REAL ZARAGOZA

El Betis responde bien en los duelos directos

Los sevillanos, todo el año en la cola de la Liga, han puntuado en casa de todos sus rivales por la permanencia, salvo en la del Levante.

Duro rival aguarda el domingo al Real Zaragoza en La Romareda. A pesar de estar ubicado en la zona baja de la clasificación prácticamente desde el inicio de temporada, el Betis ha logrado sobrevivir sin hundirse gracias, sobre todo, a un dato digno de tener en cuenta de cara al choque de pasado mañana: han puntuado en todos los desplazamientos a los campos de sus rivales por la permanencia, con la única excepción de su visita al colista Levante (perdieron al final 4-3 un duelo en el que llegaron a ir ganando 0-2).


Así es el Betis que juega en 48 horas en el feudo zaragozano. Un equipo con dos caras bien distintas cuando sale de Sevilla: duro y correoso ante sus iguales, blando y vulnerable en casa de los grandes y los equipos bien clasificados.


Su trayectoria a domicilio es muy peculiar. Negativa en números globales (por eso está abajo), pero positiva parcial y puntualmente en los lugares donde ha debido serlo para su beneficio particular. De hecho, sumar 15 de los 45 puntos disputados como viajero no es un buen bagaje para los verdiblancos. Más bien entra dentro de los parámetros de la mediocridad a estas avanzadas alturas del campeonato (en cualquier caso, su balance es más del doble mejor que el raquítico y lamentable del Zaragoza, que solo ha sumado 6 puntos fuera de La Romareda).


Sin embargo, los andaluces han estado acertadamente selectos en la disputa de sus partidos más serios y rentables en campo ajeno. Como si tuvieran un sexto sentido activado desde agosto, los jugadores béticos han sabido rascar puntos en los lugares más adecuados, ante quienes se han movido todo el año junto a ellos alrededor del barro del descenso. Así, empataron en Murcia, Huelva, Valladolid, La Coruña, Bilbao y Mallorca; y ganaron en Pamplona. De no ser por este buen tino de salir indemnes en estos 7 partidos a domicilio, es muy posible que el Betis estuviera ahora pegado al Levante en posición de desahucio, visto su deficiente rendimiento en el resto del campeonato.


El cuadro de Heliópolis ha alternado pues derrotas claras -en las que apenas opuso resistencia- ante rivales cualificados (2-0 en el Bernabéu, 3-0 en el Camp Nou, 3-0 en el derbi del Pizjuán, 3-1 en Mestalla y 3-0 en El Sardinero), con tardes de mono de faena donde siempre acabó obteniendo cosecha altamente positiva para sus necesidades. En ese apartado se encuadran sus dos grandes sorpresas en forma de triunfo: el 0-1 en El Madrigal de Villarreal y el 1-2 en Montjuic, cuando por aquel entonces el Espanyol era tercero.


Mentalizado para sufrir


Su excelente capacidad de adecuación a los partidos culminantes en la zona baja es, por ahora, el mejor aspecto del Betis en un año para olvidar en el club sevillano.


Bien plantado atrás, con las líneas muy juntas, con enorme poderío para restar los balones colgados sobre su área y con el orden táctico bien asumido en distintos momentos por gente veterana como Juanito, Nano, Rivas, Arzu, Capi, Fernando, Rivera, Edu o Xisco -entre otros-, le ha bastado para estar siempre a la altura de sus adversarios directos en la zona roja.


Todos estos choques los ha calcado. Sin apenas goles, trabados, desagrables para los espectadores locales, el Betis ha igualado a cero cuatro de ellos: en Riazor, La Condomina, San Mamés y Zorrilla. Empató a uno en el Colombino y el Ono Estadi. Y, en su mejor y más seria actuación, hace solo 15 días, derrotó 0-1 a Osasuna en el Reyno de Navarra.


Todo un aviso de lo que puede suceder pasado mañana si el Real Zaragoza no encuentra el antídoto adecuado.