REAL ZARAGOZA

Bandrés: "Ha habido una campaña que nos ha perjudicado"

Ayer en Madrid, el presidente del Real Zaragoza, Eduardo Bandrés, expuso su postura personalmente al máximo responsable de la Federación Española, Ángel Villar, y al referente de los árbitros, Victoriano Sánchez Arminio.

Algo anormal sucedió ayer al mediodía en la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en Las Rozas, a las afueras de Madrid. Un numeroso grupo de periodistas, con cámaras, micrófonos, grabadoras y libretas aguardaban la llegada de los diversos presidentes de club y dirigentes federativos que conforman el elenco de la Junta Directiva de la Federación. Pasó Joan Laporta y simplemente saludó. Le siguió Enrique Cerezo y ocurrió lo mismo. Pero llegó Eduardo Bandrés y toda la prensa se arremolinó a su alrededor.


El presidente del Real Zaragoza, sin duda alguna, era el personaje del día, ése al que todos esperaban. Nunca hasta ayer, después de más de un año asistiendo a estas reuniones del órgano que tutela el fútbol español, Bandrés y el equipo aragonés habían sido objeto de máxima atención en la capital de España. Tras sus duras y polémicas palabras pronunciadas instantes después de concluir el choque de Villarreal en la zona mixta de los vestuarios del campo castellonense, el dirigente de Erla fue ayer el foco de atención en Las Rozas.


"Lo de El Madrigal no fue un calentón y me reafirmo en todo lo que dije", manifestó de entrada el presidente ejecutivo del Zaragoza. "La única diferencia es que, con el paso de las horas, la visión de las circunstancias es menos apasionada que nada más acabar el partido de Villarreal, pero sigo pensando exactamente lo mismo: el arbitraje nos perjudicó claramente y, en el Zaragoza, estamos muy molestos por todo lo que está ocurriendo con los árbitros y con determinados medios de comunicación en las últimas semanas", completó en su exposición inicial.


Aunque, cronológicamente, el primer capítulo que debió abordar Eduardo Bandrés fue este de atender a la prensa en el hall de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, lo más importante sucedió dos horas después. A lo largo de diferentes momentos, en los intermedios, los descansos y al final de la reunión de la Junta Directiva, Bandrés dialogó personalmente con el presidente de la Federación, Ángel Villar, y con el del colectivo arbitral, Victoriano Sánchez Arminio. El presidente blanquillo no quiso detallar el modo en el que trasladó a ambos su queja tras lo sucedido en Villarreal y, por extensión, en las últimas semanas. "Por respeto, no voy a abundar en el contenido de esas conversaciones", dijo Bandrés anoche. Eso sí, la sensación que extrajo el ejecutivo zaragocista respecto de la receptividad de Villar y Arminio ante su protesta cara a cara era positiva: "Los he visto con un cierto grado de comprensión", apuntó escuetamente.


Durante el transcurso de la Junta, el dirigente aragonés no quiso introducir forzadamente el asunto en un orden del día en el que no tenía cabida. Pero, realmente, no hizo falta. "Todo el mundo me ha preguntado por lo sucedido y por el profundo malestar que manifesté en mis declaraciones de Villarreal", reconoció el presidente zaragocista, que ayer fue el inevitable protagonista en Madrid.


Bandrés, tras muchos meses de mesura, ha elevado la voz por primera vez desde su llegada al cargo hace ya casi dos años y, según muestra su actitud, no piensa bajar el diapasón hasta que no se observen señales de que algo cambia respecto del trato que está recibiendo el Zaragoza en el último mes: "Sigo creyendo que ha habido una campaña a cargo de algunos medios de ámbito nacional que nos ha perjudicado gravemente. Ya la hubo antes del partido contra el Barcelona, tras la que el árbitro fue decisivo en nuestra derrota, y la ha habido después del partido contra el Atlético de Madrid y que ha concluido con el claro perjuicio del árbitro en Villarreal", insistió. "Y no vamos a aceptar nunca que se califique al Zaragoza como un equipo duro, ni a su afición de racista, ni a determinados jugadores como agresivos o antideportivos", redundó en sus argumentos.


Por último, Bandrés hizo especial hincapié en su deseo de que este ambiente cargado pueda dañar la atención de un equipo agobiadísimo que necesita ganar como sea el próximo domingo al Almería en La Romareda. "Al margen de estas polémicas, lo más importante es que el equipo ha cambiado para bien en las últimas dos semanas y la afición ha demostrado que va a apoyarle a muerte hasta el final. Y el próximo domingo queremos que el campo se llene", deseó en voz alta.