Paulo Da Silva conoció las tripas y el césped de La Romareda entre la mirada de 20 aficionados zaragocistas que le dieron la bienvenida en su primer día como futbolista del Real Zaragoza. Pelo corto, tez guaraní y una voz animosa y convencida, Da Silva se puso la camiseta número 19 de su nuevo equipo y lanzó los protocolarios mensajes de estas ocasiones. «Me siento orgulloso de jugar en una institución tan seria como esta. Tras una larga reunión, se pudo llegar a un acuerdo y estoy contento por ello. Ahora, mi objetivo es contribuir al grupo para salir del descenso y terminar el campeonato lo más arriba posible», expresó el ya futbolista del Real Zaragoza.

Da Silva hacía referencia a unas negociaciones laberínticas que culminaron en la noche avanzada del domingo en la firma de su nuevo contrato: la media campaña que resta de la actual y dos temporadas más, hasta junio de 2013. El paraguayo se ubicará ahora en el tope salarial del club, por encima del millón de euros más incentivos. Llega liberado por el Sunderland, con cierto retraso, causado por una deuda pendiente con su anterior equipo y por motivos personales, pero llega feliz y seducido por Javier Aguirre. «Lo conozco bien. Agradezco su confianza. Nunca coincidimos, aunque gente allegada me hizo saber que es un gran preparador. También me atrajo el club, la afición y la linda ciudad. El Zaragoza siempre estuvo acostumbrado a pelear por Europa», indicó el paraguayo, vestido con un fino jersey gris de punto y unos tejanos oscuros.

Reclutado para engordar las líneas defensivas del equipo, Da Silva admitió su versatilidad atrás, pero también sus preferencias: «Soy central, es mi posición, pero en Inglaterra jugué partidos de lateral derecho. Tengo la fortuna de conocer dos puestos, pero cumpliré allá donde me diga el entrenador». Su definición como central fue la siguiente: «Me gusta el marcaje, pero ante todo soy un futbolista entregado. Aseguro entrega al club. También me considero bueno en las pelotas aéreas. Espero cumplir con lo que se espera de mí en el Zaragoza».

Conocedor de la tradición paraguaya del club, Da Silva reconoció que tiene «muy buenas referencias del club y la afición gracias al Toro (Roberto) Acuña y a Delio (Toledo)», ex compañeros en la selección, y apenas hubo que interrogarle sobre el objetivo: «Hay que seguir con la racha y salvar la categoría».