REAL ZARAGOZA

El reto de volver a ilusionar

El Real Zaragoza juega en Tarragona ante el Nástic (18.30, Aragón TV) con el objetivo de retornar a los puestos de ascenso. Ewerthon y Oliveira comparten delantera.

Un punto de seis posibles ante rivales como el Girona y el Castellón no puede ser bagaje para la maleta zaragocista en el viaje hacia Primera. Resulta tan naturalmente comprensible que, al margen de críticas y razonamientos, el zaragocismo entero sabe que se precisa ya un golpe de timón.


El calendario desplaza al conjunto aragonés a Tarragona, al Nou Estadi, donde esta tarde (18.30, Aragón Televisión) se enfrenta a un Nástic con aires de grandeza, acomodado en la zona media de la tabla, capaz de dar un salto cualitativo en sus aspiraciones si es capaz de derrotar a la formación de Marcelino.


Aunque eso no puede pasarse por la cabeza del zaragocismo que, sin dramatismos, es conciente de que debe poner fin a esa línea irregular de los últimos partidos y ganar al equipo de César Ferrando. En la ambición, el retorno del Real Zaragoza a las posiciones de ascenso, de las que se apartó la semana pasada, tras el triste empate en La Romareda ante el Castellón.


Viajó el conjunto aragonés ayer por carretera a Reus, donde se hospeda, con las novedades de Oliveira y Gabi en la convocatoria, que apartan de la lista a Adriá y Songo'o.


Vuelve el brasileño después del partido de sanción impuesto tras ver la tarjeta roja en Gerona. Y su presencia garantiza una dupla tan inhabitual como contundente en la vanguardia zaragocista: Oliveira y Ewerthon compartirán ataque, garantía goleadora y siempre un quebradero de cabeza para cualquier rival.


La presencia de los dos brasileños es solvencia de ataque y un alivio para el técnico. Más aún cuando Tarragona tiembla cada vez que el equipo rival pisa área. Porque precisamente el debate en el Nástic se ha centrado esta semana en su endeblez defensiva y las facilidades otorgadas por la retaguardia. Lo lógico es que Braulio vea de arranque el partido desde el banquillo.


La llegada de Gabi, superada su lesión, es una opción más para Marcelino en el eje de la medular. En principio, el asturiano podría alinear a Antonio Hidalgo y a Zapater, dejando a la espera al madrileño recién recuperado. Aunque es factible que por la mente del técnico asturiano se pasee alguna alternativa que abra a Gabi la puerta de la titularidad. Las bandas serían, en principio, para Arizmendi y Jorge López.


Aunque la verdadera ocupación de Marcelino se sitúa en la parte de atrás. No parece que esta vez vaya a haber cambios y entrega los galones del centro de la retaguardia a Ayala y a Pulido, con Pignol y Paredes en las alas.


Tiene enfrente el Zaragoza a un equipo cortado por el patrón de César Ferrando: sobrio, sólido, contundente. Ahí milita el ex zaragocista Moisés García León -memoria alargada del Real Zaragoza- y el guardameta zaragozano Rubén, que se ha ganado el puesto y se ha consolidado a orillas del Mediterráneo.


El Nou Estadi tarraconense no es un fortín y de ahí le han volado ya cinco puntos al Nástic -una derrota y dos empates-. Aunque a nadie le cabe duda de que el devenir del partido depende de cómo actúe el Real Zaragoza.


Atrás quedó esa imagen inexplicable -como lo describió Marcelino- de la derrota ante el modesto Girona de Raúl Agné. Y la referencia debe ser el triunfo ante el Sevilla Atlético en el Sánchez Pizjuán, que ponía fin a casi un año de sequía de triunfos fuera de casa.


Aunque aquella inocente plantilla sevillista no tiene nada que ver con el equipo que se va a encontrar esta tarde el conjunto aragonés.


Ganar conjuga elementos balsámicos, aúna compromisos, aviva ilusiones, genera confianza. Es el reto que se impone un Real Zaragoza que debe enmendar los resbalones de los dos últimos partidos e intentar volver a la zona que le corresponde; la de su único objetivo, los puestos de ascenso.