Los diez momentos de Pekín 2022

Acaban unos Juegos Olímpicos de Invierno marcados por el boicot diplomático a China, la burbuja contra el coronavirus y, para España, la plata de Castellet en snowboard.

Ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín
Ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín
Agencias

Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 terminaron este domingo como empezaron: con una fastuosa ceremonia en 'El Nido' y aislados del resto de China en una burbuja hermética para prevenir el coronavirus. Han sido 16 días de competiciones extremas en la nieve o sobre el hielo que han dejado emociones a flor de piel y medio centenar de récords olímpicos y mundiales, sobre todo en patinaje de velocidad. Más allá de las medallas, los triunfos y las decepciones, estos han sido los diez momentos más importantes de Pekín 2022.

1. Boicot diplomático

Celebrada el 4 de febrero en 'El Nido', el mismo lugar donde se inauguraron los Juegos de verano de 2008, la espectacular ceremonia de apertura de Pekín 2022 quedó eclipsada por el boicot diplomático de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Japón, la India y otras potencias occidentales contra el autoritario régimen del Partido Comunista chino. A la represión en la región musulmana de Xinjiang y el recorte de libertades en Hong Kong se suman las amenazas de invasión sobre Taiwán, la isla independiente 'de facto' reclamada por Pekín. Demostrando la cada vez mayor división de China con Occidente, el invitado más 'ilustre' del presidente Xi Jinping fue su homólogo ruso, Vladímir Putin, en plena crisis por un temido ataque sobre Ucrania. Con el fin de contrarrestar las críticas al 'Estado policial' montado en Xinjiang, donde un millón de musulmanes uigures y kazajos han sido confinados en campos de reeducación, una esquiadora de dicha región, Dinigeer Yilamujiang, fue escogida para prender la llama olímpica junto al especialista de combinada nórdica de la mayoritaria etnia 'Han' Zhao Jiawen.

2. Burbuja contra el coronavirus

Estos Juegos Olímpicos de Invierno, los segundos de la pandemia tras los de Tokio el verano pasado, se han celebrado bajo una hermética burbuja para prevenir los contagios de covid-19. Mucho más cerrados que los de Japón, donde sus participantes podían moverse libremente incluso antes de las dos semanas preceptivas de aislamiento, estos Juegos tampoco han contado con público, salvo selectos grupos de invitados. Además del test obligatorio nada más aterrizar en el aeropuerto de Pekín, cada día se han hecho más de 72.000 pruebas PCR a todas las personas que vivían en la burbuja, entre deportistas, miembros de comités nacionales, periodistas y trabajadores extranjeros y chinos. Desde el 23 de enero, se han detectado unos 463 positivos del coronavirus, de los que alrededor de 260 han sido atletas y el resto empleados de los Juegos. Todos ellos de carácter leve, fueron aislados entre las protestas de algunos deportistas, como la belga Kim Meylemans. El bajo nivel de contagios llevó al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, a decir que la burbuja de Pekín era «el lugar más seguro del mundo». En Tokio 2020 se contabilizaron más de 800 casos dentro de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, pero coincidieron con el mayor rebrote del coronavirus en Japón desde el estallido de la pandemia.

3. Nieve artificial y tres sedes

Con evidentes fines propagandísticos, Pekín quería ser la única ciudad del mundo en albergar los Juegos Olímpicos de verano, que celebró en 2008, y los de invierno este 2022. Pero tenía un pequeño problema: su falta de suficiente nieve. Como las limitaciones naturales nunca han sido un obstáculo para la mentalidad china, capaz de levantar la Gran Muralla o la presa de las Tres Gargantas, estos Juegos Olímpicos han tenido lugar en tres sedes muy distantes. Mientras Pekín ha aprovechado los estadios de 2008 para acoger los deportes de hielo, los de nieve se han disputado en Yanqing y Zhangjiakou, que están respectivamente a 80 y 180 kilómetros al noroeste de la capital. Además de unir las tres sedes por un tren de alta velocidad que solo tarda 50 minutos en el recorrido más largo, los organizadores han llenado las pistas de Yanqing y Zhangjiakou de nieve artificial. Tan costosa y antinatural inversión empañó el anuncio a bombo y platillo de que estos Juegos serían sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Además, despertó las críticas de los grupos ecologistas internacionales porque el norte de China sufre una grave sequía que afecta a sus agricultores, que se han visto privados de la poca agua que tenían porque se ha dedicado a fabricar nieve.

