CAI ZARAGOZA

El CAI de las mil caras

El equipo se muestra muy distinto en casa que fuera, donde su juego es peor y siempre irregular.

Sam Van Rossom y Adam Chubb persiguen al jugador del Unicaja McIntyre.
El CAI de las mil caras
ACB MEDIA

De todos es conocido que este CAI Zaragoza es como el Doctor Jekyll y Mister Hyde dependiendo de si juega en casa o fuera. Al abrigo del Príncipe Felipe está cumpliendo, ha ganado los partidos que debía y ha tuteado a los 'grandes'. El problema viene lejos de la capital del Ebro, donde el equipo es tremendamente irregular. Sólo ha sumado dos triunfos y a domicilio nunca se sabe cómo será el cuadro de Abós. Unos días compite, otros no, hay algunos en los que sólo defiende y unos en los que se olvida de la intensidad atrás. Es el CAI de las mil caras con un denominador común, un juego mucho peor que en el Príncipe Felipe y que casi siempre acaba derrotado y sin saber aprovechar las facilidades que a veces le ha dado el adversario en cuestión.


La transformación de los rojillos resulta espeluznante. Porque un día vence al Cajasol en casa, en otra ocasión lucha hasta el final con el Bilbao Basket y posteriormente derrota con solvencia a teóricos rivales directos como el Lagun Aro, Asefa Estudiantes o Blancos de Rueda Valladolid.


Pero en el momento en el que el CAI toma la carretera para jugar fuera, el chip cambia por completo. Sus dos triunfos como visitante se debieron al mal encuentro del Regal Barcelona en el Palau y a la debilidad de un Meridiano Alicante en un duelo en el que las defensas se impusieron a los ataques. El resto de compromisos fueron impredecibles.


En Gran Canaria se fue de más a menos, en Fuenlabrada sólo se jugó a anotar, en Valencia se fue de menos a más, en Menorca se jugó mal tras un caótico viaje, en Madrid no hubo opciones, en Manresa fue el desastre, en Alicante sólo se jugó a defender (y salió bien), en Badalona no se aprovecharon las ventajas sobre la cancha y en Málaga desapareció la defensa en la segunda mitad. Un sinfín de variados encuentros en el que los de Abós no dieron la talla.


Esto tiene que cambiar si se quieren tener opciones de vencer a domicilio. Los jugadores lo saben. Así, Andrés Miso comentaba que «defendiendo así es imposible ganar, no nos pueden hacer tiros tan claros».

 

La deseada vuelta a casa

El madrileño insistió en que «hay que seguir trabajando. Tenemos ahora un partido muy importante en casa, por fin, después de cuatro fines de semana seguidos fuera. Hay que levantar la cabeza y olvidar el partido de Málaga y empezar a pensar en el Gran Canaria». Y es que tras las visitas a Manresa, Alicante, Badalona y Málaga, el CAI vuelve a su pista, en la que ha mostrado su mejor nivel.


Miso añadió que con las bajas de Cabezas y Aguilar «todos tenemos que entregarnos para que no se noten esas bajas» y reconoció que el vestuario está «fastidiado porque perdimos de forma abultada. Volvimos a salir algo dormidos desde el vestuario tras el descanso».