REAL ZARAGOZA

El club de las rodillas rotas

En los últimos años, el Zaragoza acumula varios casos de rodillas lesionadas que se complicaron o no se recuperaron: Pablo, Drulic, Láinez, Cuartero, César Jiménez...

Una de las rodillas lesionadas en el Real Zaragoza descansa en la Ciudad Deportiva.
El club de las rodillas rotas

Se suele apuntar que la casualidad repetida un número extraordinario de veces desemboca en la causalidad. Hallarle una explicación o una responsabilidad en el Real Zaragoza a la epidemia de rodillas lastimadas y que, o no se recuperaron o pasaron por perturbaciones y adversidades en los procesos de recuperación, constituye un ejercicio arriesgado, aunque más propio del terreno de la ciencia que del azar. Con los casos de Laguardia y Uche, la historia de los últimos tiempos se repite: plastias que no son funcionales, recaídas, afecciones en los meniscos, plazos alargados, recuperaciones alteradas...


En los últimos diez años, el Real Zaragoza ha sufrido diversos casos de futbolistas con lesiones de rodilla, casi siempre con el ligamento cruzado anterior como tortura: Drulic, Pablo Díaz, Láinez, César Jiménez, Cuartero, Diogo, Goni, Luccin (roto en el Racing y recuperado en el Zaragoza), Víctor Laguardia y Uche. De todos ellos, de momento y con un trozo de madera bien agarrado en la mano, el único que no ha pasado por algún tipo de contratiempo, secuela, complicación o agravamiento es Raúl Goni.


El resto, vivió su particular calvario o su fin en el fútbol, como ocurrió con Láinez, César Jiménez, Cuartero o Pablo Díaz y, aunque no colgó las botas, con Drulic, cuya carrera en la elite se evaporó. Tampoco las categorías inferiores se libran de la fatalidad, las desgracias de Guillermo Grande, Vicente Pascual (3 veces operado) o Fernando Veral hablan de un problema integral y deslocalizado del primer equipo. También los pronósticos inexactos, como la lesión de Matuzalem, alargada dos meses más de lo previsto, o los problemas de rodilla de Obradovic el curso pasado, con una dolencia invisible y misteriosa que necesitó visitas a Alemania y una artroscopia diagnóstica para no hallar nada mientras el jugador serbio suspiraba de dolor.


Solo Goni se libró de complicaciones. Estos no corrieron con tanta fortuna:


Pablo díaz, retirado

Lateral asturiano nacido en Argentina, Pablo fue un habitual en las alineaciones del Real Zaragoza hasta que en julio de 2002, en la pretemporada de Biescas, su rodilla izquierda comenzó a generar alarmantes dosis de líquido sinovial. Lo que se diagnóstico como una sinovitis con un periodo de recuperación de dos semanas acabó nueve meses después en un quirófano de la clínica Fremap de Sevilla, con un artroscopia dirigida por el doctor José María Madrigal. Pablo se hizo una limpieza de rodilla, que sufría un desgaste de ligamentos, pero no se levantó. Pocas semanas después colgó las botas.


Goran Drulic, semiretrirado

Se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha poco después de convertirse en el fichaje más caro de la historia del club. Fue operado en agosto de 2001 por el doctor Pedro Guillén, pero solo fue el principio: tendinitis, una rotura de menisco y molestias rotulianas le acompañaron durante casi tres años. Nunca alcanzó el nivel para jugar en la elite y vagó por Bélgica y Grecia hasta probar por el Huesca y acabar en La Muela, donde volvió a romperse los ligamentos.


César Láinez, retirado

Siendo juvenil se rompió los ligamentos internos y externos de la rodilla derecha. En el filial, se partió el cruzado y el menisco externo de la otra rodilla. En junio de 2000, con la selección española sub 21, recae y por tercera vez vuelve al quirófano con el doctor Guillén. Cuatro meses después, sufre derrames y se somete a una nueva artroscopia. Y en verano de 2004, el final. Un desprendimiento en el cartílago lo condujo al quirófano. Amagó con regresar, pero un mes después una vena mal cicatrizada le metió en la sexta mesa de operaciones. Reaparecería en un amistoso ante el Castellón, pero la rodilla, deshecha, le dijo basta en mayo de 2005.


