S. D. HUESCA, 0 - NUMANCIA, 0

El Huesca mejora su imagen

Huesca Miguel; Robert, Corona, Dorado, Echaide; José Vegar (Juanma, min. 72), Helguera, Camacho, Rico; Reinaldo (Iriome, min. 84) y Moisés (Rubiato, min. 87).

NUmancia Eduardo; Flaño, Pavón, Jaio, Balenziaga; Dimas, Palacios; Del Pino, Mikel Álvaro (Mario, min. 65), Nano (Barkero, min. 80); e Iñigo Vélez (Goiría, min. 54).

Árbitro: Gil Manzano (C. Extremeño). Expulsó por doble amonestación al local Corona (min. 36). Amonestó a Camacho, del Huesca, y a Balenziaga, Iñigo Vélez, Del Pino y Mikel Álvaro.

Incidencias: unos 4.000 espectadores en El Alcoraz.

huesca. Volvió el Huesca. Los azulgrana añadieron al casillero un gran punto frente a un Numancia timorato. Y pudo ser mejor, pero la expulsión de Corona en el 35 voló por los aires un buen plan. El central andaluz salió perdedor de su duelo con el punta numantino, Iñigo Vélez. Tras una falta de este, que cargó contra el azulgrana como un toro y vio amarilla, Corona reclamó un castigo más severo: la roja que el extremeño Gil Manzano enseñó, para colmo de desgracia, al defensa del Huesca. Tal vez con cierta inocencia, pues minutos antes había sido ya amonestado. Posiblemente, se quejó con razón. Es opinable. Con toda seguridad, no merecía irse a la ducha en una aplicación extrema del reglamento.

Si hace una semana se dio la circunstancia contraria y fue el Girona el que se quedó con diez para afrontar la segunda parte y esa contingencia le dio alas, ayer el Huesca se vio frenado en seco tras unos minutos bastante completos, pero no murió. Era, como se ha dicho, un buen plan para contener a uno de los de la nobleza en Segunda División.

En igualdad de condiciones, fue un combate nivelado, a ratos apasionante y que se estaba decantando del lado oscense. Al menos, el Huesca se acercó al área rival más inspirado. Reinaldo, con un remate a la media vuelta, puso a prueba los conocidos y felinos reflejos de Eduardo. Acto seguido, Moisés reclamó un posible penalti. Las luces azulgrana se hallaban encendidas. Cuando futbolistas de la pasta de Camacho, Mikel Rico y Vegar se encuentran y se gustan, el rival debe temblar.

Faltó pericia en los últimos metros, es verdad, pero la vibraciones mejoraron y bastante con respecto a las jornadas pasadas. Mientras, el Numancia se aferraba atrás como el poblado que le da nombre resistió a los romanos. Con hasta seis jugadores protegiendo el área de Eduardo y una forma de irse arriba, para ser justos, algo pedestre. Balones colgados al área desde los flancos, sobre todo el derecho de Del Pino, y un Vélez bien sujetado por Corona y Dorado hasta el momento fatídico. El árbitro dictó sentencia para que los sorianos se sintieran, por primera vez, cómodos. El Huesca resistió hasta el descanso y avisó en el último instante con un lanzamiento desviado de Rico.

Pese al infortunio, cabía esperanza en la segunda función. El cuadro altoaragonés con valentía y sin vergüenza, se negó a convertirse en el pez chico del estanque. Pero no hubo acierto. Y mientras, la escuadra de Gonzalo Arconada siguió pecando de falta de ambición. No hubo rendición del Huesca, y sí un empate que, visto lo visto, resulta sabroso.