CHILE 1 - SUIZA 0

Chile rompe el muro suizo

Los de Marcelo Bielsa se colocan como líderes del grupo H gracias al gol de Mark González, que acabó con 559 minutos de imbatibilidad.

Mark González celebra el gol.
Chile rompe el muro suizo
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Chile se coloca como líder del Grupo H tras acabar por fin (1-0) con la imbatibilidad de Suiza, la selección que más minutos ha permanecido sin encajar un gol (559) en la historia de los Mundiales.


A la selección chilena le costó, eso sí, tres cuartos de partido perforar la portería de Benaglio, ante una Suiza que jugó una hora con un hombres menos y que fue incapaz de disparar entre los tres palos de la portería defendida por Bravo.


Hasta la expulsión de Behrami -por una agresión a Vidal a la media hora de juego- Suiza había controlado bastante bien a Chile, que sólo había inquietado a Benaglio en un doble remate desde fuera del área de Carmona y Vidal que obligó a lucirse, por dos veces, al portero helvético.


Lejos de cobijarse atrás esperando una contra como hizo frente a España, el equipo que dirige Otmmar Hitzfeld se enfrentó a la supremacía chilena en la posesión del esférico yendo a buscar el partido más arriba, empujando desde el centro del campo, presionando la salida de balón del rival.


Así frenó el ímpetu del combinado sudamericano, pero su fútbol tosco no le alcanzó para poner en apuros la meta defendida por Bravo. Con un Frei renqueante -pareció resentirse de su lesión y fue el sacrificado tras la expulsión de Behrami para dar entrada a Barnetta- y un N'Kufo muy solo arriba, Suiza no inquietó a su oponente en toda la primera mitad.


Menos aún cuando se quedó con diez. A partir de entonces, renunció definitivamente al ataque y fue una Suiza mucho más parecida a la que se enfrentó a la selección española. Sin embargo, en esta ocasión, los jugadores chilenos, que no se perdieron detalle de la inesperada derrota de los hombres de Vicente del Bosque, venían con la lección bien aprendida.


La que dice que a un equipo como el suizo, disciplinado, rápido en el repliegue y muy ordenado atrás, se le debe atacar moviendo el balón a una enorme velocidad, acelerando la transición defensa-ataque y utilizando las bandas.


Así acabó Chile el primer tiempo: imprimiendo una velocidad endiablada a su fútbol y volcada con Alexis Sánchez y Beausejour por las alas. Y más ofensivo empezó aún el segundo periodo, porque Marcelo Bielsa sentó en el descanso a un lateral, Vidal, para dar entrada a otro extremo, Mark González, y también puso a Valdivia por Suazo, falto de ritmo tras estar las últimas tres semanas de baja.


Asedio sudamericano


Chile puso cerco a la portería de Benaglio. Un asedio que empezó con un gol anulado a Alexis Sánchez por fuera de juego posicional, un mano a mano del propio Sánchez que no supo resolver con acierto y un cabezazo de Mark González a la salida de un córner que se marchó fuera por poco.


Sin embargo, pasaban los minutos y el conjunto chileno no daba con la fórmula para perforar la portería contraria. Suiza, en cambio, cada vez se encontraba más cómoda, más en su papel de equipo al que le encanta practicar ese fútbol de desgaste que tanto desespera a sus rivales.


Hitzfeld sentó a N'Kufo y dio entrada al joven Derdiyok, un punta de refresco, uno de esos 'cazabalones' al espacio que pueden anotar en una contra inesperada.


Pero esa contra no llegó y Chile encontró el premio a sus insistencia a un cuarto de hora para el final. Valdivia dibujó un pase entre líneas para Paredes, que recogió en posición dudosa y centró desde la línea de fondo para que Mark González cabeceara a gol en el segundo palo.


El propio Paredes, que había entrado hacía pocos minutos sustituyendo a Matías Fernández, tuvo dos contragolpes clarísimos para sentenciar en la recta final del choque, pero en ninguno estuvo acertado en el remate.


Igual que Derdiyok, que tuvo en el último minuto el gol del empate en sus botas en la única jugada elaborada de Suiza durante todo el partido, pero su remate desde el punto de penalti, con Bravo prácticamente batido, salió rozando el poste.