CICLISMO

El nuevo Armstrong

Lance Armstrong, durante la disputa del Tour Down Under.
El nuevo Armstrong
REUTERS

El Tour Down Under reveló a un Lance Armstrong más abierto y cercano, alejado del personaje esquivo y receloso de antes de su retiro. “Después de un tiempo fuera del ciclismo, uno tiene la oportunidad de mirar las cosas desde un punto de vista objetivo”, aseguró Armstrong tras terminar la carrera que marcó su regreso al ciclismo tres años y medio después. “Y uno piensa, si pudiera hacerlo de nuevo, haría esto, esto y esto. Cambiaría algunas cosas”.


Armstrong se fue haciendo cada vez más inaccesible y distante conforme sumaba triunfos en el Tour de Francia, algo que hizo de forma ininterrumpida de 1999 a 2005. Su relación con la prensa y la afición francesa se fue deteriorando además entre sospechas y acusaciones de dopaje, hasta el extremo de que el mismo ciclista expresó temores por su seguridad en su regreso al Tour este año.


Sin embargo, su actitud en Adelaida fue completamente distinta desde el principio. El norteamericano terminó su primera rueda de prensa en la abarrotada sala del hotel Hilton asegurando que había sido la mejor de su vida.


Entre bromas y risas, Armstrong atendió todos los días después de cada etapa a las decenas de periodistas que se desplazaron hasta Australia para seguir su regreso al ciclismo.


“Entiendo que ustedes tienen un trabajo que hacer. Si yo termino la etapa y me subo a mi coche y me voy, ustedes van a seguir ahí esperando obtener algo. Y eso no es bueno para mí, porque inevitablemente no van a escribir cosas positivas”, admitió Armstrong. “He aprendido”.


“Tiene algo que vendernos”, aseguró el comentarista de ciclismo Phil Liggett. “Y es su fundación contra el cáncer. Ahora quiere algo de nosotros, mientras que antes hacía sus cosas para él. Es una actitud completamente diferente”.