REAL ZARAGOZA

Bienvenido, Franco

Ponzio y Gabi, ex compañeros de Leo Franco en la selección argentina y el Atlético, respectivamente, analizan su fichaje y el pulso con Doblas.

Leo Franco, en primer término, en el entrenamiento de ayer.
Bienvenido, Franco
SANTIAGO RODRíGUEZ

Roberto Jiménez, sueño frustrado del Real Zaragoza para la portería, se miraba en el espejo de Leo Franco desde las categorías inferiores del Atlético de Madrid, y, ahora, caprichos del fútbol, del mercado, de los agentes, de la vida; al argentino le corresponde borrar de la memoria del aficionado los recuerdos de Roberto. Leo ya consume sus primeras horas como futbolista del Real Zaragoza y lo hace bajo la presunción de la titularidad.


Todos los debates lo anticipan por delante de Doblas, uno de los héroes del ascenso a Primera División, pero en el campo de entrenamiento aún quedan muchas cosas que decir. En todo caso, ambos porteros parten de cero en una carrera cuya meta se ubica en Riazor, ante el Deportivo de La Coruña, en el partido que abrirá la temporada el próximo 29 de agosto.


"No hay que olvidar que Toni siempre ha sido provechoso para el grupo. Ahora, le toque jugar a uno o a otro, van a tirar hacia delante. No se sabe quién será el titular, pero son dos grandes arqueros que van a servir al equipo", explica otro Leo, Ponzio, compañero de Franco en varias convocatorias con la selección de Argentina.


Aunque los técnicos optaron por que Leo Franco no participara aún en el amistoso de Calatayud, la batalla de la portería arrancó ayer en el campo de fútbol La Dehesa de Navaleno. Temprano, en la sesión matinal. Como todos los días, los arqueros completaron una sesión de entrenamiento específico bajo las directrices de Mikel Insausti, preparador de porteros. El canterano Pablo Alcolea cerró la terna una vez que Unai, el otro guardameta canterano que ha venido trabajando en Navaleno hasta la incorporación de Leo Franco, fue devuelto a Zaragoza para que comenzara la pretemporada con el filial.


Leo Franco y Doblas compartieron ejercicios y evidenciaron una relación afectuosa, próxima y competitiva. Doblas fue uno de los primeros apoyos de Leo Franco, pero la plantilla del Real Zaragoza acoge más viejos conocidos del portero argentino, que desembarcó en la concentración de Navaleno a la 1.10 de la madrugada del miércoles. Le acompañaron en automóvil desde Zaragoza el doctor Jesús Villanueva y Ángel Lafita, reincorporado a la concentración después de disfrutar de un permiso especial del club por el nacimiento de su primer hijo, curiosamente de nombre Leo.


Eso fue en la noche cerrada. Por el día, Leo Franco se rodeó de antiguos compañeros. Uno fue Ponzio, y otros Gabi Fernández y Braulio Nóbrega, portadores como él del sello del Atlético de Madrid.


Gabi lo saluda: "Es un grandísimo portero, lo ha demostrado en todos los equipos que ha jugado. Nos aportará experiencia, además es un buen profesional, trabaja con mucho sacrificio en el día a día".


¿Con qué virtudes se presenta Franco? "Gracias a su corpulencia, es muy seguro por arriba, y como todo portero argentino, es muy fiable en el uno contra uno", describe Gabi. Para Ponzio, los 33 años de Franco son un aval: "Nos va a venir muy bien por su experiencia. Va a sumarle mucho al Zaragoza y también podrá ayudar a los chicos de abajo".