Se pudo permitir el Bada Huesca dedicar el último tiempo muerto de su encuentro de ayer contra el Frigoríficos Morrazo a homenajear a los cuatro jugadores que no continuarán el próximo curso en sus filas. Dijá, Teixeira, Lucas Abadía y Stefan Ciric recibieron el aplauso del Palacio de los Deportes, en su último encuentro con la camiseta del Bada en la cancha oscense, ya que ninguno ha ampliado su contrato, según anunció el propio club en esta misma semana. Pero tanto a los cuatro protagonistas de este sábado como al resto de la plantilla todavía les queda el partido final, en el que los oscenses se aferran a todas sus opciones de meterse en puestos europeos, que por muy remotas que parezcan, siguen siendo posibles de manera matemática.

Tendrán que vencer la próxima semana al Cuenca, –que está metido en la misma pelea que los de José Nolasco, con dos puntos más–, y esperar el tropiezo del Anaitasuna, que visita la cancha de un Zamora ya descendido. Una carambola que se torna muy complicada, pues los conqueses certificarían su quinto puesto con la victoria. Pero a ella se sigue agarrando el conjunto oscense, tras vencer este sábado en el Palacio de los Deportes al Cangas, por un 29-22 menos cómodo de lo que puede invitar a pensar el resultado final, pero en el que acabó pesando la falta de aspiraciones reales de los gallegos, que ya habían certificado su permanencia en la categoría en jornadas anteriores.

Porque en una tarde marcada por la emoción de las despedidas y en la que Nolasco quiso dar protagonismo a todos sus jugadores –el único que se quedó sin anotar fue el canterano Miguel Malo–, le costó encontrar los huecos al cuadro oscense. Ya desde la previa había tenido que hacer frente a la ausencia de Nico Bonanno, que se lesionó en el último entrenamiento de la semana, con un esguince en la zona del empeine. Sin el argentino y con Marco Mira recuperándose de su fractura en la mano, tuvo que encontrar Nolasco alternativas defensivas para evitar que el Cangas llegara con facilidad, como sí consiguió en la primera parte del encuentro, pese a las buenas actuaciones de Gómez Lite. Se mantuvieron los marcadores en diferencias mínimas, como el 14-13 con el que se llegó al descanso.

En la segunda parte se perdió intensidad, especialmente en el cuadro gallego, al que solo mantenían en partido los goles de Potic. Logró así el Bada abrir brecha tras cruzar el ecuador del segundo periodo, apoyado en las buenas paradas de su guardameta Dani Arguillas. La distancia se elevó hasta los cinco tantos, que se mostraron como definitivos para lograr la victoria, dejando después aplausos, abrazos y manteos sobre la pista del Palacio de los Deportes, tras una gran temporada para el Bada, en la que todavía no quieren renunciar todavía a poner el broche de oro.