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El incombustible decano de la pista

Para los atletas, hay muy distintas metas. La de José Gómez Moreno, a sus 78 años, es seguir completando circuitos en las distintas competiciones de la comunidad.

José Gómez Moreno, en plena carrera, ayer, en el XLII Cross de Reyes del Stadium Casablanca de Zaragoza
El incombustible decano de la pista
PEDRO ETURA

Lo ha vuelto a hacer. El ya conocido como "abuelo de la maratón" ha comenzado el año, como no podía ser de otra forma, corriendo. Con los 5.300 metros del Cross de Reyes, que se disputó ayer en el Stadium Casablanca. Y, aviso a navegantes, ya anuncia su intención de acudir a todas las competiciones que se celebren en 2009 en Aragón. "Normalmente, no me pierdo ni una", confesaba ayer por la tarde, tras tomar su porción de roscón de Reyes.


No le intimidan ni El Wardi ni Larraga, los vencedores de la prueba en la mañana de ayer. Porque en José Gómez Moreno, a sus 78 años, se encarna el dicho de "lo importante es participar". Con su gorro de lana y el dorsal número 97, su meta, ayer y en cualquier otra carrera, es llegar, valga la redundancia, a la meta. "Salgo de los últimos para que no me moleste nadie. Piensa que corro con gente de 35 años. ¡Y salen como lobos!", explicaba, una vez finalizado el cross. Y estaba tan pancho, porque ni siquiera se echó un ratico la siesta. "¡No estoy nada cansado!", replicó.


No extraña que sea así. Acostumbrado a los más de 40 kilómetros que se pega en las maratones, los cross parecen un divertimento para él. Y eso que ayer tuvo sus problemas en plena competición: "Se me montó un dedo y casi no puedo seguir. Pero me he dicho que si me paraba, se fastidiaba… Así que he seguido hasta el final".


No es de los que deja las cosas a mitad. Hace años, fue ciclista -"bicicletero de fin de semana", declara José, modesto-, aunque no de forma profesional. "Había que trabajar. Era metalúrgico y, en los 40 y los 50, las condiciones de los deportistas no eran como las de ahora", cuenta. Ya con los 60 cumplidos, cambió las dos ruedas por sus dos piernas.


Hoy, milita en el Club Olimpo -"me gastan bromas y me tratan como a uno más", dice de sus compañeros- y ya le conocen por toda la comunidad. "Mis competidores me dan ánimos y en casi todas las carreras, aunque no gano nada, me aplauden mucho y me dicen '¡venga, Pepito!', relata con satisfacción.


Cuenta con el apoyo de su mujer y el de sus nietos, que le llaman "el abuelo machote". Pero quien más piropos le dedica es la gente de su edad: "Muchos me dicen que si estuvieran como yo, también correrían. ¡Pero es que a mí me costó dos años ponerme a tono!", explica José. Un tono que mantiene con entrenamientos casi diarios y largas caminatas. "Empecé de broma, y mira ahora", recuerda.


Su próximo reto será este domingo, en el IV Cross Gobierno de Aragón. Y luego vendrán muchos otros. Porque este jubilado de lo que no se jubila es del atletismo. Ya lo advierte: "Pienso correr hasta los cien años".