REAL ZARAGOZA

Comienza la reconversión

Finalizado el paso por Segunda, el Zaragoza se pone manos a la obra para acondicionar su plantilla a las exigencias de Primera División.

Marcelino García Toral, pensativo, en uno de los campos de entrenamiento de la Ciudad Deportiva.
Comienza la reconversión
oliver duch

La Segunda División ya es historia para el Real Zaragoza. Un gris recuerdo. Los futbolistas de la plantilla consumen sus primeras horas de vacaciones mientras los dirigentes del club activan la maquinaria necesaria para acometer la profunda reconversión que necesita el equipo. Ahora es el turno de los despachos. Qué ocurrirá con Zapater y Ewerthon, cuál será el futuro de Doblas o López Vallejo, cuándo se cerrarán la renovaciones de Goni y Ander Herrera, cómo se solucionará el regreso de cedidos como Matuzalem, Luccin o Pablo de Barros? son solo algunas de las incógnitas que comenzarán a resolverse a partir de hoy y con fecha límite en el 30 de agosto, punto de partida de la próxima temporada.

 

A nadie se le escapa que la actual plantilla requiere una amplia sesión de cirugía. Ajustarse a la realidad de Primera División y cimentar un bloque lo suficientemente competitivo como para evitar apuros. Y así se lo ha hecho saber Marcelino García Toral a Agapito Iglesias tras la serie de contactos que mantuvieron entrenador y máximo accionista durante la semana pasada. El empresario soriano ya conoce de primera mano cuáles son las intenciones y exigencias del técnico. En lo relativo a la confección de la plantilla, cuestión sustantiva en la actualidad zaragocista desde hoy, Marcelino ha reclamado nueve incorporaciones. Esa es la cantidad de fichajes que el técnico considera imprescindible. En todo caso, la cuota puede crecer en función de lo que ocurra con futbolistas que entran en los planes del entrenador, pero que podrían abandonar el Zaragoza por cuestiones económicas. Son los casos de Ewerthon, Zapater o Ayala. Lo que es casi seguro es que el Zaragoza de la próxima temporada presentará una fisonomía muy diferente de la actual.

 

Los nueve fichajes demandados por Marcelino afectan a demarcaciones muy concretas del campo. La intención del entrenador es reconstruir íntegramente la defensa. Un lateral derecho, otro izquierdo y dos centrales son prioritarios. También lo es la contratación de un portero. El centro del campo es donde el Zaragoza mantendrá una imagen más reconocible. Jorge López, Gabi y Ponzio son intocables para Marcelino. Pero aun así habrá cambios en la zona. Un mediocentro y un extremo izquierdo figuran en la agenda del entrenador. Las solicitudes de Marcelino las cierran la contratación de dos delanteros.

 

Además de las entradas, deben resolverse las salidas. Hay cuatro futbolistas -Doblas, López Vallejo, Chus Herrero y Pignol- que concluyen contrato el 30 de junio y uno -Caffa- que regresa a su club de origen, el Betis, al expirar su préstamo anual. De quienes concluyen contrato, la previsión del club es renovar a uno de los dos porteros (Doblas ya ha desestimado una primera propuesta) y prolongar el vínculo de Chus, aunque para darle salida en forma de cesión con el Huesca como destino probable. Las opciones de seguir del francés Pignol son nulas. Otra de las tareas pendientes en el capítulo de renovaciones es concretar la continuidad de Raúl Goni y de Ander Herrera, dos negociaciones aún abiertas. Marcelino cuenta con ambos en su proyecto de Primera y formarán parte del primer equipo una vez se cierren sendas negociaciones. Además, se buscará una cesión para Generelo.

 

El gran reto es acondicionar la plantilla con los frenos impuestos por la economía de guerra que vive el club. La política de austeridad (15 millones de costo salarial) que va a regir todos los movimientos de entrada el Real Zaragoza constituye un limitador de primer orden. En consecuencia, las maniobras de Marcelino, Agapito Iglesias y Antonio Prieto, inminente nuevo director deportivo del club, apuntarán al mercado de inversión cero: cedidos, futbolistas libres y gasto mínimo.