Nadal no pudo hacer nada ayer ante un Federer que rozó la perfección. El Suizo se llevó la final con unos porcentajes en el primer servicio y en los puntos conseguidos en la red que no dieron opción al español. Tras ganar en enero el Abierto de Australia, Federer vio cómo Nadal le arrebataba el sitial de privilegio en el escalafón y se alzaba sucesivamente con los títulos de Roland Garros, Wimbledon y US Open.

Pero ayer, sobre el final mismo del año, el suizo tuvo su pequeña revancha: ante 17.500 espectadores en el O2 Arena, concretó su octava victoria sobre Nadal en 22 enfrentamientos y aseguró el título 66 de su carrera, alzándose con un premio de 1,63 millones de dólares. "Roger jugó bien toda la semana. Este ha sido un gran año para mí, sin duda el de mayor cantidad de emociones en toda mi carrera", señaló Nadal. "Federer fue demasiado bueno hoy. Estoy contento por haber podido demostrar que puedo jugar en este court", agregó el español, quien en 2009 perdió los tres partidos de la fase de grupos en Londres. "Quiero volver y jugar incluso mejor el próximo año", concluyó el español, en cuya vitrina sólo le sigue faltando, entre los importantes, el trofeo de un Masters.

Por su parte, Roger Federer quiso hacer balance de lo vivido en esta Copa Masters y alabó los méritos de su rival de ayer en la tan soñada final de Londres. "Realmente he disfrutado mucho jugando esta semana. Espero no haber arruinado las vacaciones de Rafa, creo que no lo he hecho. Él ha tenido un año de ensueño, ésta ha sido una temporada muy especial para él", reconoció Roger Federer.