Las autoridades insisten en que estos Juegos engancharán a 300 millones de chinos a los deportes de invierno, lo que fue decisivo para que el COI se los concediera. Pero las pistas de eslalon en las remotas montañas de Yanqing, a las que se tarda dos horas en llegar tras los 20 minutos del trayecto en tren de alta velocidad, son tan empinadas y técnicas que harán difícil amortizar su gigantesca inversión.

4. Auge y caída de Kamila Valieva

Protagonizando el escándalo de Pekín 2022, la figura de estos Juegos ha sido la patinadora rusa Kamila Valieva. Con solo 15 años, deslumbró al mundo con sus saltos de cuatro giros en el aire en la final por equipos de patinaje artístico. Pero, justo después, se descubrió que había dado positivo por un fármaco prohibido en una prueba antidopaje el pasado 25 de diciembre. En medio de la polémica, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le permitió seguir compitiendo en los Juegos mientras se aclaraba la investigación. En una de las excusas más inverosímiles que se han escuchado en la historia del deporte, Valieva argumentó que había ingerido la trimetazidina, un medicamento para la angina de pecho que mejora el rendimiento cardíaco, al beber por error de un vaso de su abuelo, que es quien lo usa. Mostrando su oposición a que compitiera, el COI anunció que, si Valieva subía al podio, no entregaría las medallas hasta que se resolviera el caso. Bajo una fuerte presión por las críticas de otras patinadoras, la nueva niña prodigio del patinaje ruso se cayó varias veces en la final individual y salió llorando de la pista. En lugar de consolarla, su entrenadora, la controvertida Eteri Tutberidze, le reprochaba su actuación mientras quedaba cuarta. Unas imágenes que indignaron al propio presidente del COI, Thomas Bach, enfrentado a Rusia por el «dopaje de Estado» que le impide competir como país en los Juegos y le obliga a hacerlo bajo la bandera de su comité olímpico.

5. Eileen Gu, la estrella americana de China

Para China, la estrella de estos Juegos ha sido Eileen Gu, o Gu Aileen en mandarín. Nacida hace 18 años en San Francisco, renunció a Estados Unidos en 2019 para competir por el país de su madre, China, y ha ganado tres medallas en esquí acrobático: dos de oro en Big Air y halfpipe y una de plata en slopestyle. En un momento de especial tensión política entre ambos países, Gu es considerada una heroína en China y una traidora en EE UU, añadiendo más leña al fuego de las redes sociales en su 'Nueva Guerra Fría'. Aunque habla mandarín y ha cultivado al máximo su imagen china pese a haberse criado en California, una de las críticas más extendidas es que no ha aclarado si ha renunciado a su pasaporte estadounidense, como eludió responder hasta seis veces cuando la preguntó la prensa. «En China soy china y en EE UU soy americana», se limitó a contestar, haciendo pensar que su cambio de camiseta no es más que una calculada operación financiera. Estrella del deporte admitida en la prestigiosa Universidad de Stanford y modelo, la joven está exprimiendo al máximo su fama y representa a una treintena de marcas comerciales. Portada de numerosas revistas, se calcula que el año pasado se embolsó más de 200 millones de yuanes (28 millones de euros) en contratos publicitarios, que subirán como la espuma después de su éxito en estos Juegos Olímpicos de Invierno.

