CAI ZARAGOZA

El juego del 5

Ante el bajón de Rubén Garcés, Curro Segura ha tenido que buscar alternativas en Starosta y Arteaga para encabezar la tarea bajo los tableros, algo que de momento ha estado minimizado por la aportación de Larry Lewis.

Si esto se tratase de una clase de anatomía, la materia de estudio sería el riñón. Un gran proyector iluminaría una pantalla donde se podría ver, desde diferentes ángulos, el mentado órgano, que se ocupa entre otras eliminar el exceso de toxinas en la sangre humana. Pero, por fortuna, esto es baloncesto. Los pívots bien podrían ser identificados como las piezas renales dentro de cualquier cancha de la ACB. Encargados por excelencia de zafarse en las zonas, habitualmente son los encargados del 'trabajo sucio' en sus equipos.


Pero al contrario del ser humano, un banquillo no puede sobrevivir mucho tiempo con un solo riñón. Segura, en el momento de la planificación, en el puesto de cinco apostó por tener tres hombres para esta posición vital -la mayoría de equipos, fichan dos- , donde colocó el reservado a Rubén Garcés. Con el paso de las jornadas, el panameño no ha ido dejando casillas atrás como se esperaba. El técnico ha hecho avanzar en la rotación a fichas que se suponían a remolque: Starosta y Arteaga.


Garcés comenzó como indiscutible en el cinco titular, y desde los treinta minutos del primer choque frente a Pamesa, su tiempo en pista ha ido disminuyendo geométricamente a su aportación. Este descenso se ha acuciado en los dos últimos encuentros. No se sabe si por bajón de rendimientoo, el hueco se han dejado fuera de la banda.


Buscando el punto óptimo para resguardarse de la poca cándidez en la pintura, Segura ha decidido tirar de fondo de armario. El primer beneficiado: Ondrej Starosta. Con más minutos en pista, el checo dispuso de la oportunidad de acallar a aquellos que le juzgaban porque sus movimientos bajo el aro no eran todo lo contundentes que se esperaban. No es ese su cometido, y esto no está reñido con el subrayado de otras virtudes.


Starosta lanzó la bengala cuando las señales de congelación le empezaban a afectar también. El pívot dio un puñetazo estadístico en la mesa al llevarse en la mochila 11 rebotes en 18 minutos frente al Manresa. Cayó al suelo en uno de sus intentos de matar el balón en el aro rival, pero nunca se había mantenido tan en pie este año. Con blanduras y lagunas pero con minutos de temple y brillo en defensa. Esa debe su virtud más locuaz. Cuando incluso la más buena de las pitonisas diría que Asselin podía tumbar al CAI, Starosta neutralizó tres embestidas del americano que le alejaron más allá del foso de la zona el resto del partido.


Bajo la lente de la entrega total, del vaciado hasta la extenuación, se puede esperar todo de Oliver Arteaga. Esta apuesta a tres años vista se topó en el partido del Estudiantes con una oportunidad de un tercio de hora a la que respondió con creces y colaboró con 6 puntos y 4 rebotes. Unos números que no hacen más que amortizar la inversión de minutos que hicieron. Valor que, por contra, se desplomó el pasado fin de semana al no resultar el revulsivo necesario.


La diálisis hasta el momento ha sido tarea de Larry Lewis, quien con diferencia, ha sostenido la aportación interior con 14,5 puntos por partido. Por ello ha sido el que más minutos ha acaparado, y ha sido el ingrediente que ha llenado el plato de los cinco. Ahora, en su papel de escudero, DP también reclama sitio, incluso, como pareja del norteamericano. Como reconoce es una buena opción "aunque no puede ser para cuarenta minutos".


En el CAI aunque el fusil de Quinteros parezca su arma más letal, que nadie se olvide que al baloncesto se juega cuerpo a cuerpo y para eso los pívots son esenciales. El pinchazo que supone la inactividad de Garcés en el esqueleto del equipo aragonés, no impedido avanzar a pesar del dolor. Si las rodillas del panameño no han querido tirar hasta el momento, ya arrastrarán los pies el resto de compañeros por él. El problema de arrastrar: que te puedes tropezar.


La del cinco en la plantilla de Segura es una posición en busca de fidelidad. Y como se ha demostrado, si uno se duerme aquí hay pretendientes de sobra.