baloncesto
El Casademont Zaragoza se impone al Betis en un final de infarto (89-82)
El equipo aragonés avanza hacia la salvación al batir en la prórroga a un rival directo.
El Casademont, muy exigido, sumó su quinta victoria de la temporada y dio un importante paso adelante en su recorrido hacia la salvación (89-82). Lo hizo con un sufrimiento inesperado, después de haber completado una buena primera mitad en la que, favorecido por el escaso fuste de su oponente, había edificado una renta de 12 puntos en el marcador (42-30). Sin embargo, el cuadro aragonés se desencajó después, ya en la reanudación, y dio vida a un rival que parecía a punto de enarbolar la bandera blanca.
El choque necesitó de una prórroga para resolverse, y los zaragozanos sí se manejaron con mayor templanza, serenidad, acierto e inteligencia en los momentos de fragor. Todo ello, pese a su falta de puntería en los tiros libres, una rémora que viene arrastrando desde el inicio de la temporada (23 aciertos de 35 intentos) y que ya le ha apartado del triunfo en ocasiones anteriores.
En el primer tiempo, el Betis desapareció de la escena con prontitud, sometido por la vehemencia defensiva de los zaragozanos y lastrado, además, por una impericia ofensiva alarmante (30 puntos anotados en los primeros 20 minutos del choque). Mientras, el cuadro aragonés se manejó con descaro y seguridad y fue mejor en el inicio. Se empleó con criterio y solvencia en sus acciones de ataque, lo que le reportó lanzamientos liberados desde todas las posiciones. Pero exhibió, sobre todo, una superioridad manifiesta en el juego interior. Los zaragozanos buscaron con insistencia a Tryggvi Hlinason, que resultó incontenible bajo los aros. El islandés anotó seis puntos en los tres primeros minutos, con una efectividad máxima en el tiro, y fue un azote permanente en los dos lados de la pista.
El Betis, sin embargo, resistió los primeros embates por su eficiencia desde el perímetro. Convirtió cuatro de sus seis primeros triples, la mayoría ejecutados sin ninguna oposición -BJ Johnson, Pozas y Bertans, en dos ocasiones- y se puso por delante cuando ya se había rebasado el ecuador del primer acto (15-16). Pero el equipo zaragozano siguió hallando importantes fisuras en la defensa rival, y enseguida recuperó el pulso con las canastas de Jessup, Cruz y Hlinason. Yusta clausuró el cuarto inaugural, con una incisiva penetración, al aprovecharse de un gran bloqueo de Aday Mara (24-18). A los 10 minutos de juego, los andaluces sólo habían facturado desde más allá de arco (4 triples) y desde la línea de personal (6 tiros libres).
Posteriormente, el Casademont mantuvo sus buenas prestaciones ofensivas, aunque ofreció, por momentos, algunos desajustes en las labores de contención que castigó sin remisión el Betis. Iván Cruz, que se estrenaba en el pabellón Príncipe Felipe, sumó desde el primer momento y emitió señales muy positivas por sus acertadas lecturas del juego. El ala-pívot se aplicó atrás con energía y tesón, sin apenas distracciones, y además capturó 3 rebotes y anotó 9 puntos en sus 8 primeros minutos sobre la pista. Al cuarto de hora, los locales gobernaban el duelo (33-25) ante un rival por entonces vulnerable y quebradizo, con numerosas carencias.
Tsalmpouris, desde el perímetro, aportó oxígeno el equipo andaluz, pero la respuesta del Casademont fue contundente, primero con un certero triple de Wright y después con un contragolpe culminado por Jovic (38-28). El entrenador del Betis, Luis Casimiro, tuvo que detener un encuentro que se inclinaba claramente del lado aragonés. Por entonces, su equipo presentaba un inusual desatino en los tiros de 2 (2 aciertos de 12 intentos); la lógica consecuencia de su juego lento, plano y previsible. Pero el tiempo muerto no modificó el escenario, y los aragoneses aumentaron su renta antes del intermedio (42-30), con cuatro puntos consecutivos de Santi Yusta.
El Casademont perdió su clarividencia ofensiva en los primeros compases de la reanudación. Transcurridos cuatro minutos del tercer acto, toda su facturación ofensiva se reducía a una canasta de Howard Sant-Roos. Y el Betis recortó distancias con los triples de Tyson y Bertans, y con tres puntos de Pepe Pozas (44-39). Ahora fue el técnico de los locales, Porfirio Fisac, quien solicitó un tiempo muerto para corregir los desequilibrios de su equipo, ahora muy acentuados. Momentos de confusión que alimentaron la autoestima de los visitantes, quienes se situaron a sólo tres puntos tras un 2-11 de parcial (44-41).
Poco después, los andaluces igualaron la contienda con otro lanzamiento exterior de Tyson Pérez y una penetración de Pozas (48-48). El propio Tyson puso por delante a los sevillanos con dos nuevos aciertos desde la línea de personal (48-50). Aday, con dos mates, y Jessup, con una acción individual, salieron entonces al rescate del equipo aragonés, que alcanzó con desventaja la media hora de partido (57-58). El Casademont se había desplomado sin remisión, con una facilidad sorprendente, y había encajado hasta 28 puntos en un tercer cuarto muy deficiente. El Betis volvía a optar a la victoria.
En el tramo definitivo, Urtasun amplió la renta visitante con un nuevo triple, instalando la inquietud en la grada. Llegaron entonces las prisas, los nervios, las precipitaciones, la ansiedad; y el Casademont vivió momentos especialmente comprometidos, donde fue penalizado por sus malas decisiones y su falta de convicción. El choque se resolvió por detalles minúsculos.
BJ Johnson golpeó desde el perímetro, y Tyson Pérez amplió la distancia a tres minutos de la conclusión (70-75). Con todo perdido, el Casademont se sobrepuso con dos tiros libres de Hlinason y un canasta de Jovic a 23 segundos del final (76-76). Y el choque llegó a la prórroga, después de que Gray se topara con el aro en la última posesión.
En el tiempo extra, el Casademont sí exhibió orden y convicción en sus acciones, aunque desaprovechó numerosos lanzamientos desde la línea de personal. Cuatro puntos de Jovic y un mate de Hlinason (83-78) conllevaron el tiempo muerto de Luis Casimiro, al mismo tiempo que mermaban anímicamente al cuadro andaluz. Tras un error desde la esquina de BJ Johnson, los visitantes por fin bajaron definitivamente los brazos (89-82).
