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Butragueño: "Mourinho no ha venido a hacer amigos"

El directivo del Real Madrid no quiso avivar la polémica entre Preciado y el portugués, que continuó tras el partido del Molinón.

Mourinho atraviesa las 'entrañas' de El Molinón.
Butragueño: "Mourinho no ha venido a hacer amigos"
J. L. CEREIJIDO/EFE

Con Mourinho en el palco de El Molinón, alejado de las ruedas de prensa y los gritos de la afición del Sporting, y Karanka sentado en el banquillo, parecía que la polémica entre el portugués y Preciado se iba a saldar con tres puntos más en el casillero del Real Madrid y unos meses de 'reposo' hasta el segundo asalto, cuando los asturianos visiten el Santiago Bernabéu. Nada más lejos de la realidad.


Tras un intenso partido, en el que los visitantes protestaron por la dureza del juego y los locales por las provocaciones de Cristiano Ronaldo, el duelo se trasladó al aparcamiento del estadio gijonés. Ni siquiera la intervención de Emilio Butragueño, quien ayer quiso calmar los ánimos de ambas partes, ha conseguido zanjar la polémica.


Parecía que el cántabro y el portugués ya no iban a verse las caras hasta el partido de vuelta. Sin embargo, Preciado fue a buscar su coche al aparcamiento de El Molinón justo cuando el autobús del club blanco emprendía su viaje hacia el aeropuerto. A partir de ese momento, las versiones de unos y otros tienen poco en común.


Según Preciado, Mourinho realizó desde el vehículo un gesto con dos dedos "en señal de victoria o indicando que su equipo puede acabar en Segunda División", que precedió un enfrentamiento entre el cántabro y Rui Farias, preparador físico del Real Madrid.


Después, ambos intercambiaron insultos y tuvieron que ser separados. Alguien que "no medía más que un bache me ha dicho que íbamos a descender. Le he contestado y se ha vuelto a subir. Pero Pardeza lo puede explicar mejor porque estaba allí", señaló Preciado.


Unos hechos que, según los detractores del técnico del Sporting, comenzaron de una forma bien diferente. Según esta versión, fue Preciado quien increpó a los merengues mientras se llevaba las manos a los genitales y lanzó un botellín de agua contra su autobús. Butragueño, quien aseguró que "todos somos personas y en un momento determinado podemos perder los nervios", cree que es mejor mirar hacia el futuro. "Lo que sucedió en el estacionamiento ya pasó. Ahora tenemos que centrarnos en lo que viene. El pasado nos tiene que servir para aprender", sentenció.


Después del último capítulo de este culebrón, Butragueño intentó defender a un entrenador al que no han fichado "para hacer amigos". Perdió unos cuantos en aquella famosa rueda de prensa con la que inició la 'guerra' -insinuó que Preciado, quien sacó a varios suplentes en el Camp Nou, había regalado tres puntos al Barcelona-, y ya no le queda ninguno en Gijón.


"Cuando le preguntan, responde lo que piensa", explicó el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, quien cree que el entrenador luso "no es un mal compañero", como había asegurado Preciado. "Mourinho está acostumbrado a ganar y maneja muy bien ese tipo de situaciones. No le fichamos para hacer amigos, sino para que haga al equipo campeón", sentenció Butragueño. Consciente de que "todo lo que pasa con el Real Madrid se magnifica", quitó trascendencia al incidente y no quiso dar su versión de un hecho que todavía arroja más sombras que luces.