F. C. BARCELONA

El hijo de Busi

Pep Guardiola ha encontrado en casa, en el equipo filial, la pieza que el Barcelona llevaba buscando varios años en el mercado africano. Sergio Busquets es el escudero de Xavi

Hace 20 años un tipo desaliñado con pantalón de chándal y pinta de portero de balonmano debutaba en el Barcelona de Johan Cruyff. Un guardameta capaz de vacilar con el balón en lo pies a toda la delantera contraria y que formó parte de aquel histórico 'Dream Team' como suplente habitual de Andoni Zubizarreta.


Carlos Busquets, 'Busi', como se le conocía en el vestuario en el que se cambió durante diez temporadas (de 1988 a 1998), podía poner a todo el Camp Nou al borde de un ataque de nervios con su frialdad a la hora de despejar un balón en la misma línea de gol o la tranquilidad con la que, con un par de fintas y un regate seco, sorteaba la presión de un punta rival.


Dos décadas después, su hijo Sergio, aquel a quien supuestamente salvó de sufrir un accidente doméstico al evitar que una plancha caliente le cayera encima cuando apenas era un niño, triunfa en el Barça de Josep Guardiola, ex compañero de Busquets padre en el equipo de Johan Cruyff.


Sergio Busquets (Sabadell, 16/7/1988) ha heredado de su progenitor, además del sobrenombre de 'Busi', la habilidad con el balón en los pies y su sangre fría para jugarlo, pero no su aspecto desaliñado ni su obsesión por mantener ocultas las piernas más abajo de las rodillas.


Sergio -y no Sergi, igual que su padre era Carlos y no Carles- es un tipo de aspecto pulcro, aseado, y con un fútbol exquisito y elegante, aunque cuando hable catalán conserve el mismo acento de extrarradio que el otro Busi.


Tampoco ha heredado de Carlos la posición en el campo -porque Busquets hijo juega de mediocentro o pivote defensivo- ni su gusto por tomar riesgos innecesarios. Sergio, aunque tiene calidad para recrearse en la jugada, prefiere fabricarla siempre uno o dos toques.


Bajo esa premisa de no complicarse la vida y gracias a un su instinto para estar siempre en el sitio correcto en el momento oportuno, Sergio Busquets arroja al final de cada partido un balance definitorio de su eficiencia como escudero de Xavi, Iniesta y compañía: casi un 90 por ciento de aciertos en el pase y una decena de balones recuperados por encuentro.


Esos, más o menos, son los números que avalan sus dos excelentes partidos como titular en Primera División -contra el Racing de Santander y el Sporting de Gijón- en el nuevo Barça de Guardiola, quien ha descubierto que tiene en casa el perfil de jugador que el club ha buscado los dos últimos años en el mercado africano.


La pasada temporada Guardiola ya tuvo a Busi en el filial azulgrana y lo alineó en 23 partidos. Esta campaña, el hijo de Carlos -ahora metido a entrenador de porteros del Barça Atlètic- va camino de convertirse en una pieza imprescindible del primer equipo, donde de momento ya ha desplazado a Keita y ha relegado a Touré Yaya.