SD HUESCA

Camacho pide respeto

El capitán y máximo goleador de Segunda, con cuatro goles en cinco partidos, reinvindica la «unidad» del vestuario.

Juanjo Camacho, risueño, durante el entrenamiento de ayer.
Camacho pide respeto
R. GOBANTES

Con el brazalete de capitán en el brazo izquierdo, el diez a la espalda y cinco temporadas de azulgrana, Juanjo Camacho aglutina la identidad de la Sociedad Deportiva Huesca. Vuelve a ser el máximo goleador del equipo y uno de los pichichis de Segunda con cuatro goles en cinco encuentros, y su rango le permite asimismo convertirse en la imagen de un vestuario que ha alzado el vuelo tras la victoria de Tarragona pero que está dolido con las dudas que generó el arranque.


Camacho se erigió en portavoz de la entidad en general y sus compañeros en particular tras el entrenamiento de domingo y celebró las buenas sensaciones recuperadas frente al Nástic, que han de servir para hacer borrón y cuenta nueva y dejar atrás unas semanas muy difíciles. «Hicimos el partido que habíamos planteado. Después de unas semanas algo convulsas se había creado un debate en todos los sentidos de la directiva, cuerpo técnico y jugadores y se habían empezado a crear muchísimas dudas», afirmó el 'todocampista' zaragozano.


Acto seguido, lanzó el grueso del mensaje que pretendía dejar muy claro ayer por la mañana: «Sobre todo, lo que quería decir es que ni ahora somos tan buenos por haber ganado los tres puntos ni antes éramos tan malos por solo llevar uno. El Huesca lleva una trayectoria de varios años que nadie puede poner en duda y quería pedir un poco de respeto a esas personas, o a esa afición que tenía dudas, o a los medios, o a cualquiera. El Huesca, los jugadores, la afición que siempre apoya, los técnicos y la directiva somos una unidad muy fuerte y así debe ser».


Se percibía en sus palabras una actitud dolida y a la vez reivindicativa, molesta con cualquier fuente que generase controversia. «Parecía que se estuviera esperando un bajón como el del inicio de la temporada pasada para volver a criticar o poner en duda esa trayectoria -siguió-. La serenidad que hemos mantenido e intentamos inculcar a los jugadores nuevos es lo que debe ser. Hay que eliminar el debate que se había creado pidiendo respeto, ilusión, ganas y que todo el mundo esté con el equipo».


Una intención sostenida por el triunfo del Nou Estadi y que se refleja nítidamente en las palabras de Camacho, enfadado porque «se nos había incluido en un paquete que no era el idóneo, no se puede poner en duda el compromiso de los jugadores, y menos de los que más tiempo llevan aquí. Más que afectar, molesta. La gente que está aquí es porque quiere y quiere ayudar. Eso se demuestra en el campo, que no engaña».


Al margen de desarrollar estas ideas, Camacho restó importancia a su papel de pichichi: «Por supuesto que estoy contento, pero más por haber sumado los tres puntos y ayudado al equipo. Me hubiera conformado con que hubiesen sido en propia puerta».