FÓRMULA 1

El gran hacedor de campeones

El 'hacedor de campeones' lo ha hecho de nuevo. Allí donde está el 'supercerebro' Ross Brawn, el éxito está casi garantizado. Es un seguro de triunfo al por mayor.

 

Los siete títulos del alemán Michael Schumacher los logró con el británico en los despachos, dos con Benetton y cinco con Ferrari. Ahora, Brawn hizo campeón al británico Jenson Button. "Se merece una medalla", elogió Button a su jefe de equipo, al que le dio un sonoro beso en la mejilla agradeciéndole buena parte de su primer título.

 

Schumacher también felicitó a su viejo amigo Ross a través de Internet, aunque seguro que lo hizo también personalmente. "Me alegro una locura por Ross, al que conozco desde hace mucho tiempo", dijo el alemán ayer en su página web. "Se merece este éxito", agregó. "Ross lo hace mejor que el resto", explicó el ex piloto y ex campeón del mundo Keke Rosberg. Brawn ya había ordenado la casa Ferrari cuando llegó en 1996. "Ahora también ha sabido rodearse de las mejores personas, motivarlas, dirigirlas y sacarles el máximo. Eso es una persona con talento y no otra cosa", dijo Rosberg.

 

Como es costumbre, en Brasil no se vio a un Brawn frenético celebrando el título de Button y la corona de marcas, pese a que siete meses antes el futuro del equipo pendía de un hilo por la marcha de Honda de la Fórmula 1. Hasta que él salió al rescate.

 

Se sentía "eufórico pero aturdido", según dijo en el circuito de Interlagos. "Hay algunos momentos en los que me doy cuenta de lo que ha logrado el equipo. Es algo muy especial", dijo. "Si se piensa en la cascada de sentimientos por la que han pasado esos chicos este año, sólo se puede decir que se trata de una historia increíble", señaló su viejo pupilo Schumacher, que valora las dificultades pasadas por el ex equipo Honda.

 

Ross Brawn es un astuto genio táctico, un pícaro estratega, un especialista que en el glamouroso mundo de la Fórmula 1 se comporta de manera estrafalaria. Sus hobbies no son de mucha acción: la pesca y el cultivo de rosas. Su primer trabajo en el automovilismo lo consiguió en 1976 en Williams y March. Tras Lola, Arrows y Jaguar, el hombre de Manchester llegó a Benetton con Schumacher. El alemán, impresionado por su minuciosidad, se lo llevó a Ferrari en 1996 y no le falló. Su tiempo en la "scuderia" también acabó de forma conjunta: Schumacher se retiró tras la temporada 2006 y Brawn decidió tomarse un año sabático.

 

En lugar de regresar a Ferrari, fichó por Honda, que le ofrecía el reto de formar un equipo ganador con muchos millones de presupuesto como en su día hizo con Ferrari. Tras preparar un coche ganador para 2009, en diciembre de 2008 Honda dijo adiós y Brawn tuvo que salir al rescate. El 6 de marzo, a pocos días del inicio del campeonato, asumió la propiedad del equipo.

"Esta escudería no existiría si Ross no estuviera aquí", señaló Button.