César Jiménez, retirado

Una escalofriante entrada del Luis Figo (Real Madrid) acabó con César Jiménez en enero de 2005 rompiéndole el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Operado por el doctor Guillén, avanzó en su recuperación, pero en la pretemporada de Boltaña, en 2005, un desequilibrio en la articulación activó las alarmas. Volvió a jugar un amistoso en octubre, y solo seis días después de reaparecer, se resintió en un entrenamiento: se rompe parcialmente el mismo ligamento y es operado. Regresa en mayo de 2006 y, tres días después, el menisco interno de esa rodilla fatídica le salta por los aires. Tercera operación. Los dolores, sinovitis e inflamaciones posteriores lo llevaron otra vez al quirófano en enero de 2007. Los resultados recomendaron su retirada.


Luis Carlos Cuartero, retirado

La rodilla izquierda fue su vía crucis. Se quebró el ligamento cruzado anterior en un entrenamiento de octubre de 2006. Fue operado por el doctor Guillén, se recuperó, pero en un partido ante el Villarreal un año después se partió la plastia con la que se le había reparado la lesión. Cambió al doctor Cugat, trabajó un año en la recuperación, pero en octubre de 2008, en su primer entrenamiento con el grupo, se destrozó el tendón rotuliano de la misma rodilla.


Carlos Diogo, recaída

Partido el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en mayo de 2008, en Mestalla, pasó por la mesa de operaciones del doctor Guillén. Cuando asomaba su vuelta, en abril de 2009, las constantes inflamaciones advirtieron de la mala funcionalidad de la plastia utilizada en la intervención. Recayó. Retornó al quirófano en Gijón, con el doctor Antonio Maestro, y completó lentamente su recuperación, volviendo a jugar en diciembre.


Peter Luccin, secuela en el menisco

Luccin se lesionó jugando cedido en el Racing en mayo de 2009: rotura del ligamento cruzado anterior. Fue operado por el doctor Ramón Cugat en Barcelona y completó casi todo el proceso recuperador en el Real Zaragoza. Pasó un año en blanco, sin ficha, y, cuando reapareció en un amistoso ante el Numancia en abril pasado, el menisco interno de la misma rodilla sufrió una rotura en "asa de cubo". De nuevo, lo absorbió un quirófano.


Ikechukwu Uche, secuela en el menisco

El ligamento cruzado anterior de Uche se despedazó en Sevilla en septiembre del año pasado. El nigeriano se trató con el doctor Maestro, el mismo que examinó otra lesión de su etapa en el Recreativo, y fue sometido a una artroscopia. Siete meses después completó su recuperación y volvió a jugar. Sin embargo, tras completar diez días de exigente trabajo físico en la pretemporada de este año, la rodilla le lanzó un aviso en el amistoso contra el Alavés: padecía una rotura "en asa de cubo" del menisco interno de la misma rodilla lesionada de ligamentos. Un caso semejante al de Luccin. Esta tarde, Uche será intervenido mediante artroscopia en Gijón.


ctor Laguardia, recaída

Víctor Laguardia se operó en enero pasado de una rotura de ligamento cruzado anterior tras lesionarse en un entrenamiento. Pasó por el quirófano del médico Manuel Leyes, jefe de la unidad rodilla de la clínica Fremap de Majadahonda (Madrid) y discípulo del doctor Guillén. La recuperación de Laguardia iba impecable. El futbolista recortó sus vacaciones para no perder tiempo en la recuperación y trabajó en solitario en junio en la Ciudad Deportiva. En la concentración de Navaleno, Laguardia comenzó a tocar balón suavemente, pero la rodilla no respondió. Se inflamó y se envolvió de dolor. La plastia con la que le corrigieron el ligamento estaba dañada. También el menisco interno. El miércoles, lo operó el doctor Cugat, abriéndose un nuevo y fatigoso periodo de recuperación de otros siete meses como mínimo.