Nueva y última prueba en Inglaterra. El Real Zaragoza visita el feudo del Wolverhampton Wanderes en el que será su tercer partido de pretemporada. Una oportunidad de continuar conociendo al equipo que defenderá la elástica blanquilla durante la próxima temporada en Primera División. Tras la derrota obtenida frente al West Ham (2-0) y el empate a uno logrado con el Norwich, los pupilos de Javier Aguirre tratarán de completar la mejoría mostrada sobre el verde con el primer triunfo estival.

A solo 15 días vista del comienzo liguero, el viaje a Molineux coloca el colofón a una semana de concentración y entrenamientos en el Reino Unido. Una preparación que debe dotar de mayor cohesión a una plantilla que, sin embargo, vive inmersa en un clima que anuncia cambios importantes en su morfología. Ya sean en forma de incorporaciones o, incluso, de salidas.

Convulsión en la portería

Sin duda, la mayor expectativa se encuentra en la portería. Tras el fichaje de Roberto, un nuevo cisma se ha abierto en la meta zaragozana. Parece claro que la nueva llegada lleva aparejada la marcha de Leo Franco o de Toni Doblas, que hasta ahora han jugado un partido cada uno.

La regla no escrita de la alternancia dicta que será el argentino el que deba jugar, aunque se podrían repartir los tiempos en el que será el último encuentro antes de la incorporación de facto del guarda madrileño. Lo que si resulta menos probable es que se le otorguen minutos a Pablo Alcolea, tercer portero desplazado hasta el 'stage' británico.

Pruebas y experimentos

El verano es tiempo de pruebas y experimentos. Sin duda, el más claro de los realizados hasta ahora es el sistema de juego empleado. Probablemente obligado por la naturaleza de las piezas con las que puede contar, el técnico mexicano ha disputado los dos choques anteriores con un dibujo integrado por cinco defensas más un doble pivote en el centro del campo. Una táctica que no ha cambiado en los 180 minutos disputados hasta ahora y que, probablemente, vuelva a tener una nueva oportunidad que acomode la superpoblación de centrales con la que cuentan los aragoneses actualmente.

En el medio campo, la pareja formada por Ponzio y Pinter es la apuesta realizada hasta ahora. Y casi la única posible, al ser los dos únicos futbolistas con ficha del primer equipo que se desenvuelven en esa demarcación. La alternativa viene desde abajo, con Kevin y Joel Valencia pujando por una oportunidad. Los dos canteranos gozan de la inventiva que les falta a sus compañeros, aunque, hasta ahora, su papel en los amistosos previos ha sido residual. De hecho, el internacional ecuatoriano sub 17 no disputó ni un solo minuto en el anterior partido ante el Norwich.

En el ataque, la concurrencia de Lafita, Edu Oriol, Juan Carlos, Uche y Braulio, autor del único tanto zaragocista hasta la fecha, parece segura a la espera de conocer si Jorge Ortí puede contar con algunos minutos.

Rival histórico

En frente, un rival modesto repleto de historia. Fundado en 1877, los 'Wolves' -lobos-, como son apodados, encadenan su tercera temporada consecutiva en la Premier League. Tras dos salvaciones logradas a base de sudor y sacrificio, los de Mick McCarthy son un equipo especializado en la supervivencia, de férreo rendimiento defensivo y especialmente correosos al calor de su público.

Su apuesta por la continuidad hace indicar que buscarán la misma receta en este mismo año. Solo dos caras nuevas, ambas referentes a la faceta de contención el juego. El meta De Vries y el central Roger Johnson, que ha sido nombrado capitán del equipo, son sus dos únicas incorporaciones en un equipo que volverá a tener en el escocés Steven Fletcher a su hombre más peligroso.

Sin duda, la cohesión ya existente les puede otorgar un plus respecto a los zaragocistas, en la que parece un prueba con fuego real respecto a lo que les espera a los de Aguirre en su temporada en Primera.