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El CAI se queda helado

TERUEL. Los dos grados que marcaba el termómetro en Teruel a las siete de la tarde no invitaban al paseo. Eso pensaba el opuesto alemán Gyorgy Grozer, la estrella del Asseco Rzeszow, caliente bajo las sábanas, en su habitación del hotel Isabel de Segura. Tres mil kilómetros de viaje para ponerse enfermo en Teruel y perderse un partido tan importante. Cerca de su improvisado hogar, en Los Planos, tampoco es que hiciera una temperatura como para quitarse el abrigo.


Salvo la bulliciosa hinchada naranja, de impetuoso grito y golpeo de tambor. Ellos son capaces de convertir en una caldera asfixiante un pabellón temido por los rivales. Cayó el Belchatow. El Cuneo rozó la tragedia en dos ocasiones y ayer el Resovia Rzeszow estuvo en un ¡ay! de doblar la rodilla. La moneda cayó cruz para el CAI Teruel que tuvo la victoria en sus manos, en esos dos saques que erró en el maldito ‘tie-break’. Cómo lo recordarán los cerca de dos mil aficionados que, en pie, alentaron a su equipo con ardor. Cuando Cernic, todo un campeón, cerró el duelo, Los Planos se quedó helado. Una sensación triste, gusto amargo, porque el conjunto aragonés lo tuvo tan, tan cerca… Europa se ve un poco más lejos. El próximo martes, el CAI está obligado a ganar en Rzeszow y, además, de regalo un set de oro, otro más, que también tendría que tener color naranja. Un milagro.


Conocedor era Novillo de que el rival era correoso, fuerte, luchador hasta el extremo. Sin su principal arma ofensiva, curando la gripe, el Resovia se aplicó en otra de sus mejores aportaciones, el saque. El CAI no empezó mal, liderando el marcador, con alegría. Pero el Asseco tiene piezas poderosas: un veterano de guerra en la red, el central Millar, y dos brazos que no tiemblan cuando hay que rematar con determinación, Akhrem y Cernic. El atacante que suplió en las tareas ofensivas, Jozefacki, se creció y brilló, especialmente, en la última manga. Ataque, es lo que le faltó al CAI, sin la inspiración de Cáceres que se fue al banquillo. Millar le humilló con dos ‘gorros’; los demás, rompieron el partido: 9-15, tras un punto agónico.

El CAI taponó la corriente de frío. Logró asentarse en la pista. Analizó. Se podía. Había que recuperar las sensaciones: apostar por una certera salida de la bola, que la recepción se ajustara, que Hernán, el cerebro, distribuyera con talento, y que los brazos se cargaran con rabia para fulminar al rival. Coraje en los rostros en Suela, completo en todas las facetas; furia en los remates de Batista y Cáceres, recuperado para la causa. Y el público, inmenso, empujando a la remontada. El CAI volteó el marcador. Con seriedad y orden, el CAI lograba poner nervioso a su adversario. La segunda manga siempre fue suya; la tercera, de locos, Los tantos se sucedían y el CAI no terminaba de romper, perdiendo sus ventajas. El Resovia salvó dos bolas de set, pero Cáceres, con la cabeza fría, puso la puntilla.

Pero el Asseco Rzeszow es de estos equipos que no pierden la compostura (salvo el ‘chivato’ de Travica, al fondo de la pista, que se descuidó en las formas bastante). Y la charla de Travica tuvo su efecto. El CAI acusó la tremenda intensidad y bajó el nivel de sus prestaciones. Los polacos aceleraban y respondieron sin dudas. Enérgicos en el bloqueo, especialmente inspirados sus estrellas. La recepción local fallaba y los errores se acumulaban. La mente no estaba fresca, y el juego se tornaba espeso.


Llegó la suerte del quinto set. Una moneda al aire. El resurgir de Jozefacki, ese opuesto que vive a la sombra de Grozer. El electrónico no informaba de buenas noticias: 5-8. «En Europa, CAI; en el mundo, CAI; por siempre, CAI», coreaba el pabellón. El conjunto aragonés reaccionó. Lo más difícil. El tiempo se agotaba. Cáceres puso la primera ventaja (12-11); Batista, otro empate (13-13). La presión era para el Resovia. Jozefacki manda el saque fuera. El CAI tenía el triunfo en su mano. Cáceres agarra el balón… ¡a la red! Batista arregla el estropicio, que él mismo culminaría con otro saque sin convicción. Y Cernic, que subió a lo más alto en el Europeo de 2005, un jugador enorme, no perdonó.

Un palo. Europa se ve un poco más lejos. Pero todavía queda la vuelta de esta ‘Challenge Round’ de la Copa CEV en Rzeszow el próximo martes. En la fría Polonia, al CAI Teruel le tienen que salir los números: una victoria y un set de oro. Casi nada. Sin descanso, el sábado, vuelta a la Superliga, con el derbi regional contra el Multicaja, con el dolor por otro partido que ha dejado escapar.


CAI Teruel 2 Resovia Rzeszow 3


CAI Teruel Hernán (2), García-Torres (2), Batista (18) Cáceres (24), Subiela (6), Suela (7) –sexteto inicial-, Efrón (líbero). También jugaron Machacón (2), Bernal (5), Oroz.

Resovia Rzeszow Ryan Millar (9), Matej Cernic (17), Akherm (19), Baranowicz (2), Kosok (8), Jozefacki (21)–sexteto inicial-, Ignaczak Krysztof (líbero). También jugaron Buszek, Perlowski (1), Mateusz.

Sets: 15-25 (21 min), 25-21 (26 min), 26-24 (31 min), 22-25 (28 min) y 15-17 (20 min).

Árbitros: Florin Dimachi (Rumano) y Geert Blyaert (Bélgica)

Incidencias: cerca d e 2.000 espectadores presenciaron el partido de ida de la ‘Challenge Round’ en Los Plan os. En el palco, el consejero de Ciencia, Tecnología y Universidad, Javier Velasco; el director general del Deporte, Álvaro Burrell, y el cantante David Sánchez, semifinalista de Eurovisión.