KÁRATE KYOKUSHIN

Espíritu de hierro

Beatriz Prades, actual subcampeona de Europa de combate, es una de las máximas exponentes del estilo que dinamizó en 1975 Antonio Piñero.

Beatriz Prades, del Budo Kárate Club de Zaragoza
Espíritu de hierro
F. P.

Las artes marciales se practican por diferentes razones que incluyen el deporte, la salud, la protección personal, el desarrollo personal, la disciplina mental, la forja del carácter, la autoconfianza... El kárate se alimenta de todos estos fundamentos, aunque cada escuela inculca un comportamiento que engrandece a sus practicantes sobre el tatami. Un ejemplo es Beatriz Prades. La zaragozana es uno de los máximos exponentes del kyokushin en Aragón. Brilla en el continente con 16 años con un "espíritu de hierro", destaca Fernando Pérez su tutor en el Budo Kárate. El club se ha convertido en una de las referencias de Zaragoza del kyokushin kárate que fundó el Gran Maestro Masutatsu Oyama en el año 1956. "Supuso una revolución dentro del kárate japonés", resalta el maestro 'shihan'.

 

Antonio Piñero sentó las bases en Aragón de este estilo. Cinturón negro 7º dan, fundó el club Kárate Kan, y en 1975 creó la delegación española del kyokushin bajo los auspicios del EKKO (Organización Europea de Kyokushin Karate), del que es presidente desde el año 1991. "Kyokushin significa Escuela de la Verdad Última, y su símbolo es el kanku, que proviene del kanku kata. En este kata, las manos se elevan para mirar el cielo a través de ellas, y de esta manera, se forma el símbolo", explica Pérez.

 

Hace 45 años Piñero empezó a aportar sus conocimientos en los primeros entrenamientos que se iniciaban con la lectura de las promesas (Dojo Kun) para dar paso a las técnicas básicas. "Se repetían miles de veces para automatizar de forma correcta los movimientos, se golpeaban los 'makiwaras', se realizaban ejercicios específicos de endurecimiento y se practicaba el kumite (combate), en el que se permitía el contacto", detalla Pérez, discípulo de Piñero, que ahora traslada a sus alumnos, en el Polideportivo Deportivo Municipal San Braulio, la sabiduría de su maestro.

 

"La práctica del kárate kyokushin no se centra en la competición contra un adversario, sino en la lucha contra uno mismo por superar sus propias limitaciones", concreta Pérez. Aunque las competiciones sirven para popularizar este arte marcial y dar a conocer a deportistas que se bañan en oro. Una de las 'perlas' que personaliza este deporte es Beatriz Prades, actual campeona de España de Katas (formas) y Kumite (combate), que se ha convertido en una fija en el equipo nacional. Su último éxito llegó el año pasado en noviembre en París, cuando subió al segundo cajón del podio de kumite en el Campeonato de Europa. Una plata que supo a oro para su maestro, que presenta un extenso currículo donde sobresalen títulos nacionales y continentales.

 

Además del Budo Kárate y del Kárate Kan, hay otros seis centros en Aragón que imparten kyokushin: CK Tauste, Club Kyokushin Cariñena, Escuela de Kárate Daroca, Gimnasio Roma, Gimnasio Sport 2000 Mallén, Club Kárate Tarazona. "El porqué el kyokushin kárate tiene tantos adeptos en su etapa infantil es debido a que es una actividad lúdica. recreativa, formativa, que les permite, entre otras cosas, dominar y conocer su cuerpo, concentrarse, elevar la autoestima y seguridad", detalla Pérez. Desde pequeños asimilan los fundamentos de un deporte que multiplica su presencia en los calendarios competitivos, y que regala campeonas como Prades, que mira a lo más alto con voluntad férrea.