ALPINISMO

Como unos chavales

Las pruebas médicas demuestran que los nueve sexagenarios que participaron en la expedición al Mera Peak (6.476 metros) están en "perfecto estado".

Los nueve sexagenarios que ascendieron al Mera Peak (6.476 metros), el pasado mes, con el apoyo de un equipo médico del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, han regresado en "perfecto estado". Este es el resumen optimista que realizaron ayer los especialistas del centro tras someter a los pertinentes reconocimientos médicos a los protagonistas, y cuyas conclusiones formarán parte de un estudio que se dará a conocer más adelante en revistas especializadas. El grupo inició la aventura al Himalaya el pasado 17 de marzo. En los doce días que ha durado el viaje por el Nepal, los escaladores no solo tuvieron contacto con la montaña, sino que también han conocido su interior a través de la experiencia de los límites, donde se lucha contra uno mismo en la naturaleza.


Los miembros de la expedición hicieron ayer balance de sus vivencias en el Mera Peak, que solo Ursi Abajo, Jesús Pérez, Luis Oro y Ramón Cóndor lograron hollar. "Fue físicamente muy dura, exigente en la fase de aproximación", resaltaron los alpinistas. La cordada aragonesa al Mera 2008, integrada por nueve montañeros que superan los 60 años, tiene por objetivo romper tópicos sobre las capacidades de las personas que alcanzan esta franja de edad, y "va a suponer importantes cambios desde el punto de vista científico en la manera de ver este grupo en la sociedad, al demostrar que pueden disfrutar de cosas que se les decía imposibles", recalcó el responsable de la Unidad de Congelaciones del Clínico, José Ramón Morandeira.


El jefe del servicio de Cardiología, Alfonso del Río, adelantó alguna de las conclusiones de la investigación. "Las pruebas de cardiología que hicimos a los expedicionarios a su vuelta dieron resultados buenos. Los corazones estaban perfectamente normales, aunque se pueden señalar unas pequeñas alteraciones, por la altura, que tendremos que estudiar".

El procedimiento de esta investigación supuso la presencia de un enfermero (José Luis San Vicente), un psicólogo (Pedro Allueva), así como la del doctor Morandeira, que realizaron diariamente un trabajo científico con pruebas físicas, médicas y analíticas, como test de orina y sangre a los miembros de las expedición.


Esta investigación que pretende demostrar la buena disposición física de la gente mayor, solo abarcó un grupo de personas de condición física óptima. "Estas personas pueden llevar a cabo estas proezas" porque tienen experiencia en la montaña y siempre se han cuidado. Todas las personas que subieron, además de ser personas que se cuidaban desde siempre, no tenían enfermedad ninguna y ni fumaban", puntualizó Del Río.


Los montañeros lamentaron no haber dispuesto de dos o tres días más para la aclimatación, lo que impidió que toda la expedición lograra el ascenso a la cima, reto que sólo cuatro cumplieron. "Fue una expedición muy dura, a veces sufríamos la ausencia de oxígeno. Teníamos que subir y bajar constantemente y, en doce días, todo fue muy intenso. Al final, el control médico nos permitió tener una seguridad y la ilusión que teníamos en esta aventura fueron decisivas", explicó Ramón Cóndor.


Además, el montañero y biólogo Ginés Morata, también Premio Príncipe de Asturias 2007 de Investigación, añadió que "el montañismo es una perversión, por subir y contarlo. Hemos vivido la alta montaña en estado puro y todos estamos muy satisfechos".