baloncesto

El Casademont también gana al Real Betis y prosigue su escalada en la clasificación (67-83)

El equipo aragonés obtiene su segunda victoria consecutiva y se distancia del descenso. Jessup (20 puntos), Yusta (18) y Ponitka (14) resultaron determinantes.  

Ponitka es defendido por Evans.
Ponitka es defendido por Hill.
acb Photo / S. Castizo

El Casademont prosigue su escalada. El cuadro aragonés, muy disciplinado, muy mejorado en los dos lados de la pista, superó a domicilio al Real Betis (67-83), un rival directo en la lucha por la salvación, y se rearma anímicamente para sus futuros compromisos. Los zaragozanos han recuperado el pulso, después de dos victorias consecutivas, y han modificado el paisaje: por fin se han despojado de la ansiedad; por fin se han liberado de las dudas, la desconfianza y las inseguridades que han mermado su rendimiento desde el inicio de la temporada.

Su rival fió su suerte a los lanzamientos triples, una solución siempre inquietante. Cuando acertó desde el perímetro, optó decididamente a la victoria. Sin embargo, se desplomó en el último cuarto, cuando los aragoneses aumentaron su pericia defensiva y ya no dispuso de tiros cómodos para anotar -el Betis erró sus últimos nueve intentos desde más allá del arco-. Sin ninguna destreza ofensiva, y con importantes desajustes en las labores de contención, el equipo andaluz acabó cediendo sin remisión, en los momentos decisivos del duelo, tras haber encajado un parcial adverso de 5-23 en los últimos 10 minutos de la contienda.

Jessup, con 20 puntos en 33 minutos de juego (5 de 9 en triples), fue el jugador más incisivo del Casademont. Santi Yusta, con 18 tantos, y Ponitka, con 14, también resultaron capitales en el triunfo.    

En el inicio, el Casademont careció de una propuesta colectiva fiable y solvente. Fue Marcel Ponitka, siempre en jugadas individuales, quien asumió los primeros lanzamientos del cuadro aragonés. Y lo hizo con acierto: anotó los ocho primeros puntos de los visitantes -seis de ellos desde más allá del arco-, en un tramo marcado por las lagunas defensivas de ambos conjuntos. Radoncic, por dentro, y Santi Yusta y Jessup, desde el perímetro, también castigaron las desatenciones de un Real Betis que, sin embargo, se mantuvo en el partido con los puntos de Báez y de Tsalmpouris. El griego, muy certero desde la línea exterior, alcanzó los 10 primeros minutos con 9 tantos en su haber y una efectividad máxima en el triple (3 de 3). Al cierre del acto inaugural, el Casademont gobernaba el duelo (22-25), tras un lejano tiro de Javi García, aunque tras haber emitido sensaciones preocupantes.

Cinco puntos consecutivos de Evans devolvieron la ventaja a los locales, en los primeros compases del segundo cuarto (27-25). Y aunque el Casademont reaccionó con prontitud, de la mano de Yusta y Ponitka, enseguida perdió nuevamente el ritmo, la velocidad y la clarividencia en sus acciones de ataque. Y dejó de anotar: transcurridos ocho minutos del acto, toda la facturación de los zaragozanos se reducía a seis puntos, lo que facilitó sobremanera el despegue de los andaluces (37-31) en el marcador. El técnico del equipo aragonés, Porfirio Fisac, tuvo que detener el encuentro para intentar modificar el escenario, especialmente inquietante en el aspecto ofensivo.

Tras el tiempo muerto, Langarita redujo distancias con un triple; pero el Real Betis respondió con otro tiro desde más allá del arco, ejecutado por Bertans sin ninguna oposición, que volvió a retratar las debilidades defensivas de los zaragozanos en su línea exterior. El conjunto local llegó al intermedio con hasta 22 triples lanzados, de los que había convertido 9; esto es: 27 tantos facturados desde el perímetro (42-36). Por ahí se escapaban las opciones del equipo aragonés. Al menos quedaba tiempo para cambiar el signo del encuentro.

En la reanudación, Jessup asumió la responsabilidad ofensiva de los zaragozanos. Primero, con dos certeros triples para reducir la desventaja; después, con una asistencia a Mekowulu, cuya canasta bajo los aros igualaba la contienda; y en el siguiente ataque, con un pase a Radoncic para que el montenegrino pusiera por delante a los aragoneses (44-46). Y después de otra buena defensa de los visitantes, Sant-Roos aumentó la renta con un lanzamiento liberado desde la esquina (44-49). Luis Casimiro, técnico de los sevillanos, paró el duelo tras haber encajado su equipo un parcial de 2-13 en apenas tres minutos y medio de juego.

El Real Betis elevó sus prestaciones, sobre todo en ataque, y recuperó su puntería en el tiro exterior. Así, los triples de Hill y Evans empataron nuevamente el partido, y el propio Evans devolvió la ventaja a los andaluces con una punzante penetración (55-53). Del intercambio de canastas posterior salió ligeramente beneficiada la escuadra local, que siguió golpeando desde el perímetro con una facilidad sorprendente, ahora por mediación de Johnson y Tsalmpouris. A la media hora, el choque permanecía abierto (62-60).

En el tramo definitivo, el Casademont aumentó su intensidad defensiva, al mismo tiempo que se manejaba en ataque con templanza y seguridad, con mucho más criterio que su oponente. El Real Betis sumó un único punto en los primeros cuatro minutos del cuarto. Mientras, del lado aragonés emergieron con fuerza Yusta y Jessup, quienes edificaron una renta de 9 puntos con sus lanzamientos desde el perímetro (65-74). A partir de ahí, el equipo andaluz enarboló la bandera blanca, sometido por el sobresaliente despliegue del Casademont. Para los zaragozanos, el desenlace conllevó una doble recompensa: por el triunfo conquistado, un nuevo avance en el recorrido hacia la salvación, y por el paso en falso de su rival, que queda incrustado en la penúltima posición de la tabla.   

 

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