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Zeravica, desde un hospital en Belgrado: "Vi la final de la Copa en la cama y llorando de felicidad"

La histórica entrenadora del Banco Zaragozano, recién operada de la cadera, felicita a todo el Casademont Zaragoza por el reciente título de Copa de la Reina.

Zaga Zeravica, la segunda por la derecha, junto a parte de su familia a las puertas del Museo Zeravica.
Zaga Zeravica, la segunda por la derecha, junto a parte de su familia a las puertas del Museo Zeravica.
Heraldo

Tuvo que llegar Carlos Cantero a Zaragoza para que el baloncesto femenino aragonés vuelva a levantar un título de Copa de la Reina. El último hito del Casademont Zaragoza, cosechado el pasado domingo tras derrotar en la gran final al Perfumerías Avenida, toma el relevo del Banco Zaragozano, que abrió el camino el 14 de mayo de 1990 con la conquista del primer trofeo ante el Masnou.

Aquel día, el actual entrenador del Casademont Zaragoza apenas tenía cuatro años. En el banquillo aragonés estaba la inconfundible Zaga Zeravica, una mujer que sus propias jugadoras definen como “una madre” para ellas, a pesar del durísimo carácter yugoslavo que esgrimía en la pista. A sus 82 años, la histórica entrenadora relata cómo se emocionó el pasado domingo mientras Markeisha Gatling, Helena Oma, Mariona Ortiz y compañía se citaban con la gloria eterna.

“Estoy en el hospital porque me acaban de operar de la cadera. Seguí el partido desde la cama con una tablet y llorando de felicidad. Me acordaba mucho de nuestra Pilarín (Pilar Valero), que seguro que estuvo desde ahí arriba apoyando y disfrutando de otra Copa de la Reina para nuestra Zaragoza”, afirma Zeravica.

A pesar del mermado estado de salud, la técnica del Banco Zaragozano se deshace en elogios hacia todas las jugadoras del Casademont Zaragoza. “Qué grandes son todas. Las titulares, las del banquillo, el entrenador, su cuerpo técnico… Gracias a todos porque son muy grandes. Sé lo que están viviendo y se lo merecen”, insistía.

Zeravica elogia especialmente el trabajo de su sucesor en el palmarés, Carlos Cantero. “El partido estaba muy bien preparado, había estudiado muy bien el juego del contrincante. Se vieron muchas ayudas y muchos apoyos en situaciones de defensa. Por eso, siempre digo que el baloncesto es como la vida: para competir contra otros necesitas apoyo y ayuda incondicional”, dice.

La preparadora serbia asegura que, pese a estar a miles de kilómetros, vivió y “disfrutó” de la celebración de la Copa como toda la afición, que no dudó en echarse a las calles de la ciudad para festejar el hito. “Poner esta Copa al lado de la primera, estaremos siempre juntas. Chicas, sois grandes, como vuestro entrenador. Zaragoza, te quiero”, finaliza Zeravica.

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