BALONMANO/LIGA ASOBAL

El momento del líder

CAI AragónFrig. MorrazoCAI Aragón Pablo Hernández (p.), Amadeo Sorli (4), Fradrik Larsson (1, de penalti), Sebastian Koch-Hansen (2), Toño Cartón (2), Robert Arrhenius (3), Ivan Stankovic (2) -equipo inicial-, Gabor Grebenar (3), Jorge Maqueda (2), Adrián Sifre (4), Sergio Ruiz Casanova (3), Carlos Prendes (4) y Abel Lamadrid (1).Cangas Frigoríficos Morrazo Milan Kosanovic (p.), Nelson Espino (5), Suso Soliño (6, uno de penalti), Borut Oslak (-), Fernando Eijo (3), Tihomir Doder (-), Toni Ugalde (2) -equipo inicial-, Serafín Pousada (3), Fernández Celes (2), Adrián Rosales (-) y Víctor Díaz (2).Parciales cada cinco minutos: 2-2, 5-3, 10-5, 13-8, 16-8, 18-13 (descanso), 22-16, 24-18, 26-19, 28-23, 30-25 y 31-26.Árbitros: Casado Fernández y Vera Ávila. Expulsaron al técnico visitante, Curro Lucena. Excluyeron a Grebenar, Ruiz Casanova (2), Koch-Hansen; Eijo, Doder y Ugalde.Incidencias: sexta jornada de la Liga Asobal. Se jugó en el pabellón Príncipe Felipe. Alrededor de 2.500 espectadores.

Ivan Stankovic se eleva sobre la defensa del Cangas
El momento del líder
JUAN CARLOS ARCOS

De momento, líderes. El CAI Aragón se acostó ayer como primer clasificado de la Liga Asobal. Los dos puntos facturados en el encuentro adelantado a la sexta jornada disputado ayer ante el Cangas le otorgan el liderato, posición histórica para un conjunto zaragozano en la elite del deporte español. Probablemente, el Ciudad Real le arrebate el cetro el próximo sábado, si los manchegos superan al Torrevieja.

 

El bastón de mando también lo podría tomar esta noche el Valladolid, si es capaz de vencer en el feudo del Ademar. Ni uno ni otro hecho puede reprimir la sensación de felicidad que destila el conjunto naranja, que, además de líder, se ha erigido en la gran revelación de la competición. Más que de un líder de momento, cabe hablar del momento del líder.

 

Parece lo mismo, pero no es igual. Es cierto que el liderato parece sujeto de forma eventual, un primer puesto, como decía, de momento: apenas puede durar unos días, incluso unas horas. Tan cierto como que el nivel del juego que viene exhibiendo el conjunto aragonés proclama que el momento del CAI Aragón ha llegado. El equipo que prepara Ortega no solo parece preparado para atrapar el liderato de forma puntual en el arranque de la jornada sexta, sino para dar guerra a los grandes durante todo el curso. Ayer ganó silbando el CAI Aragón, que tomó una renta de ocho goles en la primera mitad y luego se echó a dormir, a contar ovejitas y a soñar con un liderato que ahora mismo constituye una realidad. La dirección de Larsson, la contundencia de Arrhenius y la picardía de Amadeo desbrozaron el camino de la victoria en el primer acto. Un par de zurdazos de Stankovic y otro par de mazazos de Prendes elevaron la máxima diferencia al marcador (16-8, minuto 25).

 

En un plisplás, la naranja mecánica había sentenciado el encuentro. Cierto es que no encontró demasiada oposición. Durante muchos instantes, el Cangas Frigoríficos del Morrazo resultó un rival inexistente. Acaso los veteranísimos Suso Soliño o Toni Ugalde ofrecían resistencia desde el extremo. O Nelson Espino, ex jugador del Obearagón Huesca. O Eijo en el pivote. O Kosanovic en el portal. Eso sí, las proposiciones del Cangas siempre fueron disyuntivas. Nunca se explicaron de forma colectiva, nunca mostraron proposiciones copulativas, nunca rindieron al máximo a la vez Soliño, Ugalde, Nelso, Eijo y Kosnovic. Complicado ganar así.

 

En la reanudación, el CAI Aragón se dejó llevar. Ortega repartió minutos. La receta no suele alimentar resultados, pero nutre la autoestima de los jugadores menos habituales. Con los puntos en el bolsillo, Mariano puso la cara B del disco naranja. Esto es, Arrhenius, Larsson y Stankovic dejaron de bailar y se sentaron en los asientos a ver cómo menean el esqueleto los compañeros. Malumbres tampoco compareció en toda la apacible velada, y Stojanovic ni fue inscrito en el acta. Aplausos desde el banquillo, más de ánimo que de felicitación.

Siesta en la segunda parte


Con el partido sentenciado, el ritmo de juego decayó. La fluidez, la óptima velocidad de elaboración que imprimió Larsson en la primera media hora, no la transmitió Ruiz Casanova, un jugador con menos pausa. Hubo algunas buenas noticias en este segundo acto, pero ninguna alcanza ni el titular ni el subtítulo de esta crónica. Elementos secundarios que ayudaron a ganar, aunque no pueden considerarse determinantes. Pablo Hernández firmó una buena estadística a la que contribuyó de forma involuntaria la primera línea gallega, Prendes confirmó que además de defender ya comienza a ver puerta. Maqueda también suma. A Adrián Sifre y Lamadrid les hacían mucha falta esos minutillos, igual que a un Koch-Hansen que por fin comienza a soltar el brazo. En la formación de la segunda mitad volvió a brillar Amadeo Sorli, que se ha ganado la titularidad con un notable inicio de campaña.


Más centrado en la distribución de las energías que en el engorde de los goles, en cierto modo el CAI Aragón dejó aproximarse en el marcador a un Cangas impotente. La única incertidumbre la generaron los árbitros. Más que incertidumbre, desconcierto. Qué malo es citar a un árbitro en una crónica. Qué malos son Casado Fernández y Vera Ávila. Se lo recordó Curro Lucena. Le costó la tarjeta roja al técnico malagueño del Cangas. A los colegiados nadie puede expulsarles, ni excluirles, ni amonestarles. Eso les salva. Porque la revisión de la jugada anterior a la expulsión de Lucena proclama la ineptitud de Casado y Vera. En un partido sin absolutamente ninguna dificultad, consiguieron dejar descontentos a los dos equipos.


Es difícil arbitrar. Algunos árbitros lo hacen todavía más difícil. No merece la pena hablar más del tema. Centrémonos en el CAI, en disfrutar de este liderato de momento, de ese primer puesto que se ha ganado hasta al menos unas horas o unos días. Y, sobre todo, de ese sensacional momento del CAI que nos anuncia mucho más tiempo de presencia en la cima.