2015, con más sombras que luces

El CAI Zaragoza despide un año en el que no ha cumplido con sus objetivos.

El entrenador del CAI Zaragoza, Joaquín Ruiz Lorente, se retira a los vestuarios.
El entrenador del CAI Zaragoza, Joaquín Ruiz Lorente, se retira a los vestuarios.
Aránzazu Navarro

2015 ha sido un año con más sombras que luces para un CAI Zaragoza que la pasada campaña no pudo cumplir los objetivos preestablecidos, y en la presente está firmando la peor primera vuelta de la historia reciente del club, con destitución del entrenador, Joaquín Ruiz Lorente, incluída.


Queda en manos de su sustituto, Andreu Casadevall, el reto de exprimir la calidad de una plantilla alejada de su mejor versión, en busca de devolver la ilusión a una afición desencantada con lo presenciado en los últimos tiempos, a excepción de la Eurocup, bálsamo de los males ligueros.


Los zaragozanos arrancaron el año natural instalados en el séptimo puesto de la tabla, con ocho victorias en 14 jornadas de competición y todas las opciones de disputar la Copa del Rey. Para no correr riesgos innecesarios ni depender de otros resultados, debían ganar dos de los tres primeros encuentros de 2015, y así lo hicieron. Se impusieron a Manresa, cedieron ante Herbalife y sellaron el billete hacia Gran Canaria con una nueva victoria en la cancha de Gipuzkoa Basket, allá por el 18 de enero.


En el mes que restaba hasta la Copa, los rojillos sufrieron un bajón considerable de juego, que se tradujo en un balance de una victoria en cuatro encuentros (Joventut, Iberostar, Sevilla y Murcia) en Liga Endesa. El todopoderoso Real Madrid -a la postre campeón- esperaba ya en las semifinales de un torneo del K.O. en el que el CAI no pudo dar la sorpresa, pero dio la cara hasta ceder (85-73) y recuperó sensaciones para las jornadas venideras.


Ya centrados en la Liga, hacia la disputa de los 'play off', los de Ruiz Lorente encadenaron dos victorias consecutivas, una de ellas en la difícil cancha de Valencia Basket, antes de sumergirse en la irregularidad que marcó el tramo final de la temporada. Un balance de cuatro victorias y cinco derrotas, dos de ellas -Laboral Kutxa y Barça- muy abultadas, conllevó el desplome clasificatorio, y dejó el objetivo de acabar entre los ocho primeros en manos de los rivales.


Laboral Lutxa no falló en la penúltima jornada, y ahí acabó cualquier esperanza de un CAI que se despidió del Príncipe Felipe una semana después, el 24 de mayo, con victoria intrascendente. Tras dos años consecutivos formando parte de los mejores equipos nacionales, habían quedado fuera de las eliminatorias por el título, abriéndose un debate en torno a la continuidad de Ruiz Lorente.


La cúpula caísta apostó por mantenerle como timonel de una plantilla que sufrió un 'lifting' más acentuado de lo que ya se preveía. Hasta siete incorporaciones -Linhart, Henry, Romera, Bellas, Benzing, Kanacevic y Fotu, que regresó tras cesión- llegaron para ilusionar a una afición descontenta con el desenlace de la anterior campaña. Jelovac, Norel, Sastre y Tomás permanecieron como nexos de unión hacia un nuevo proyecto que firmó una pretemporada seria y se perdió desde el debut liguero.


Un pésimo balance de un triunfo y seis derrotas en las siete primeras jornadas desnudó al peor CAI de la historia, y supuso el fin de la era Ruiz Lorente. Ni siquiera el buen hacer del equipo en Eurocup, donde marchaban segundos de grupo, le mantuvo en el banquillo y fue destituído el 22 de noviembre, tras caer en la pista del Gran Canaria.


Sin tiempo para lamentaciones, Andreu Casadevall tomó el relevo en la derrota ante Laboral Kutxa, y fue imponiendo progresivamente una filosofía de trabajo respaldada por tres victorias -la última el pasado domingo- en las siguientes cinco jornadas. En Eurocup, el catalán todavía no ha cedido, aunque sí presenció desde la grada el tropiezo sufrido ante Valencia Basket, a las pocas horas de aterrizar en la capital aragonesa.


Los rojillos accedieron al llamado Last-32 con los mejores registros de su andadura en la competición, y se medirán a rivales de la entidad del Galatasaray turco o el Dinamo Sassari italiano. Ahí, en el viejo continente, tienen depositadas buena parte de las ilusiones de este nuevo año que va a comenzar, siempre sin olvidar las urgencias de la clasificación doméstica. 


El CAI marcha decimoquinto, a una sola victoria de los puestos de descenso a Adecco Oro y, aunque está descartado de la lucha por entrar a la Copa del Rey de La Coruña, sí puede confíar en una gesta que le catapulte hasta los puestos de 'play off' a la conclusión de la temporada.


Todo pasa por que 2016 venga cargado de la dosis de regularidad y tranquilidad que faltó en su antecesor. En el trayecto, Casadevall contará con el refuerzo del pívot ucraniano Slava Kravstov y de un lanzador exterior que reemplace a Drake Diener, que este martes dejó de formar parte de la disciplina.




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