CAI ZARAGOZA

Esperando el cambio

El CAI comenzó a preparar el partido contra el Cajasol mientras cierra los detalles del inminente refuerzo.

Curro Segura lidió ayer con los medios tras el entrenamiento matinal
Esperando el cambio
JUAN CARLOS ARCOS

El CAI ya se tomó el turrón y las uvas vestido de corto. Ayer, el roscón de Reyes se devoró con la misma indumentaria: la de entrenamiento. Sin embargo a Segura todavía no le había caído el regalo que pidió el pasado domingo. "Como ya dije hay negociaciones que no son ni fáciles ni rápidas", afirmó respecto a la inminente llegada de un refuerzo interior. "Esperemos que sea rápido y que esté para enfrentarnos al Cajasol", matizó dando fe del imperioso deseo de la entidad de que la nueva 'columna' se estrene el domingo en la cancha hispalense.


La misiva la escribió el pasado domingo. Fue breve, 55 segundos. El tiempo que tardó en reclamar a Starosta su intervención y en devolverlo con presteza al fondo del banquillo. A pesar de todo, Curro no quiere firmar al checo su finiquito con la elástica del CAI. "No hay que colocar antes de tiempo a nadie fuera del equipo. Hasta que no haya nadie aquí, Starosta sigue siendo parte del equipo", respondió el mister. "¿Quién nos dice que no va a estar hasta final de año si se produce una lesión de larga duración?", planteó para intentar disuadir de que Ondrej es el descarte señalado.


"La carta a los Reyes va por otro lado", aseguró al ser preguntado si había reclamado algún refuerzo más. "Queremos que el equipo esté lo mejor preparado para ganar en Sevilla". El esbozo del objeto de búsqueda se distingue nitidamente. No hay apenas dudas. Será un pívot comunitario - un jugador que "ayude cerca del aro, aunque no importaría que pueda ser polivalente", como señaló Curro-, a excepción de que las intimidades del mercado obliguen a un doble cambio, algo que no descartó el granadino. "Puede ser". Palabras escuetas pero que no desechan la opción de contar con dos rostros nuevos, aunque no precisó si se trataría de otro interior o se apuntalaría la línea exterior.


De esta manera deshojó Segura la margarita de la próxima incorporación del CAI, que bien podría tomar tierra en Zaragoza en las próximas horas. "Si podemos tener un mejor juego interior frente al Cajasol, lo tendremos", argumentó. Un compromiso, el del próximo domingo, que se tiñe de una importancia superior, incluso, al encuentro de Murcia en el que la expedición aragonesa salió escaldada a manos de un rival directo. Con dos victorias en su haber en la competición doméstica, los de Pedro Martínez acumulan un registro pésimo que les obliga a atar su próximo encuentro para no tener que encomendarse a la épica. De hincar la rodilla el domingo en el pabellón San Pablo, los sevillanos tendrían que lograr, al menos, nueve victorias en lo que resta de temporada para mantener sus opciones. "Es un partido especialmente importante para el futuro de la competición", remarcó.


El equipo ha mostrado un dualismo en su juego que le ha condenado a no mojar en pista ajena desde su visita a Canarias allá por el mes de octubre. "Las diferencias no son solo nuestras. Forman parte de una competición exigente en la que ganar fuera cuesta mucho", aseguró Curro para escudarse de la imagen mostrada por la plantilla cuando ostenta la calidad de visitante. En lo personal, declinó hacer valoraciones sobre su futuro y aclaró que solo tiene la mente "en el próximo partido". Una final en Sevilla. Otra más. Si el CAI sigue por la zanja que ha cavado tras siete derrotas consecutivas, cada siete días habrá algo similar. Para evitarlo el club está cerca de cerrar un refuerzo tras su inmersión el mercado. Un refuerzo que traiga el esperado cambio.