CAI ZARAGOZA

Darlo todo no sirve con Goliat

Un mermado CAI se entregó a fondo frente al Barcelona, pero sucumbió ante la calidad del líder. Los catalanes rompieron el duelo con su defensa y su gran acierto desde la línea de tres.

David Barlow penetra con gesto de esfuerzo ante la oposición del gigantón Fran Vázquez.
Darlo todo no sirve con Goliat
ARáNZAZU NAVARRO

Ya lo dice el refrán: «El que lo da todo no está obligado a más». Y el CAI cumplió, puesto que a pesar de las importantes bajas de Carlos Cabezas y Andrés Miso se entregó a fondo para plantar cara al todopoderoso Regal Barcelona. Sin embargo, ese encomiable esfuerzo no fue suficiente para compensar la enorme calidad que atesora el reciente campeón de la Copa del Rey. Los catalanes, merced a su agresiva defensa, a su intimidación bajo los aros y a un estratosférico acierto desde la línea de tres, fueron minando la moral aragonesa y asegurándose un triunfo que les otorga el liderato en solitario de la ACB. Los rojillos lo intentaron con intensidad atrás y el talento ofensivo de Hettsheimeir y Quinteros, poderes valiosos pero insuficientes contra Goliat. Digna y lógica derrota en un pabellón que volvió a vestirse con sus mejores galas, con más de 10.000 espectadores volcados con los suyos y que enorgulleció incluso al técnico visitante Xavi Pascual


El sueño de derrotar por segunda vez esta temporada al conjunto azulgrana duró un cuarto y medio. Luego las diferencias no fueron excesivas hasta el final, pero los visitantes, sin apretar el acelerador, controlaron en todo momento el duelo.


Lo mejor de los rojillos fue el arranque. Después de unos minutos, los que tardaron los hombres de Abós en sacudirse los nervios de medirse con un adversario de primerísimo nivel, apareció la agresividad defensiva aragonesa. Con ella, con rápidas transiciones siempre que se podía y un extraordinario Hettsheimeir al poste bajo, el CAI se escapó por siete puntos. Sin embargo, su técnico decidió darle descanso por aquello de rotar a sus hombres y la renta fue a menos. Un motivado Quinteros y un luchador Chubb tomaban el relevo, mientras que por parte 'culé' Anderson brillaba con luz propia dado que Navarro estaba negado con el aro zaragozano.


Eran los minutos de la ilusión, que continuaron con el 'triplito' habitual de Toppert y una canasta del reintegrado Hettsheimeir para poner la máxima ventaja en el electrónico (26-17). A partir de entonces todo cambió. La dureza generalizada de los rojillos tenía un lunar en el temeroso Phillip, quien a pesar de su experiencia no encontraba su sitio ante pivots mucho más grandes que él. El CAI dejó de anotar durante varios ataques seguidos y esa circunstancia frente al mejor equipo de Europa se paga. Porque el Barça no nota las rotaciones. No es lo mismo dar entrada a un desacertado Riera, quien además se descentró aún más con las decisiones arbitrales, que colocar sobre el parquet a un Víctor Sada que tiró del carro visitante para igualar el tanteador en un 'plis plas'.


A poco más de cuatro minutos para el descanso un triple de Morris ponía de nuevo a su equipo por delante. El sueño se había esfumado, el Barça ya no iba a hacer más concesiones hasta amarrar la victoria. Quizá era pronto para plantearse el desenlace final, pero nadie dudó que aquel era el punto de inflexión del partido cuando los azulgrana (ayer con esa camiseta salmón horrible donde las haya) iniciaron su particular festival de triples. El americano Morris lo abrió 'enchufando' tres casi consecutivos, el australiano Ingles lo continuó y, como no podía ser de otra manera, el gran Juan Carlos Navarro lo completó con su primer acierto desde más allá del 6,75. En un periquete el Barça mató a los rojillos y se marchó por diez puntos.


En la reanudación los hombres de Abós se toparon con otra de las armas mortíferas de los 'culés', su agobiante defensa. Que si un gorro de Ndong, que si una posesión agotada... El partido entró en una fase soporífera que sólo iba a superarse con acciones espectaculares. En este caso fue un tapón de Aguilar, un triple suyo y otra buena defensa los que despertaron al respetable que volvió a creer cuando Quinteros, de los pocos que sumaba en ataque, acercaba a su equipo a cinco puntos.


Un espejismo. Cuando el Regal Barcelona se puso otra vez manos a la obra el CAI descubrió al líder de la ACB. Tanto Riera como Toppert sufrieron en sus carnes a Fran Vázquez. Al primero le puso un tapón que casi llega a la grada y al segundo se le hizo de noche cuando se acercó al gallego. Una cruda realidad que se tradujo en el marcador gracias a dos rigurosas antideportivas señaladas a los rojillos y al espectacular acierto de Lakovic. Catorce abajo y sin opciones de sorpresa.


El último hilo de esperanza llegó en el inicio del último cuarto. Después de hacer la goma durante muchos minutos, los aragoneses volvieron a ponerse a ocho tras varias canastas seguidas y la aportación de un gran Quinteros. Estaba claro que iba a ser aquello de engordar para morir.


Al CAI ya le fallaban las fuerzas y en situaciones así surgen los 'cracks'. Navarro, casi inédito a lo largo del encuentro, acertó con el triple de la tranquilidad, y Lorbek sumó el definitivo a cinco minutos del final. Los catorce puntos de renta fueron al alza con el paso de los minutos, la aparición de la Bomba y la lógica relajación final del cuadro rojillo tras haberlo dado todo. Eso provocó que el resultado final sea demasiado abultado tras lo visto previamente. Pero fue el que el Barça quiso, el que Goliat le permitió a un entregado pero mermado oponente.