La plata de Castellet y tres diplomas, botín de España en los Juegos de Invierno de Pekín

La delegación nacional acaba en el puesto 25 del medallero en unos Juegos que finalizaron este domingo.

Ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín
Ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín
Agencias

La medalla de plata que ganó en snowboard Queralt Castellet fue el mayor logro en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín de España, que también capturó tres diplomas -los de Javier Lliso, en esquí acrobático; Lucas Eguibar, en el boardercross de snowboard; y el de la pareja de danza de patinaje integrada por Olivia Smart y Adrián Díaz- y acabó vigésima quinta en el medallero, empatada con Ucrania.

Castellet, de 32 años, logró la quinta medalla en Juegos de Invierno de toda la historia de España -un camino que abrió hace medio siglo, al ganar el eslalon de esquí alpino de los de Sapporo’72 (Japón), Paco Fernández Ochoa, único oro olímpico invernal español-, y la segunda de una mujer, después de la que ganó hace 30 años Blanca Fernández Ochoa.

Queralt cerró en su quinta participación olímpica su particular círculo deportivo. Con seis victorias en la Copa del Mundo, y un oro y dos platas en los X Games, la campeona de Sabadell, todo un ejemplo de resiliencia, capturó la única medalla que se le resistía, la olímpica, el pasado 10 de febrero. La misma jornada en la que la otra gran opción hispana, la de Lucas Eguibar -actual campeón mundial-, que cumplió 28 en China y que acudió a los Juegos con fuertes molestias en la espalda, se quedó en un séptimo puesto equivalente a diploma olímpico. Al que se hacen acreedores aquellos que acaban entre los puestos cuarto y octavo en unos Juegos.

Javier Lliso, de 24 años, había sorprendido muy gratamente al concluir sexto, un día antes, la prueba de Big Air de freestyle -o esquí acrobático-, que, al igual que él, debutaba en unos Juegos. Y la pareja de danza, integrada por Olivia Smart, nacida en Sheffield (Inglaterra) hace 24 años, y el barcelonés Adriá Díaz, de 31 -que había sido olímpico hace ocho, formando pareja con la madrileña Sara Hurtado, en los Juegos de Sochi (Rusia)-, confirmó el avance del patinaje artístico sobre hielo, al acabar octava.

A partir de ahí, el mejor puesto para España fue el undécimo, asimismo en patinaje artístico, de la pareja de libre integrada por la madrileña Laura Barquero, de 21 años, y Marco Zandrón, nacido en Bolzano (Italia) hace 23: la primera en la historia de España en competir en unos Juegos y que se metió en la final de los mejores doce.

Esquí alpino

Lliso acabó en el decimocuarto puesto, pero no entró en la final, en el slopestyle, otra disciplina del ‘freestyle’ en la que el otro español, Thibault Magnin, nacido hace 21 años en Friburgo (Suiza), fue vigésimo octavo. El mejor puesto en esquí alpino lo logró el navarro Adur Etxezarreta, de 26, que acabó decimoséptimo el descenso y que debutaba en unos Juegos, al igual que la gerundense Nuria Pau, de 27, quien se costea ella misma gran parte de su temporada y que se salió de recorrido en el gigante.

Idéntica suerte corrió, en el eslalon, el barcelonés Quim Salarich, nacido hace 28 años en Vic, cuya salida de pista en esa disciplina no empaña la que está siendo, con diferencia, la mejor temporada de un hombre español en los últimos 40 años en la Copa del Mundo de esquí alpino. Quim, olímpico por segunda vez, que arrancó la temporada en el equipo B de la selección española, había sido decimoquinto el pasado mes de diciembre en el eslalon de Val d’isere (Francia) y repitió esa plaza en el de Madonna di Campiglio (Italia), confirmando el buen trabajo, que él mismo reconoció a Efe, que sigue efectuando a las órdenes del técnico italiano Corrado Momo.

Hubo dos deportistas españoles en esquí de fondo: el debutante catalán Jaume Pueyo, de 20 años, trigésimo séptimo en la prueba sprint; y el guipuzcoano Imanol Rojo, de 31, quien, en su tercera comparecencia olímpica, repitió en la prueba larga el vigésimo primer puesto logrado en la de ‘skiatlón’.

Mención especial merece el piloto de skeleton barcelonés Ander Mirambell, junto a Castellet abanderado español en la ceremonia de inauguración. Con 38 años, el infatigable deportista de Calella, el más veterano de la delegación española, disputó sus cuartos Juegos y acabó en una meritoria vigésima cuarta plaza.

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