6. Queralt Castellet, plata en snowboard halfpipe

A sus 32 años, y en sus quintos Juegos, la catalana Queralt Castellet consiguió por fin la medalla olímpica que llevaba media vida persiguiendo. Dándole la alegría a la delegación española presente en Pekín 2022, formada por 14 deportistas, Castellet se llevó la plata en snowboard halfpipe, por detrás de la campeona estadounidense Chloe Kim y por delante de la japonesa Sena Tomita. Tras superar el suicidio de su novio y entrenador, Ben Jolly, a quien le habían diagnosticado dos tumores cerebrales, y una azarosa vida deportiva, la 'rider' de Sabadell llegaba a China en su mejor momento deportivo. El año pasado había ganado el bronce en los Mundiales de Aspen, un metal que se sumaba a la plata lograda en 2015, y en diciembre y enero había quedado segunda en la prueba de superpipe disputada en el Dew Tour de Cooper Mountain y en el halfpipe de los X Games. Veterana de los Juegos Olímpicos de Invierno desde su debut en Turín 2016 y abanderada en dos ocasiones, la última este mes en 'El Nido' de Pekín, confesaba en una entrevista a este periódico que esta medalla no era el broche de su carrera. «¿Retirarme? ¡Si estoy en mi mejor momento!», aseguraba sin descartar acudir a los próximos Juegos. España, que es muy débil en deportes en invierno, se ha traído, además de la plata de Castellet, tres diplomas olímpicos: Lucas Eguibar en snowboard boardercross, Javier Lliso en esquí acrobático Big Air y Olivia Smart y Adrián Díaz en danza sobre hielo.

7. El futurista trampolín de Shougang

Más allá de 'El Nido' y del 'Cubo de Agua', rebautizado como 'Cubo de Hielo' y que ya conocíamos desde Pekín 2008, el recinto deportivo que ha atraído todas las miradas de estos Juegos ha sido el majestuoso trampolín de Shougang para las pruebas de esquí y snowboard Big Air. Levantado sobre una siderurgia desmantelada al oeste de Pekín, este estadio forma parte de un ambicioso proyecto de remodelación urbanística y su trampolín será una instalación permanente para los saltos acrobáticos del Big Air. Con el decorado post-industrial de las torres de refrigeración alrededor, que le dan un aire futurista tan distópico como atractivo, el trampolín de Shougang ha sido alabado por los esquiadores que han competido en él. Otra de las nuevas instalaciones más impresionantes de Pekín 2022 ha sido el Óvalo de patinaje de velocidad.

8. China, tercera con 15 medallas

China, que ya le disputa a EE UU la hegemonía en los Juegos Olímpicos de verano, se confirma también como superpotencia en deportes de invierno. Gracias a su multimillonaria inversión no solo en infraestructuras, sino también en formación de atletas, ha batido su récord de medallas en competiciones de hielo y nieve: 15 en total. En tercera posición y por delante de EE UU, el equipo chino ha logrado nueve de oro, cuatro de plata y dos de bronce. Desde los once metales de Vancouver 2010, cinco de ellos de oro, no tenía tanto éxito, ya que su palmarés en los Juegos de Sochi 2014 y Pyeongchang 2018 fue de nueve medallas en cada uno de ellos. Como suele ser ya habitual en los Juegos de Invierno, ha vuelto a triunfar Noruega con 37 medallas (16 de oro), seguida de Alemania (27 y doce de oro) y, en cuarto lugar, EE UU (25 y ocho de oro).

9. Finlandia da la sorpresa en hockey sobre hielo

Una de las sorpresas de estos Juegos Olímpicos de Invierno ha sido la ausencia en la final de hockey sobre hielo de dos potencias como EE UU y Canadá. Ambas selecciones venían mermadas por la decisión de la NHL, la liga donde compiten equipos de ambos países, de no enviar a sus jugadores profesionales a China por miedo a la covid-19. Mientras Eslovaquia apeaba a EE UU en los cuartos de final, Suecia hacía lo propio con Canadá en la misma ronda. La final masculina la acabaron disputando otra de las favoritas históricas, el Comité Olímpico Ruso, y Finlandia, que dio la sorpresa al remontar y vencer por 2 -1. La femenina sí revivió el clásico Estados Unidos-Canadá, con triunfo para este último país.

10. Decepción de Mikaela Shiffrin y Shaun White

Las grandes decepciones de estos Juegos Olímpicos de Invierno ha sido los esquiadores estadounidenses Shaun White y Mikaela Shiffrin. Mientras el primero, leyenda del snowboard con tres oros olímpicos, iba a retirarse a sus 35 años por la puerta grande en Pekín 2022, acabó cuarto en la final de halfpipe y en su despedida se mezclaron las lágrimas por la emoción y la decepción. A sus 26 años, la esquiadora alpina Mikaela Shiffrin, que tenía ya dos oros y una plata en los Juegos, se fue de vacío de su tercera participación olímpica.

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