CAI ZARAGOZA

El ordenador de José Luis Abós

El entrenador del CAI Zaragoza compagina su descanso vacacional con la búsqueda de jugadores que completen la nueva plantilla.

José Luis Abós observa a sus jugadores durante un entrenamiento.
El ordenador de José Luis Abós
C. MUÑOZ

Desconectar, objetivo loable en época estival; meta casi inalcanzable cuando se es entrenador de un equipo de la Liga ACB. Que se lo digan a José Luis Abós, técnico del CAI Zaragoza, que alterna sus días de descanso con la preparación de la próxima plantilla del conjunto rojillo. Bendita preocupación para el zaragozano, que desde la distancia estudia con detenimiento los jugadores que podrían completar el plantel con el que el conjunto aragonés se presentará en la máxima categoría del baloncesto español.


La fachada de la entidad aparenta calma. Pero en su interior, en los despachos, el movimiento es incesante. "Desde fuera puede parecer que estamos quietos, pero la realidad es que no paramos. Estamos analizando opciones, viendo muchos jugadores. Paso el día delante del ordenador. Así llevo todo el verano. La calma es, por tanto, muy relativa. Hay mucho trabajo", explica el preparador zaragozano.


Añadan, a las horas frente a la pantalla, el reciente debut del técnico en el Curso Superior de entrenadores de la Federación Española de Baloncesto. "No había acudido nunca. Fue una grata experiencia. Desarrollé una ponencia sobre tácticas de ataque. La verdad es que pareció tener buena acogida entre los alumnos", comenta el 'coach'. Ahora, para beneficiar que su siguiente estreno -el de la ACB- sea satisfactorio, Abós desea disponer de toda la plantilla ya el próximo 17 de agosto, fecha en que comenzará la pretemporada de los rojillos: "Nada es descartable. Creo que podemos esperar que el equipo esté hecho antes de esa fecha. Confío en ello. Podremos trabajar todos, excepto Quinteros y Barlow, que estarán en el Mundial".


A Turquía no acudirá, finalmente, Chad Toppert, que no entró en la lista definitiva de Alemania. "Habría sido una buena forma de que comenzase a adaptarse al basket europeo. Pero lo logrará con nosotros. Es un buen jugador, siempre ha destacado por sus altos porcentajes de tiro y, por eso, esperamos que nos dé efectividad desde la línea de 6,75", apunta su entrenador, que dará la bienvenida el próximo mes, además de al teutón, a los otros dos refuerzos: Andrés Miso y Joan Riera. "Como Miso hay pocos jugadores. Tiene experiencia en ACB y está en el grado de madurez adecuado. Es un jugador polivalente: puede actuar como uno, dos y tres. Riera tiene claro su papel. No obstante, sé que querrá ganarse el puesto desde el primer entrenamiento. Tiene instinto de liderazgo", subraya.


En la primera charla técnica de la nueva temporada estará, si nada cambia, Roberto Guerra, al que la entidad trata de encontrar acomodo fuera de la capital del Ebro: "Imagino que sus agentes estarán trabajando en ello. Nosotros fuimos claros con él. Sabe que no entra en mis planes. La mejor solución es que encuentre otro equipo. Si acaba quedándose, ya sabe que su papel será muy secundario, sin apenas minutos".


En la línea

Faltan refuerzos: al menos, un base, dos pivots... Pero no hay hueco para la premura. "No tenemos prisa. Necesitamos jugadores, estamos en ello y ficharemos a quienes se adapten a nuestras necesidades y a nuestra capacidad económica", dice el técnico, que considera que el margen de acción del CAI, en lo mercantil, se encuentra en la línea del resto de equipos que pelearán, junto a la entidad rojilla, por sobrevivir en la ACB: "Al principio podía dar la sensación de que eso nos limitaba, pero en esta competición hay dos ligas. En la nuestra, la de los poco pudientes, no estamos fuera del mercado, sino en parámetros similares a nuestros rivales. Por eso, tenemos las mismas opciones que cualquier otro".


Se producirán las incorporaciones y, en un mes, el nuevo CAI Zaragoza comenzará una larga e intensa pretemporada. A ella se sumarán varios jugadores del nuevo filial. "Nos acompañarán entre cuatro y cinco jugadores de la cantera. Por ellos pasa parte del futuro del club. Lo tenemos claro. Queremos que nos ayuden en los entrenamientos, que entren en la dinámica. Es bueno que vayan asomando la cabeza, que se vea a los jugadores de nuestra base. Es una forma de identificación para el club", concluye el entrenador. Por delante, más horas de verano y de ordenador.