VOLVO OCEAN RACE

El Rey da el cañonazo de salida de la vuelta al mundo a vela

El Rey Juan Carlos daba la salida oficial a la décima edición de la Vuelta al Mundo de Vela desde el Puerto de Alicante, en un acto deslucido por la lluvia y el fuerte viento pero que reunió a miles de personas para despedir a la flota de ocho barcos que inicia una aventura de nueve meses en un recorrido de 37.000 millas (68.500 kilómetros) por todo el mundo.


La llegada de la Familia Real con el Rey a la cabeza, junto a la Reina y las Infantas Elena y Cristina supuso el pistoletazo de salida de los actos previstos en las instalaciones del 'race village' del puerto de Alicante.


Don Juan Carlos, la Reina y las Infantas, que fueron recibidos por el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, entre otras autoridades, acudieron al pantalán para saludar y despedir a los 88 tripulantes, con especial cariño a los españoles.


Desfile de barcos


Una vez los equipos recibieron la bendición, se inició el desfile de los barcos con sus tripulaciones a bordo hacia el campo de regatas, ovacionados por los miles de espectadores que desafiaron al mal tiempo -la lluvia remitió pero hacía mucho viento- para presenciar desde el puerto alicantino la salida.


En orden inverso a su clasificación

Los barcos salieron en orden inverso a su clasificación y primero lo hizo el Team Russia, seguido del Ericson 3 sueco, el Delta Lloyd holandés, el Green Dragon chino-irlandés, que se despidió con un 'gracias por todo Alicante' y el Ericson 4 sueco, que también tuvo su gesto de agradecimiento a la ciudad al despedirse con un 'gracias por todo a la millor terreta del món -mejor tierra del mundo-'.


Después, partió el Puma estadounidense y por último los dos españoles, el Telefónica Negro y el Telefónica Azul, que recibieron la mayor ovación del público, que agradecieron y devolvieron saludándoles efusivamente, con banderas en algunos casos.


El Telefónica Azul, líder provisional de la Vuelta tras imponerse en la regata costera, fue el último barco en partir con don Juan Carlos y la Infanta Elena, madrina de la embarcación, como tripulantes de excepción.


Mientras, en el Telefónica Negro, que partió justo antes, la infanta Cristina, madrina de la embarcación, también iba a bordo, mientras la Reina y el resto de autoridades se embarcaron en la Fragata Navarra de la Armada Española, desde donde se dio finalmente el cañonazo de salida.


Ya sobre el agua, donde también les acompañaba el portaaviones 'Príncipe de Asturias', el Rey y las Infantas fueron trasladados a la Fragata Navarra, la quinta de una serie de seis fragatas que componen la Clase Santa María, una versión española de la clase Oliver Hazard Perry estadounidense, con base en Rota (Cádiz) y veterana en operaciones de vigilancia y control.


Posteriormente, la patrulla Águila, el grupo de vuelo acrobático del Ejército del Aire Español hizo su exhibición sobre el cielo de Alicante antes de que se disparara una gran mascletá con 380 kilos de pólvora, a cargo de la pirotecnia Caballer, como preámbulo a la salida.


Cañonazo de salida

El Rey, a bordo de la Fragata Navarra activó el cañón que anunció el inicio oficial de la décima edición de la Vuelta al Mundo de Vela y que llevó a la flota a un breve recorrido entre varias boyas por la bahía de Alicante antes de enfilar hacia el sur del Mediterráneo en dirección a Ciudad del Cabo (Sudáfrica), su primera parada.


Entre los asistentes al acto también estuvieron Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, Rita Barberá, alcaldesa de Valencia; Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante, y su predecesor, Luis Diaz Alperi, y el vicepresidente primero y portavoz del Consell, Vicente Rambla.


Asimismo, estuvieron la presidenta de Les Corts Valencianes, Milagrosa Martínez; la consellera de Cultura y Deporte, Trinidad Miró, y el diputado Federico Trillo.


Las malas condiciones meteorológicas, con mar de fondo inusual en aguas alicantinas, olas de entre dos y tres metros, chubascos y más de 25 nudos de viento del Este, hicieron desistir a los barcos de aficionados a acompañar a la flota en sus primeras millas de recorrido, lo que deslució la marcha de los participantes.