El serbio Novak Djokovic frenó en seco el tren ganador del español Fernando Verdasco y se convirtió en el primer semifinalista del Abierto de EE. UU. de tenis, a la espera ahora del suizo Roger Federer o el sueco Robin Soderling.

El cuarto favorito Djokovic se impuso a Verdasco (10) por 7-6 (7-2), 1-6, 7-5 y 6-2, en tres horas y cinco minutos de juego en estadio central Arthur Ashe a medio colmar.

No hubo espacio para la epopeya esta vez para el español, quien acabó visiblemente dolorido y fue atendido por el fisioterapeuta en la zona abdominal. "El problema ya lo tenía, pero teniendo en frente a un gran jugador como Djokovic, los problemas se hacen más grandes".

Al despedirse del Abierto de EE. UU. en cuartos -su mejor actuación en el certamen- Verdasco vio interrumpida una racha de nueve victorias consecutivas, que incluyó la obtención del torneo de New Haven. Y empeoró su historial con el serbio, que lo venció en las cuatro últimas ocasiones de las seis en que se midieron.

En tanto, Djokovic alcanzó la ronda de los mejores cuatro en Nueva York por tercer año consecutivo, tras caer en 2007 en la final y en 2008 en semis, en ambos casos ante Federer, ganador de las últimas cinco ediciones. "No había llegado a semis en los tres Grand Slams anteriores en 2009, así que mentalmente es muy importante para mí haberlo conseguido. Me siento aliviado", afirmó el número cuatro del mundo.

A pesar de que todo comenzó bien

Este jueves las cosas empezaron bastante bien para Verdasco, que desde fines del año pasado busca asesoramiento y asiste a la clínica de tenis que Gil Reyes -ex coach de André Agassi- tiene en Las Vegas.

Pero el español dejó escapar el primer set, con 5-4 y 15-40 arriba. Djokovic recibió con los brazos abiertos la posibilidad de jugar el tie-break, y lo dominó sin complicaciones.

Sin embargo, el serbio se derrumbó en la segunda manga, en la que perdió seis juegos consecutivos tras ganar el primero. Verdasco lucía enchufado y ganaba en todo el court, mientras el serbio incurría en un festival de errores no forzados. "Pude volver a meterme en el partido, eso es lo que importa", diría luego Djokovic.

En el tercer set, el serbio sacó ventaja con el quiebre en el quinto juego. Y no fue el serbio sino el español quien terminó siendo atendido por el problema en su zona abdominal.

Para el cuarto, Djokovic ya había recuperado sus mejores golpes y Verdasco se derrumbó definitivamente, cada vez más dolorido y sumando más errores no forzados, hasta llegar a 58. Una volea corta del serbio puso fin a la historia, poco después de cumplidas tres horas de juego.

El futuro presenta ahora dos caras bien distintas para cada contrincante: Djokovic mantiene en pie la ilusión de que este año por fin se le dé en la ciudad de los rascacielos y Verdasco tendrá que atender sus dolencias -también tiene un callo interno en uno de sus pies, del que será operado en los próximos días- y buscar en los torneos que restan los puntos que lo puedan depositar en el Masters de Londres, dentro de la elite de los ocho mejores de la temporada.