PATINAJE

Clases a toda velocidad

El profesional Alberto Alemán aporta su sabiduría a un grupo de 60 patinadores que forman la Escuela de los clubes Marianistas, 2mil6 y Bujaraloz.

Alberto Alemán, en el patinódromo La Bozada junto con sus alumnos.
Clases a toda velocidad
ESTHER CASAS

Los patines de Sheila Herrero volaron para convertirla en la deportista nacional con más títulos mundiales (15), sin olvidar los 136 europeos, 189 nacionales, plusmarcas? Alberto López sigue su estela y engorda un palmarés en un deporte que Sheila engrandeció. Del yermo territorio cree un pequeño oasis donde se multiplican las ruedas: niños y niñas que conjugan el verbo patinar con destreza y que sueñan con repetir las gestas de sus ídolos. Marianistas, 2mil6 y Bujaraloz son los tres clubes zaragozanos que dinamizan esta especialidad en la Comunidad, y han encontrado el maestro perfecto para dirigir esa ráfaga de ilusión que sopla en el patinódromo La Bozada.


Los estudios de magisterio y educación física trajeron a Alberto Alemán a la Universidad de Zaragoza; el pamplonés quedó encantado de la ciudad y "echó raíces". Pero el ritmo de vida del navarro lo marcan sus patines desde hace 24 años, cuando con cuatro quedó enamorado de la habilidad de su hermana mayor, María, sobre unas zapatillas con una plancha que sujetan cuatro ruedas de goma. "Somos una familia muy patinadora. Mi hermana era muy buena. Era lógico que yo también me enganchara", cuenta Alemán, convertido en un profesional en la materia. En la ciudad, el patinaje de velocidad cobraba vida gracias a la labor de Julio Gil Hernando, un técnico de Marianistas que se implicó en trasladar a sus alumnos que "el patinaje es una especialidad hermosa, que con ganas, esfuerzo, y horas de dedicación se puede luchar por llegar lejos". Una filosofía que Alemán también enseña a sus pupilos desde el pasado mes de agosto. "Julio Gil, de Marianistas, tuvo que marcharse a Madrid por motivos laborales, y me pidieron a ver si podía echarles una mano. Yo estoy encantado de aportar mi experiencia", admite el deportista, con una trayectoria que viste con medallas nacionales de todos los grados en la categoría de maratón, y en donde sobresale un podio europeo.


Cerca de 60 patinadores de variadas edades dan color a la Escuela de Patinaje que coordina Alemán junto con la preparadora Cristina Gimeno. "Lo que más destaco de estos dos meses y medio de trabajo es que hay muy buena base; gente joven y con ganas de aprender; chavales que técnicamente son muy buenos y que en la pista o en los circuitos se pueden comparar con otras comunidades donde este deporte goza de mayor práctica, como Navarra, Asturias, Valencia, País Vasco... De la cantidad sale calidad y tenemos alguna perla que puede brillar mucho", destaca Alemán, que disputa actualmente la mejor competición internacional, la World Inline Cup (WIC), la Copa del Mundo de patinaje en línea de velocidad. Una Copa de maratones que se reparte por trece países y que ha llevado a Alemán a recorrer el planeta. La última escala fue en Corea, en Chuncheon, donde alcanzó con su club, Marianistas El Pilar de Vitoria, la medalla de plata por equipos y entrar el 'top 15' del ranquin en individual.


El patinódromo de La Bozada es el segundo hogar de los aprendices, donde se ejercitan tres días a la semana por la tarde, cubriendo las cuatro estaciones del año. El grupo se movía en la incertidumbre de hacia dónde dirigiría sus patines ahora que el día se acorta. y el viento, el agua y el frío se convierten en malas compañeras. Apremiaba una pista cubierta: las ruedas de goma no dañan el parqué, lejos de las reticencias de algunos gestores dudosos en acoger a la familia de patinadores. La luz se ha hecho esta semana, con el acuerdo con Zaragoza Deporte Municipal para el uso del pabellón Monsalud.


"Este no es un deporte en el que hay que invertir un dinero en el material (los patines pueden costar desde los 200 euros hasta los 1.000 en alta competición) y los desplazamientos para acudir a las distintas pruebas. No tiene muchos apoyos, especialmente para monitores y para alquiler de instalaciones? Pero hay que agradecer la implicación de los clubes y de los padres, que están muy volcados. Esto es muy importante porque gracias a su empuje los chicos y chicas se motivan. Es difícil mantenerlos enganchados, pero los atractivos del patinaje de velocidad son tantos...", concluye Alberto Alemán.