REAL ZARAGOZA

El Vasco ensaya su primer once

Aguirre sorprende en su primer entrenamiento al montar un partido en el que probó la alineación para Getafe con un 4-1-4-1.

Momento en el que Aguirre separa a los once presumibles titulares de Getafe y charla con ellos antes del partidillo de entrenamiento.
El Vasco ensaya su primer once
OLIVER DUCH

Leo Franco; Ponzio, Jarosik, Contini, Obradovic; Edmilson; Jorge López, Gabi, Ander Herrera, Bertolo; y Sinama-Pongolle. Este equipo, ordenado en un 4-1-4-1 sobre el campo, fue el que Javier Aguirre puso en acción durante todo el entrenamiento de ayer en el curso de un partidillo que tuvo valor de prueba seria de cara al inminente partido del Real Zaragoza en Getafe.


El mexicano se estrenó como entrenador zaragocista en una sesión vespertina, con luz artificial y frío, llena de expectación en la pequeña grada de la Ciudad Deportiva. Con su clásico 'look', dotado de gorra visera -incluso de noche- y pantalones cortos rememorando siempre su época de jugador, el Vasco no perdió el tiempo ni un solo segundo durante las dos intensas horas que duró su primer contacto con sus nuevos jugadores.


Por encima de todo, lo más llamativo fue ver cómo, tras unos sencillos ejercicios de calentamiento y potencia dirigidos por su asistente Juan Iribarren, Aguirre llamaba aparte a los once futbolistas citados. Mientras hablaba con ellos en un corrillo, se pudo colegir que aquel grupo componía un once inicial. Muy probablemente, el que dé forma a la primera alineación zaragocista de la era Aguirre el próximo lunes en el Coliseum Alfonso Pérez.


El técnico mexicano tenía programado un partido en toda la regla, once contra once en campo grande, que se dividió en dos tiempos de 30 minutos. Y el equipo azul, el que actuó permanentemente bajo sus indicaciones, consejos y rectificaciones, jamás varió en su estructura.


Leo Franco, antiguo discípulo de Aguirre en el Atlético de Madrid, volvió a la portería en detrimento de Doblas, hasta ahora titular. En una defensa de cuatro hombres, Ponzio y Obradovic ocuparon los laterales, el argentino en el puesto habitual de Diogo, que será baja en Getafe por acumulación de amonestaciones. Jarosik y Contini fueron el dúo de centrales.


Por delante de ellos, Edmilson tomó galones de jefe en la medular. Como pivote único, como apoyo a los zagueros en las basculaciones y como seguro de cierre cuando el equipo ataca. Aguirre le pidió varias veces que no dejase de hablar en voz alta y que no cesara de colocar a sus colegas. A los demás, el mexicano les rogó que atendieran siempre las indicaciones del veterano campeón del mundo brasileño.


Los centrocampistas partieron de una línea de cuatro. Jorge López pegado a la banda derecha, Bertolo a izquierda, con Gabi y Ander Herrera en el círculo central. En actitud defensiva, el repliegue era simultáneo en los cuatro carriles. Con el balón en poder del equipo y buscando el área rival, los exteriores debían avanzar en profundidad y Ander Herrera llegar a la altura del único delantero: Sinama-Pongolle, otro viejo conocido de Aguirre en su etapa colchonera.


Tras poco más de una hora de toma de contacto con su nuevo equipo, Aguirre ya mostró abiertamente sus primeras intenciones sin ningún tapujo. Claro que, tratándose ya de un jueves por la tarde, la sorpresa ante tal actitud del técnico rebajó sensiblemente su graduación. Tenía su lógica. El mexicano no dispone de mucho espacio para explicar a los futbolistas su ideario básico con el que afrontar el primer compromiso de su recién estrenada era.


Cuatro charlas personalizadas

La miga del entrenamiento la compuso el mencionado partido donde se vio el equipo titular. Pero hubo otros detalles llamativos que Aguirre proporcionó a la vista de quienes observaban su primer ensayo. El técnico, en diferentes momentos, provocó hasta cuatro conversaciones particularizadas con otros tantos futbolistas.


La primera, con el capitán Gabi, fue la más larga. Poco después llamó a capítulo a Diogo, ayer con el peto naranja de los suplentes. La tercera -y más gesticulante- fue con Edmilson. Y la última, ya al final, con Contini. Todos, futbolistas de jerarquía a los que es necesario resetear con urgencia para obtener de ellos un rendimiento superior al que han dado hasta ahora.