VUELTA A ESPAÑA

Deignan vence en la etapa y Valverde sigue líder

Una imagen del pelotón
Deignan vence en la etapa y Valverde sigue líder
EFE

Llueve junto a las murallas. Hace frío, demasiado para la altura del mes de septiembre en el que nos encontramos. Estamos en una Vuelta a España en la que ha brillado poco el sol, en la que no hemos padecido temperaturas elevadas. Un tiempo que a Alejandro Valverde, el líder, no le gusta, y que a Samuel Sánchez le agrada más. Teniendo en cuenta que uno vive en Murcia y otro en Oviedo, se entienden un poco mejor esas preferencias.


Quizá por eso, Philip Deignan, un irlandés nacido en Donegal, de 26 años de edad, se encontró en su ambiente, en otra jornada controlada por el Caisse d'Epargne, en la que el líder no pasó ningún tipo de problemas, ni tan siquiera cuando Euskaltel se puso a trabajar en el alto del Boquerón.


Deignan pasó a profesionales en 2005 con el equipo francés Ag2r. Tuvo muchos problemas físicos que a punto estuvieron de terminar con su carrera. Nos refrescó la memoria, nos hizo retroceder en el tiempo para llevarnos a los dos grandes nombres del ciclismo irlandés de todos los tiempos.

El primero de ellos es Sean Kelly, el último irlandés en ganar una etapa en la Vuelta a España, en 1988, precisamente la misma temporada en la que logró el triunfo en la general. Kelly, que un año antes había tenido que abandonar la prueba debido a un forúnculo, no dejó pasar la ocasión de imponerse en una carrera de tres semanas, algo que parecía vetado para un corredor de sus características.


Ni siquiera el filete de carne que le pusieron en el sillín, comprado en una carnicería, le sirvió para amortiguar el dolor que le producía un forúnculo del tamaño de un huevo que no había forma de sajar, de extirpar.


También nos hace remontarnos Deignan a Stephen Roche, que en 1992 logró la última victoria irlandesa en una prueba por etapas, el Tour de Francia, en La Bourboule. Desde entonces no han tenido mucha presencia en el pelotón mundial, a pesar del trabajo que Sean Kelly está realizando con un grupo de aficionados.


Sólo dos corredores irlandeses estaban en la salida de la Vuelta a España en Holanda. Uno de ellos, Daniel Martín, sobrino de Stephen Roche, tuvo que dejar la carrera. Quedaba otro y ha ganado una etapa.


Con Sean Kelly en la memoria y Alejandro Valverde de líder hay que decir que son dos ciclistas muy parecidos, ganadores, con clase, con físico, una especie que nunca ha abundado en el deporte en general y en el ciclismo en particular. Muchos años después, Valverde también está cerca de conseguir una prueba de tres semanas, que hasta el momento se le ha resistido.


El paralelismo entre los dos es llamativo. El paso del tiempo parece que clona ciclistas. Tienen muchos puntos en común. La Vuelta a España se corre de dos formas muy distintas.


Por un lado se encuentran los ciclistas que intentan bucear en el proceloso mar de los triunfos de etapa y por otro quienes piensan en la general. Están en la misma etapa, pero su forma de correr es distinta.


Un segundo de pérdida


Robert Gesink, con ocho puntos en su rodilla que le hicieron sufrir cuando había que levantarse del sillín para subir los puertos, Ezequiel Mosquera e Iván Basso perdieron un segundo. El empedrado que conduce hasta la meta resbalaba, la bicicleta patinaba y por evitar riesgos se quedaron unos instantes, breves, ese segundo que se llevaron Valverde, Samuel Sánchez y Cadel Evans.


Lo de Mosquera podía haber sido peor. La lluvia es un elemento con el que está acostumbrado a convivir. Levó bastante bien lo de su caída: "No lo he pasado mal del todo. He sufrido lo mío, he tenido que regular en los momentos difíciles. Ha sido un día difícil pero he conseguido estar delante". A más no podía aspirar.


No hubo riesgos, salvo los que aportó la propia carretera que tuvo un grupo de dieciséis corredores como protagonistas.


Además del ganador, el checo Roman Kreuziger, Manuel Vázquez, Igor Anton, Jesús Hernández, Jesús del Nero, David Herrero y Bingen Fernández, entre otros, estuvieron en esa fuga. Según van cayendo las etapas hay más nivel entre quienes juegan en la ruleta de la fortuna del triunfo.


El movimiento, el interés de la Vuelta está, por momentos, en las escapadas, no entre los favoritos, que sueltan pinceladas de su clase en contadas ocasiones, cada vez más controladas, puesto que si no se observa alguna debilidad en los rivales no merece la pena moverse. Eso es lo que piensan y en base a ello actúan.


Pensamos que todo nos conduce a la contrarreloj, salvo que el trabajo que hemos visto en Euskaltel se traslade también al Liquigas, Xacobeo y Lotto. Si todos esperan, que es lo habitual, a que se muevan otros, el Caisse d' Epargne llevará en carroza de oro a Valverde. Es lo que estamos viendo desde que la carrera comenzó a complicarse.