ENTREVISTA CON EL MONTAÑERO

Carlos Pauner: "Tenemos la gloria del Dhaulagiri y ahora vamos a por otro gigante nepalí, el Lhotse"

Dentro de cuatro días, Pauner parte en busca de su noveno ochomil: el Lhotse (8.516 m.), la cuarta montaña del planeta. Le acompaña en la segunda expedición en el Himalaya Javier Pérez. Marta Alejandre regresa el próximo domingo. Los tres descansan ahora en Katmandú

Ha pasado una semana después de la brillante ascensión al Dhaulagiri. ¿Cómo se encuentran?


Llevamos tres días en Katmandú como en un sueño, descansado, hidratando, comiendo bien, recuperándonos de alguna pequeña lesión, recordando lo vivido, disfrutando… En definitiva, pasando página del Dhaulagiri, un bello recuerdo. Pero ahora tenemos en ciernes una nueva expedición y hay que dejar atrás la pasada.


Usted se marcó un doble objetivo: el Dhaula ya está coronado con éxito y el siguiente reto era el Everest. ¿Está descartado?


Sí, nuestro objetivo inicial era el Everest, pero no ha sido un año normal para esta montaña. El gobierno chino, llevado por la locura de subir la antorcha olímpica, había complicado bastante el proyecto. El Everest estaba cerrado hasta el día 11, aunque ayer (por el miércoles) ya se hizo cima. Sin embargo, había muchos problemas con los permisos y la expedición no podía retrasarse. Ahora hay que mirar adelante.


¿Hacia dónde?


Al Lhotse (8.516 metros), la cuarta cima del planeta. Es un monte que me apetece. El Everest va a estar siempre ahí y ya habrá otra oportunidad. El trabajo en el Dhaula ha sido bueno y la aclimatación ya se ha conseguido. Para Javier Pérez y para mí va a ser solo un paréntesis en esta larga campaña nepalí. Tenemos la gloria del Dhaula y ahora vamos a por otro gigante.


¿Marta Alejandre no les acompaña?


Marta regresa el 11 a España para sanar sus heridas. Sufrió una leve congelación, no importante, que le ha impedido continuar en esta aventura. Necesita reposo, calidad de vida para recuperarse y disfrutar de la hazaña que ha realizado, en casa, rodeada de su gente.


¿Cómo han preparado la nueva expedición?


Los permisos los tendremos ya mañana (por hoy) y el día 14 volamos de nuevo por los valles del Nepal hasta el Campo Base del Lhotse, que es el mismo que el del Everest, a 5.400 metros. Allí coincidiremos con otras expediciones que está aclimatando desde hace un mes y, entonces, habrá que esperar a que se abra la 'ventana' para intentar hacer cima. Calculo que entre el 22 al 25 podremos hollar la cumbre. Solo habrá un intento y todo se resolverá en un muy breve espacio de tiempo. Si el Dhaulagiri no pasa factura.


Una vez superado el ecuador del "Proyecto 8.000", ¿se ve con fuerzas para sumar su noveno ochomil?


Sí, sí. Estoy muy animado y contento porque al final se está cumpliendo el programa entero de la doble expedición, aunque haya sufrido esta variación. Un cambio muy meditado. Siempre había dicho que quería llegar al Campo Base del Everest hacia el 15 y ya lo tenemos asegurado para un día antes. Estamos en fechas, con la aclimatación conseguida, con la alegría de una cima y con todo el equipo intacto. Solo necesitamos un poco más de suerte. Regresar a casa con dos 'ochomiles' supone un esfuerzo tremendo y una gran satisfacción personal.


¿Qué peligros tiene el Lhotse?


Es una montaña noble; no como el Dhaula, oscura. Si todo va bien no nos tiene que plantear problemas. Su aproximación es como si fuéramos al Everest. El camino es común hasta los 7.500 metros, el Campo 3. Entonces, se gira hacia la derecha y se instala el cuarto campo y se hace noche. Al día siguiente se sube por un corredor que se va estrechando, e inclinando. Los últimos veinte metros de subida son por un terreno rocoso y bastante vertical. Y mucha gente se ha quedado sin culminarlo por estos veinte metros. El único problema que puede surgir es el viento. El cuerpo tiene que responder. No va a ser fácil. Elevarse, en mi caso, sin oxígeno, hasta esta cota, después del gran esfuerzo realizado en el Dhaula, va a suponer un empeño total.


Estos días, en Katmandú, habrá sido imposible no recordar las cuatro intensas jornadas que vivieron hasta hacer cima en el Dhaula…


Sí, vuelves a visualizar la película de la exigente subida, de las once horas de bajada, de la alegría por la gesta, de la doble felicidad por el éxito de Marta... Todo salió según el plan prefijado. Creo que tuvimos suerte, aunque la experiencia de hace dos años también nos ayudó mucho. Hemos estado un mes y se ha aprovechado muy bien el tiempo, pero es cierto que la climatología nos ha ayudado mucho. E insisto, la suerte que deseo siga de nuestro lado.


Y su gesta, un homenaje a tres amigos muy queridos.


El Dhaula es una montaña peligrosa, áspera. Solo quería quitármela de encima. Conseguir mi octavo ochomil, la primera vez que un aragonés alcanzaba esta maldita cima. Para mí fue un homenaje a los aragoneses que se quedaron allí: para Pepe (Garcés), Santiago (Sagaste) y Ricardo (Valencia) por conseguir ese sueño que ellos lucharon y por el que se dejaron la vida. Es lo único en positivo y de buen recuerdo que me queda.