REAL ZARAGOZA

El poder del liderato

Más allá de mandar en la clasificación, vencer al Salamanca y presidir la Liga proporcionaría otros efectos positivos: desde el golpe de autoridad a los rivales al refuerzo de la figura de Marcelino.

El Zaragoza se juega el liderato ante el Salamanca. Esa es la verdad matemática. Pero, por debajo, descansan otros efectos muy saludables para el equipo, el club y la afición. Serían cuatro victorias en una. Un liderato poderoso. Redondo.


1 EL PUÑETAZO EN LA MESA. Al Real Zaragoza se le ha reclamado con insistencia una prueba de autoridad. Hasta el momento, apenas ha goteado unos pocos impulsos de esa superioridad que se le presagió al principio de la temporada, cuando su paseo por la categoría apenas despertaba voces discrepantes. Ese poderío es indiscutible. Pero su tardía adaptación, los defectos que Marcelino ha debido depurar sobre la marcha o la excesiva presencia de un fútbol inconstante, vaporoso y antojadizo han provocado que el equipo aún no se haya elevado por encima de sus rivales, directos o indirectos, selección aún algo difusa a causa del atropello que vive la zona media-alta de la clasificación. En el Zaragoza, en definitiva, han dominado más los interrogantes que su propia imposición. Por eso, entre otras cosas, la victoria ante el Salamanca tendría un efecto vigoroso indudable: se ocuparía el liderato por invasión, desterrando al líder vigente, y se lanzaría al resto de la categoría el mensaje de que el lobo ya manda en el bosque.


2 UN VENTILADOR PARA LA AFICIÓN. El liderato supondría un giro inverso del ciclo de las felicidades. Después de un periodo agreste y oscuro demasiado extenso, nuevos aires ventilarían el ánimo del club y la afición. La hinchada viene viviendo un año donde las sonrisas solo se las puede proporcionar la clasificación. Si es el primer lugar mejor que el segundo, si es el segundo, mejor que el tercero. Descubrirse más abajo resultaría fatal. Una victoria ante el Salamanca empujaría a la gente a abrazar una clasificación mucho tiempo después. Atrás quedaría el vía crucis que condujo a Segunda, el tobogán de entrenadores, las derrotas, el descenso, los vaivenes directivos, el complicado inicio del retorno a Primera... Y por delante, solo quedaría el calendario, una larga espera... pero sin bajarse del ascenso.


3 VITAMINA ANÍMICA PARA EL EQUIPO. El liderato se ha convertido en una cuestión de estado dentro del vestuario. No en vano, nada mejor que el primer lugar para constatar que el rumbo es el correcto. Mandar en la tabla inyectaría una buena carga de vitaminas en la moral de los futbolistas, les liberaría de unos grados de presión y reforzaría la unión grupal.


4 MARCELINO Y LA VALIDEZ DEL MÉTODO. Si sube a la cumbre, el Zaragoza lo habrá conseguido desde un fútbol en constante pero lenta progresión. Un fútbol que ha encontrado el punto medio entre lo mejorable y lo perfeccionado. Pese a generar juicios variados, el estilo de Marcelino se ha manifestado eficaz. El liderato haría el resto para robustecer la figura y método del entrenador.