ALPINISMO

En medio de la nada

Durante la marcha de aproximación al Campo Base del Dhaulagri, Pauner, Pérez y Alejandre se ven atrapados por la nieve.

Nunca mejor dicho, estamos atrapados en medio de la nada. Por encima, una jornada hasta el Campo Base del Dhaulagiri, por un camino muy peligroso debido a la gran cantidad de nieve caída. Por debajo, el valle del que venimos, cubierto de nubes y recibiendo al mal tiempo. Nuestros porteadores han huido tras ver el panorama existente, y el helicóptero no puede volar para llevarnos con nuestras cargas hasta el Campo Base, más de 1.000 metros por encima.


De momento no podemos hacer nada, sino esperar y ver cómo evoluciona el tiempo. El miércoles hizo un poco mejor, pero al día siguiente, por la mañana, sentados en estas piedras, esperando al gran pájaro de hierro salvador, nuestras esperanzas se han ido desvaneciendo. Al mismo tiempo que pasaban las horas, iban apareciendo nubes cada vez más importantes y, a la hora de comer, la nieve caía sobre nuestro improvisado campo.


El viernes volveremos a repetir el ritual: desmontaremos todo y esperaremos a que el tiempo aguante, aunque solo sea unas pocas horas, temprano. A ver si hay suerte y son suficientes para llegar a nuestro destino. Estamos cansados del viaje, de andar con todo de aquí para allá, de mirar al cielo, de esperar al helicóptero una vez más. Necesitamos llegar al Campo Base, montar nuestro hogar, que va a ser por un tiempo, descansar y comenzar otro nuevo capítulo de esta expedición.


Todo esto nos hace reflexionar que una expedición son muchas cosas y, siempre, alguna de ellas va mal y nos perturba el espíritu. Vamos a ser optimistas y pensar en lo mejor, en que dentro de poco disfrutaremos de la llegada a nuestro destino, del fin de nuestro largo viaje hasta lo más recóndito y alejado de la civilización que conocemos.