ATLETISMO

El más rápido de la escalera

El bombero zaragozano Alberto Gómez es el campeón nacional de carrera vertical. O sea, de subida de escaleras.

Alberto, en el Parque de Bomberos de Valle de Broto.
El más rápido de la escalera
ESTHER CASAS

Cada día, llega a casa en coche. Aparca en su plaza, en el segundo sótano del garaje, y coge el ascensor para subir a su hogar, en la planta calle. Nada raro, si no fuera porque Alberto Gómez es el ganador del primer circuito nacional de carrera vertical, que, traducido al español, quiere decir que es el más rápido de España subiendo escaleras. "Pero solo las subo para entrenar", se excusa. Y se le perdona, porque su ascenso es vertiginoso. En la última prueba celebrada, el mes pasado en el Hotel Hesperia de Barcelona, tardó cuatro minutos y once segundos en completar las 27 plantas entre el hall y el ático. Y en octubre hizo un tiempo de 3' 46" en el edificio Aqua de Iberdrola en Valencia, colgándose también el oro. "Es complicado, te tiene que gustar mucho el deporte -reconoce-. Cuando termino, estoy exhausto... ¡y bajo por ascensor!".


Es lógico, porque ¿hay algo más cansado que subir más de 20 pisos peldaño a peldaño? Pues sí: hacerlo con 25 kilos encima. Así se compite en esta disciplina, destinada a bomberos de todo el país. Y del mundo, porque en las Olimpiadas del gremio, es la prueba reina. "Cuesta acostumbrarse, porque tenemos que ir con toda la equipación y respirando por la botella de aire comprimido". Y hacerlo bien: más de uno ha tenido que abandonar con síntomas de ahogo. "Lo peor es la falta de aire y el cansancio en las piernas. Pero, mientras subes, no lo piensas -afirma Alberto-. Cuando queda poco, piensas en los tuyos y no te vienes abajo". De hecho, se viene arriba.


De pequeño, no soñaba con las escaleras de los edificios. Lo suyo era el fútbol y llegó a jugar en Tercera. Al entrar a formar parte de los Bomberos de Zaragoza, lo dejó, pero siguió con el deporte. En primavera de 2009, se presentó por primera vez a una carrera vertical en Barcelona. Finalizó en el puesto 11. Y, sin embargo, en las Olimpiadas de Bomberos de Vancúver, ese mismo año, se quedó a menos de un segundo del bronce.


Ahora, su vista está puesta en defender su título. Y, ya puestos, lograr el oro olímpico en la próximos Juegos para Bomberos, en 2011 en Nueva York, una cita en la que se honrará a los compañeros caídos en el décimo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas. "Además, parece ser que la prueba se disputará en el Empire State Building. ¡Motiva mucho el lugar! Aunque nunca he subido tantos pisos. Y cambiará la cosa", advierte.


Menos mal que está acostumbrado a un duro entrenamiento. Sí, para subir escaleras, también hay que ejercitarse. Y, si es preciso, llevando a compañeros a corderetas. "Es que hay que hacer ejercicios de carga", justifica. También hay que preparar la cabeza. "Es importante conocerte, medir tus fuerzas y saber si tienes que parar o a qué ritmo ir. Es una carrera psicológica", informa. Pero, a pesar del esfuerzo, lo recomienda: "Si subes a un quinto todos los días, con la compra en la mano, ya estás preparado para competir", bromea.


Su míster es otro bombero zaragozano, Sampi, que mete caña al grupo de seis que se preparan para este curioso deporte. Y con éxito, porque todos consiguen buenas plazas, cada uno en su categoría. "Yo, al principio, me ponía algo de AC/DC para animarme -recuer-da-. Pero prefiero entrenar con gente. Tenemos a un compañero que no para de contar chistes, y a veces nos hace parar". Están agradecidos al World Trade Center, que les presta sus instalaciones -sus escalones, mejor dicho- y esperan recibir permiso pronto para poder hacer lo propio en la Torre del Agua. "En Zaragoza -apunta- no hay edificios altísimos, así que antes de una prueba importante tenemos que ejercitarnos en Madrid o Barcelona". Solo para la subida. La bajada ya es otra cosa. "A pesar de todo, no soy enemigo de las escaleras mecánicas", deja claro.


"En casa, normalmente utilizo el ascensor. Yo solo subo escaleras cuando entreno", deja claro