de Gerhard Poschner, quien fuera su representante hasta poco antes, ¿le acabó de sentenciar?

No tengo nada que decir sobre esta persona. Yo no quería esta situación, no la he buscado.


Los últimos días entrenando solo, apartado del equipo, ¿han sido los más duros de su carrera?

Han sido muy duros. Pero lo más conveniente quizá fuera que yo estuviera apartado. Dentro del vestuario tengo muy buenos amigos, gente importante que podía verse afectada por lo que yo estaba atravesando. Agradezco mucho la colaboración de Andrés Ubieto y de los fisios Míchel Román, Jerónimo Roldán y Nacho Dieste.


¿Qué le dice en su marcha a la afición zaragocista?

Que deseo con todas mis fuerzas que salga de la situación en la que se halla porque este club y esta ciudad son de Primera División y no merecen lo que están sufriendo. Y que les agradezco de corazón el cariño y el respeto que siempre me mostraron. Me llevo esto conmigo para toda mi vida. La gente no es tonta. La afición sabe lo que está pasando y lo que hay en el Real Zaragoza. Quiero que sepan que se va un jugador orgulloso de haber vestido su camiseta.