CAI TERUEL

El monólogo de Juli 'el Largo'

La actuación del central Julián García-Torres en Puerto Real merece el MVP de la 17ª jornada. El sevillano comparte el deporte con otra pasión: la comedia.

Julián García-Torres se estira para atrapar un balón.
El monólogo de Juli 'el Largo'
antonio garcía

Julián García-Torres es un consumado monologuista. Al sevillano le gusta provocar alegría, que el público disfrute. Viéndole en la pista o subido a un escenario. Cuando se pone la camiseta del CAI Teruel o con un micrófono en la mano. Una persona arrolladora. El deportista levantó el pasado sábado a los espectadores de los asientos del pabellón municipal de Puerto Real. Con una actuación soberbia ante el Cajasol que permitió que su equipo se llevara el partido tras un agónico 'tie-break' (2-3). Una de sus mejores funciones en la Superliga, de un jugador en su puesto -central- en las últimas campañas: García-Torres atacó 29 balones (72% de aciertos), pero, además, plantó un muro sobre la red al conectar ocho bloqueos. "¡No sé si voy a repetir un encuentro igual! Se alinearon todos los planetas y salió un partido redondo. Ya tenía ganas...", reconoce el MVP de la 17ª jornada.

 

Un cómico que llevó la sonrisa a un grupo que esta temporada sufre un calvario con las lesiones; que, por fin, pudo contentarse con su rendimiento. "Tenía una motivación especial. A Puerto Real se desplazaban mis padres, jugadores rivales del pasado, la familia de mi novia (Lorena) que es de Cádiz, los aficionados de Teruel que dieron un colorido a la grada y animaron sin descanso? Tenía ganas de jugar un partido bueno para reafirmarme, recuperar sensaciones", comenta. Juli 'el Largo', nombre artístico del central del conjunto naranja, protagonizó su mejor recital deportivo, aunque, en este caso, él resalta la intervención del bloque. "Esto es un trabajo en equipo, no de uno solo. Todos empujaron para conseguir la victoria, luchamos como nunca".

 

García-Torres tuvo el sábado una satisfacción muy distinta a la que logra con sus monólogos en los distintos locales en los que explota esa vis cómica tan natural. Así inicia su soliloquio: "Todo empezó como una broma. Yo era muy distraído en clase, y siempre me ha gustado escribir mis cositas. Un día me fijé, porque yo me fijo mucho en las personas, en la profesora: la forma de moverse, sus coletillas, su ropa? Y mi compañero me dijo que por qué no lo plasmaba en un papel. Y salió bien. Justo enfrente de la Universidad había un bar de monólogos y preparé uno de la Navidad. Me presenté. 'Pisha, la Navidad es muy triste. Hay que ofrecer alegría', me dijeron. Mi hermano (Fernando) es muy ingenioso a la hora de escribir. Formamos una pareja muy completa. La fórmula funcionó". En Sevilla fue visto por el Club de la Comedia y le admitieron como miembro. Llegó a intervenir en la televisión y grabó dos monólogos en Paramount Comedy.

 

Su técnica es sencilla: "Siempre llevo una libretilla chiquita en la riñonera, y todo lo que veo lo apunto. El equipo da mucho juego para componer, pero el frío, y aquí en Teruel hace mucho, también es un buen argumento. Siempre hay gente que piensa que el frío que hace en su ciudad es el mejor si se compara con otra (risas). Las veinte o treinta ideas las ordeno. Trato de ponerme en el papel del humorista, cómo lo diría para hacer gracia".

 

Juli 'el largo' no se sentía atraído por el deporte. Pese a que sus 202 centímetros le acercaran a la canasta. Hasta que en el camino se cruzó... "El panadero del barrio, que era árbitro de voleibol. Me animó a que me acercara a un club, el Rochelambert, a probar. El voleibol no me sonaba de nada: red, saque? El primer día me dicen: 'Ponte en la red a bloquear'. En la caída, tras el salto, pisé sin querer a un compañero y le hice un esguince al pobre. La primera jugada y ya lesiono a un chaval. Me desmoralicé. Pero Sergio e Ibán, dos muy buenos amigos del Rochelambert, me animaron a seguir. Yo soy muy 'picao' y no me gusta perder a nada. Y no paré: primero, unos puntos; luego, un set. De suplente a titular, en cuatro años... Un amigo de un amigo de mi entrenador, José Lorente, le habló al técnico del Vecindario, Paco Sánchez Jover, una figura de este deporte, de un chaval de 2,02 metros que le ponía muchas ganas en la pista. O sea, yo. Y ahí comenzó mi otra vida".

 

Llegó a Vecindario en la temporada 2003/04, la del ascenso a Superliga. Su determinación en la red, esa furia que comunica su rostro, le abrió las puertas de la selección con la que jugó el Europeo de 2005 (4º) con Óscar Novillo, su actual entrenador en el CAI, en el banquillo. De Las Palmas saltó a otra isla, Palma de Mallorca (2006/07), puente hacia el Tours francés para recalar otra vez en Palma y de allí a Teruel. Su mejor interpretación llegaría en el Olímpico de Moscú, en el histórico Europeo de 2007 que España arrebató a Rusia, con una tremenda chapa del sevillano que suponía el último punto de una dramática final (3-2).

 

"Hay que poner un poco de alegría a la vida", se reafirma Julián García-Torres. Su próximo monólogo ya tiene escenario, Los Planos: "A ver si podemos eliminar al Cuneo, disputar la Final Four de la CEV. Dedicárselo a José Torres. Arrancarle una enorme sonrisa".