EL REGRESO

El infierno del descenso

Mientras el mallorquín Tolo Calafat se encuentra sin poder moverse a 7.600 metros, sus compañeros no quieren abandonar el Campo 4.

El descenso se ha convertido en un infierno para los expedicionarios españoles. El problema estriba en que alcanzaron la cima muy tarde, en torno a las cuatro hora nepalí, lo que complicó mucho el regreso, al caer rápidamente la noche. Es verdad que Javier Pérez había explicado que había luna llena, lo que aportaba un poco de luz al retorno. Sin embargo, las complicaciones se encadenaron.

Tanto Pauner como Oiarzabal llegaron al Campo 4 pasadas las doce de la noche. Se encontraban agotados después de más de veinte horas de esfuerzo continuado. Con ellos, sin embargo, no estaba Tolo Calafat, que se retrasó en el descenso y se quedó a 7.600 metros, en compañía de un sherpa, con un principio de edema cerebral.

Según se anunció desde el principio, Calafat se mantiene en contacto con el Campo Base a través de un 'walkie' y recibe indicaciones del doctor Morandeira y la doctora Nerín, del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, que permanecen en el Campo Base junto al también aragonés Javier Pérez, que trata de coordinar las distintas iniciativas de rescate y atención a los montañeros.

Mientras Carlos Pauner y Juanito Oiarzabal lograron descansar en el Campo 4, Calafat hubo de permanecer a la intemperie en unas durísimas condiciones metorológicas -había 290 bajo cero durante el día, además de una fuerte ventisca-. Al amanecer, sus compañeros le enviaron otro sherpa con oxígeno, alimentación y algo de abrigo "para que no tenga que pasar otra noche al raso".

Complicaciones en el C4

Pauner y Oiarzabal no se encuentran en las mejores condiciones: sufren congelaciones -ambos han soportado amputaciones- y el de Jaca, además, tiene problemas de visión derivados de la ventisca. Los médicos aseguran que ese problema es momentáneo. Con ellos se encuentra el rumano Horia Calibasanu, al parecer el que en mejor situación se encuentra, que no descarta salir en busca de Calafat.

Se había coordinado una operación de rescate con helicóptero para sacar de la montaña al escalador mallorquín. El primer intento, sin embargo, fracasó y hoy se pone en marcha el segundo. ¿Y si también fracasa??

La primera opción es acudir a Calibasanu. Sin embargo, es muy difícil ir bajando a Calafat, con muy escasa capacidad de movimiento. También se baraja que Jorge Egoecheaga emprenda una ascensión relámpago desde el Base para intentar el rescate.

En cuanto a los que se encuentran en el C4, ya han anunciado que quieren quedarse para aclarar el futuro de su compañero. En principio, tienen fuerzas para bajar por sus propios medios. Al menos, esa es la información de la que se dispone. De todas formas, el paso del tiempo no hace sino deteriorar la situación de los montañeros a más de siete mil metros de altura.

Desde el Base también se ha pretendido coordinar el rescate. E incluso, según algunas informaciones, se había intentado negociar con los sherpas de la coreana Miss Oh, que el martes también logró cerrar los 14 'ochomiles'. Estos, sin embargo, se habrían negado a colaborar.

El tiempo, de todas formas, corre en contra de los montañeros. Se había fijado el martes como fecha para intentar el asalto porque las condiciones se complicaban a partir de entonces, con tormentas y mal tiempo. Se trata de una dificultad añadida a las ya de por sí complejas circunstancias que rodean el descenso de los montañeros.