FÓRMULA 1

El eterno Ecclestone

El jefe de la Fórmula 1 cumple hoy 80 años, pero sigue sin pensar en la retirada. El nombre de su sucesor en el negocio automovilístico continúa siendo una incógnita.

Bernie Ecclestone.
El eterno Ecclestone
ALEXANDER NEMENOV

Bernie Ecclestone no confía mucho en la democracia. Desde hace décadas, la Fórmula 1 le obedece. Su fortuna se estima en unos 2.000 millones de euros. Pero el británico, que hoy cumple 80 años, asegura que el dinero, el poder y el éxito significan para él "nada, cero, nada de nada".


Ecclestone decide hacia dónde se dirige la categoría reina del motor. Él la convirtió en una máquina de hacer dinero. Llevó el circo siempre a nuevos mercados, últimamente sobre todo a Asia. Durante 20 años, formó una todopoderosa pareja con su padrino de boda, Max Mosley, entonces presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).


Pero Ecclestone no piensa en el final de su reinado. "Si dejo de trabajar, ya no podré solucionar ningún problema. Y si ya no puedo hacer eso, es el comienzo de la muerte". ¿Qué desearía de regalo para su cumpleaños?, le preguntaron recientemente. "Nada", dijo negando con la mano.


"Es asombroso lo en forma que aún está. Hay mucha gente a su edad que ya no es tan eficiente", opinó el piloto alemán Sebastian Vettel. Ecclestone es un conocido seguidor del piloto de Red Bull, 57 años menor que él. "Desde el principio tuve una buena relación con él", confesó Vettel.


Ecclestone es incansable. "Es feliz, está en forma, lo vive", dijo el actual presidente de la FIA, Jean Todt. El jefe de la Fórmula 1 estaba ya obsesionado por los negocios en el jardín de infantes. "Desde siempre he comerciado con todo lo que me caía en las manos", contó Ecclestone en una ocasión. "Primero chicles por gomas de borrar, luego pinturas por cuadernos del colegio, más tarde bombas de hinchar ruedas por pelotas de fútbol. Siempre vendí o cambié todo". Desde hace tiempo, los negocios son de millones.


Sin embargo, el pequeño empresario británico, de apenas 1,60 metros de altura, no siempre da con el tono correcto. Su abierta simpatía por las dictaduras y sus declaraciones sobre las cualidades de Adolf Hitler provocaron revuelo en varias ocasiones. "Siento haber sido un idiota", se disculpó más tarde en un diario judío por su metedura de pata.


Ecclestone creció en una familia trabajadora en Bexleyheath. Durante un ataque aéreo durante la guerra tuvo "simplemente suerte" de sobrevivir. Dejó el colegio a los 16 años y encontró un trabajo en la empresa municipal de suministros eléctrico.


Entonces, su pasión ya estaba con las dos ruedas. Se hizo socio de un negocio de motos y, todavía adolescente, llegó al deporte del motor como copiloto de un sidecar. Más tarde confesó que le costaba mucho mantenerse sujeto en las curvas y que en cada vuelta estuvo "a punto de morir varias veces". En el primer Gran Premio de Fórmula 1 también estuvo presente. Compitió en una carrera secundaria en el circuito de Silverstone en 1950. Fue el empujón que lo llevó a subir de vendedor de motos y coches usados a magnate de la Fórmula 1.


Talento negociador

Ecclestone quería ser en realidad piloto de carreras. Su talento para eso era limitado, pero para los grandes negocios no tenía fin. Pronto se hizo mánager de Stuart Lewis-Evans, que murió tras un accidente. Luego agarró los asuntos de Jochen Rindt. Cuando el austriaco murió en Monza el 5 de septiembre de 1970, Ecclestone se llevó su casco ensangrentado. El dolor por la pérdida de aquel amigo aún puede verse en su rostro.


Más tarde compró, tras la muerte de Rindt, el equipo Brabham (de 1971 a 1987) y se convirtió en presidente de la entonces asociación de constructores FOCA. En 1977 se hizo con los derechos publicitarios, y un año después con los de retransmisión. Ahí empezó a enriquecerse de verdad.


Hace diez años, Ecclestone vendió el 75 por ciento del SLEC Holding (las iniciales provienen de su ex esposa Slavica, con la que tiene dos hijas) al consorcio de medios alemán EM.TV. Cuando finalmente el grupo de inversión CVC se convirtió en propietario principal de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone se convirtió en el gerente del negocio. En su vida privada también renovó sus relaciones. Su nueva novia es 48 años más joven.


A partir de ahora, la pregunta sobre su sucesor al frente de la Fórmula 1 será aún más urgente. ¿Pero quién heredará la dirección del millonario imperio que el británico construyó en las últimas tres décadas? "Otro vendedor de coches usados", contestó Ecclestone con su clásico sentido del humor.